Dijeron que hay varios obispos en el país responsables de que no haya justicia en los casos de violaciones. Teléfono para Mario Antonio Cargnello.

Ending Clergy Abuse (Fin al Abuso del Clero) y BishopAccountability.org (Rendición de Cuentas para los Obispos), dos de las principales organizaciones internacionales contra la pedofilia, denunciaron que en Argentina «no existe tolerancia cero» al abuso eclesiástico por parte de la Iglesia.

Estas organizaciones internacionales, junto a sobrevivientes de abuso en Argentina, reclamaron en Buenos Aires que el Papa «anule» el secreto confesional y el concordato (que las jerarquías utilizan para no dar información) en los casos de este delito y acusaron directamente por encubrimiento al cardenal Mario Poli y a los obispos Juan Alberto Puiggari, Mario Antonio Cargnello, y Marcelo Colombo, entre otros.

«El papa Francisco no ha estado al lado de las víctimas de abuso sexual de la Iglesia Católica; y de hecho no existe hoy ‘Tolerancia 0’ en Argentina», sostuvo Peter Isely, fundador de ECA durante la conferencia que las ONG internacionales brindaron esta mañana frente al Hogar Sacerdotal Mariano Espinosa, a 30 metros de la vicaría de Flores en la que también pidieron al sumo pontífice que «visite Argentina».

Sosteniendo un cartel que decía «Tolerancia 0» y acompañados por referentes locales como Julieta Añazco, Sebastián Cuattromo (ambos víctimas de abuso por parte de curas y religiosos), Isely describió que «cuando decimos tolerancia cero exigimos que todos los religiosos abusadores sean separados de sus cargos dentro de la Iglesia y puestos a disposición de la Justicia, pero también las jerarquías que los encubrieron».

Bajo esta idea, Anne Barret Doyle, de BishopAccountability.org que investiga casos de todo el mundo, enumeró un listado de obispos argentinos que «el papa Francisco debería investigar por su complicidad o falta de acción en casos que fueron denunciados».

En Argentina, al menos 66 curas fueron denunciados por abuso desde que en 2002 estalló el caso de Julio César Grassi y solo cuatro de ellos fueron sancionados por la Iglesia.