Hoy termina el plazo para presentar las listas a presidente de la República. Se sabe que habrá una interna oficialista y una fragmentación de la oposición, a pesar de algunos acuerdos menores.

En el oficialismo suenan fuerte las dos campanas previsibles, por un lado la de Florencio Randazzo, ministro de Interior y Transporte, que si bien ha tratado de instalarse como un kirchenerista más leal al ideario difuso de esa corriente en plena proceso histórico, no consiguió destronar como favorito a Daniel Scioli.

Este último, apoyado por Juan Manuel Urtubey, es el favorito para ganar la interna ya que ha sabido absorber la idea de “cambio justo” que postulaba Sergio Massa, al tiempo que integró al peronismo y al kirchnerismo en iguales proporciones, sin desentenderse del oficialismo reinante.

La oposición también perfila cristalizada ya que el candidato Mauricio Macri, líder del PRO, parece ser el indiscutible púgil de Scioli. Si bien se debatirá en una interna con el radical Ernesto Sánz y la referente de la Coalición Cívica, Lilita Carrió, eso resultaría ser más un trámite formal que una contienda real.

El Frente Renovador que postula a Sergio Massa, perdió fuerza por quedar entrampado en el medio camino, a mitad del sendero entre ser oposición y haber sido un intendente kirchnerista. Sin embargo sostiene algunas alianzas de peso, como la que elucubró con José Manuel De La Sota, quien podría ser su compañero de fórmula.

Completaría el espectro opositor la plausible interna del FIT, que se dirimiría entre una fórmula que implica a dos de las tres fuerzas que lo componen y otra fórmula exclusiva de una de esas fuerzas. Por un lado la dupla que integraría a Jorge Altamira del PO, con la posible participación de una miembro de la fuerza Izquierda Socialista, y por otra parte la postulación que haría el PTS.