En Salta Capital 140 mil adultos mayores transitan la cuarentena. La vejez en este tiempo de pandemia necesita una asistencia pero debe convertirse en una política cotidiana, donde se brinde asistencia desde la afectividad y la autonomía potenciando prácticas humanizantes para el buen vivir.
El confinamiento es caldo de cultivo para la depresión, por lo que la presencia debe ser constante para mantener los vínculos. La sociedad es violenta en el trato hacia los y las adultas mayores, ya que los invisibiliza o los infantiliza quitándole el protagonismo social otorgándoles un lugar pasivo dentro de la sociedad.
“Esta enfermedad ha puesto en foco en políticas publicas ya sea nacionales, provinciales o municipales para la población de riesgo, es decir sobre las vejeces. Pero, existe una historicidad y hay una cuestión social, cultural de políticas públicas que ha tenido muy poco alcance y que lamentablemente no ha generado un sostén tanto a nivel de articulaciones y de agencias institucionales como tampoco a niveles subjetivos y culturales con los adultos mayores” comenta Luciano Mercado Prof. Ed. Física, Recreólogo quien trabaja hace 15 años con adultos mayores, se desempeña en el club de día de Vaqueros. Actualmente se han implementados medidas de cuidado del adulto mayor desde la pasividad, donde los otros deben brindar asistencia sin pensar en sus necesidades, ni pensando en las particularidades de cada persona mayor.
“Las claves para pensarnos en este momento es a través de la intersubjetividad en la construcción de vínculos sanos. Que este tiempo nos permita mirar y mirarnos y mirar a la vejes no solo como la población de riesgo, sino poder dotar de palabras, de escuchas, que es lo que quiere, como lo quieren y de qué manera. Comenzar a adoptar modalidades de presupuesto participativo, de instituciones que puedan se co- gestionadas por el estado, la sociedad civil y los y las adultas mayores” afirma Mercado.
Las vejeces y la cuarentena
En Salta Capital 140 mil adultos mayores transitan la cuarentena informo el Ministerio de Salud de la provincia. “Frente a este numeroso universo, le reclamó a las familias y allegados que no solo se ocupen de que no adquieran COVID-19. También, les reclamó que procuren cuidar la salud mental de los ancianos” recomienda Mariana Garzón jefa de la sala de Internación Clínica del Adulto Mayor y encargada del Consultorio del Adulto Mayor del hospital Señor del Milagro, delegando los cuidados a las familias y a la sociedad civil.
La vida por la pandemia modifico la vida de los y las adultas mayores por ejemplo Mirta comenta que “no puedo asistir a mis fisios” y extraña “salir a hacer las compras”. Lucia dice que: “me cambio la vida la cuarentena, pero no tanto mis hábitos creo, extraño mis salida con mis amigas”. Elsa nos cuenta que: “Mi cambio por la cuarentena es no poder estar junto a mis hijos Nietecit@s, no poder hacer actividades lo que sabía hacer. Hubo cambió mis hábitos muy triste por estar sola sin hacer mis cosas por ejemplo salir a mis clases de folclore”. Mientras que para otros como para Titina la vida no le cambio “Mi rutina es la misma. Mis hábitos son los mismos. La verdad es que no extraño nada”.
Muchos trámites que se realizaban de manera presencial pasaron a tener modalidad virtual por lo que muchas personas mayores desconocían esta manera de realizarlo. Estas mujeres nos comentaron que ahora los trámites que solían hacerlos como pagar las cuentas, ir a cobrar, comprar sus medicamentos ahora se los realizan sus hijos al igual que los trámites que requieren la utilización de internet. La utilización de la virtualidad para los trámites y la gestión de dinero provocan miedos y preocupaciones a los y las adultas mayores por lo que la mayoría de ellos delega estos trámites a familiares de confianza dejando sus responsabilidades en manos de otros.
En estos tiempo el acompañamiento a las personas mayores se dio a través de grupos autogestionados, vecinos anónimos que se acercaron a aquellas personas para que no salgan de sus hogares para evitar el contagio. “Vinieron a ofrecer su ayuda varias personas y vinieron a ponerme la vacuna antigripal” comenta Titina. “Algunas instituciones como centros de jubilados, centros vecinales, también se han puesto a disposición, de hecho lo están haciendo, en el centro de día donde yo trabajo acercan alimentación, contención a adultos y adultas mayores en sus hogares. Está habiendo un mecanismo social y cultural e institucional de la salud, inclusive muchos programas de radio han posibilitado el acercamiento de consejos, de tips. Por internet circulan actividades que intentan trabajar algunos de los aspectos que hablan los principios de la convención sobre los derechos humanos para los adultos mayores que es la promoción y defensa de sus derechos como la expresión, el trabajo sobre la actividad física, la estimulación cognitiva, el trabajo constante de la atención, la memoria y la imaginación y una cuestión clave que es el trabajo con el vínculo” comenta Luciano Mercado Recreologó.
“Debemos salir de la idea de la dependencia a una independencia en aquellos aspectos que puedan como: el uso del dinero, la compra. Para salir de la pandemia pensar la posibilidad de que ellos puedan ser independientes, salir y moverse en medios que sean seguros, que puedan hacer una serie de actividades que sean paulatinas y procesualmente pero que puedan salir de las casas. El aislamiento es un caldo de cultivo para la perdida de facultades socioemocionales y afectivas. Posibilita la depresión, la enajenación, la alienación y la cosificación”.
Tiempo de reflexión
Es una oportunidad para re pensar espacios de participación de las vejeces en la sociedad y no solo otórgales un lugar de pasividad, y contener desde lo operativo para cuidarlos por ser un grupo de riesgo y caer en la sobreprotección que inhibe e imposibilita a los adultos mayores invisibilizando a las vejeces, pensar a la salud de manera integral y no solo desde la biología. “Va a decir Pichon-Rivière “la salud no solo es ausencia de enfermedad sino la adaptación activa a la realidad” y es ahí donde hay una cuestión clave en el abordaje de vejeces. De alguna manera volver a poner luz a aquellas políticas y en aquellos abordajes tanto de oficios como profesionales y de funcionarios respecto a que hacemos y como lo hacemos, de qué manera lo hacemos. Responder a diferentes dimensiones para el trabajo con vejeces, no solo en este tiempo de cuarentena que lo vamos a pasar” reflexiona el recreologó Mercado. Agrega que: “En salta hay que profesionalizar a los y las profesionales que trabajan con adultos mayores, no hay formación específica, no hay espacio de co- visión para los y las profesionales que trabajan con adultos mayores, hay alguna especialización como talleres pero no alcanza, deberíamos pensar en colegiado y en formaciones específicas, sobre todo para trabajar el tema de praxi y mal praxi”.
Es necesario romper con las ideas instaladas en la sociedad sobre el adulto mayor como una población descartable, ofreciendo desde la sociedad civil y el estado espacios donde puedan estar presente. “Todavía sigue estando instalando el pensar que el adulto mayor como una población descartable, una población pasiva sobre una población que ha dejado de comprender y de ser participe y protagonista de las decisiones y acciones sociales comunes. Entonces hay una hegemonía de un pensar que la población adulta no puede tomar decisiones por si misma o que está en un corrimiento de las decisiones sociales más importantes y termina resguardándose al cuidado del nieto o nieta. Hay que buscar los equilibrios y en esto de los cuidados es muy importante” comenta Mercado.