El Gobierno avanza con una renovación judicial y agita el clima en tribunales. Una veintena de jueces podrían verse forzados a retirarse luego del fallo de la Corte sobre la edad jubilatoria.
Al amparo del fallo de la Corte Suprema, que ratificó que los jueces deben jubilarse a los 75 años, el Gobierno avanza con una renovación del Poder Judicial, que le permitirá nombrar a una veintena de nuevos magistrados.
Es que el Consejo de la Magistratura, por decisión de su presidenta, Adriana Donato, les pidió a los 27 jueces que en sus registros aparecen como mayores de 75 años que en 24 horas les informen si tienen presentada alguna sentencia firme que los proteja para evitar ser jubilados. Los cálculos oficiales y de los propios jueces señalan que sólo tres de los 27 magistrados están a salvo: María Servini y los camarista del trabajo Néstor Rodríguez Brunengo y Estela Milagros Ferreiros.
Anoche, unos 10 jueces habían contestado al Consejo. Algunos dijeron que tienen amparos presentados, otros que no judicializaron su caso porque creían que el fallo Fayt (por el ex juez de la Corte Carlos Fayt, que asumió antes de la reforma constitucional y pudo sortear el límite del tope de la edad) los protegía y otros dijeron que ya renunciaron.
Entre el lunes y el martes, el resto de los jueces de la lista que no presenten las sentencias que los mantienen firmes podrían ser invitados a cesar en sus funciones, pues los consejeros interpretan que tras el fallo de la Corte todas las sentencias que firmen de ahora en más son nulas, dijeron fuentes de ese cuerpo. Pero esa decisión la deberá tomar el plenario del cuerpo.
Claro que al mismo tiempo el Consejo debería abrir una veintena de concursos para cubrir las vacantes o ampliar los concursos existentes. En tanto, la decisión de pedir las renuncias le permitiría nombrar a unos 24 jueces subrogantes en puestos clave de la justicia federal, la justicia laboral y la justicia civil.
Además, el macrismo en el Consejo va a tener cinco vacantes en la estratégica Cámara de Casación Penal Federal, la máxima instancia por debajo de la Corte para las causas de corrupción que enfrenta el kirchnerismo. Esto ocurre porque ya hay cuatro vacantes en el cuerpo y uno de los jueces que debería jubilarse es Pedro David, uno de los camaristas más antiguos. Hay un concurso convocado que no puede avanzar. Pero ahora sí podrá hacerlo, indicaron fuentes oficiales.
El clima ayer en el Gobierno era de festejo luego de que el ministro de Justicia, Germán Garavano, se reunió antes del mediodía con Mauricio Macri. Celebraron que el Consejo citara a dar explicaciones al camarista Eduardo Freiler, a quien quiere remover mediante juicio político. Si la Comisión aprueba el jury, confía el Gobierno en que conseguirá los votos necesarios para impulsarlo en el plenario. De hecho, ayer el consejero por los académicos, Jorge Candis -que siempre votó con el kirchnerismo-, y el senador Ruperto Godoy, del FPV, no votaron en contra del camarista; uno pidió volver a analizar el asunto y el otro se abstuvo.
En el Gobierno esperan una catarata de renuncias y no tener que llegar a las intimaciones para que los jueces se jubilen. Por lo pronto, ayer renunció a su cargo el camarista de La Plata Leopoldo Schiffrin, de 80 años, sobre cuyo caso falló la Corte. Schiffrin se reunió con Garavano y le entregó la renuncia, que fue aceptada. De nada valieron los ruegos epistolares de Elisa Carrió para que Macri vuelva a enviar el pliego del camarista al Senado y lo deje en el cargo hasta los 85 años.
Las buenas noticias que dio Garavano al Presidente se completaron con la entrega de un formulario en el que se está invitando a firmar a los candidatos a jueces para que les sea descontado el impuesto a las ganancias y consientan el traslado a la justicia porteña.
«Es muy bueno el fallo de la Corte», se entusiasmaba ayer un ministro de trato frecuente con Macri. El máximo tribunal tuvo la posibilidad de dictarlo antes, de modo de tener a la jueza Elena Highton de Nolasco de rehén, pero la jueza consiguió un amparo en primera instancia, que el Gobierno no apeló, con lo que dejó firme su cargo en el tribunal.
Garavano ayer recibió llamadas de media docena de jueces de 75 años y más. Lejos de renunciar, algunos le avisaron que iban a resistir presentando amparos.
El fallo de la Corte erizó la piel de los jueces. La Asociación de Magistrados reunió, como todas las semanas, a su mesa directiva y allí resolvieron respetar y acatar la sentencia del máximo tribunal, pero la criticaron porque algunos magistrados entienden que los jueces de la Corte Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti deberían haberse excusado, pues como convencionales redactaron el artículo de la Constitución que ahora validaron.
Más allá de estas vacantes que el Consejo puede cubrir con postulantes, la apuesta del Gobierno es a largo plazo. No sólo alcanza a los jueces que este año cumplen 75 años, sino también a los de 73 y 74, cuyos sillones ya tienen asegurados.
Un funcionario de Comodoro Py acudía al saber popular para explicarlo: es como la parábola de los higos, decía. «No hay que apurarse a arrancarlos del árbol para comerlos, porque caen mal, sino poner una arpillera debajo de la higuera y esperar que caigan. Ése es el momento de disfrutarlos.»
Designan un juez electoral clave
El Consejo de la Magistratura aprobó la designación de Juan Manuel Culotta como juez subrogante para el Juzgado Electoral 1 de La Plata, que tendrá a su cargo las cruciales elecciones bonaerenses. Culotta es juez federal de Tres de Febrero y su designación fue impulsada por el macrismo. Es egresado del colegio Cardenal Newman, el mismo al que fue el presidente Mauricio Macri, y es allegado a Pablo Clusellas, secretario de Legal y Técnica de la Presidencia. Con esto, el Gobierno logra ocupar ese cargo que tras la muerte del juez federal Manuel Blanco intentó copar el kirchnerismo con Laureano Durán.
Fuente: La Nación