Del Potro vuelve al US Open. Esta tarde debutará contra Schwartzman en el torneo que ganó en 2009 y donde jugó por última vez en 2013. En Nueva York, es uno de los favoritos del público.

En el tercer turno del Louis Armstrong, el segundo estadio más importante de este predio de 16,8 hectáreas, Juan Martín del Potro abrirá hoy su camino en el certamen de Grand Slam que más le gusta. Lo hará alrededor de las 17, quizás más tarde, cuando tenga enfrente un compatriota, el ascendente Diego Schwartzman , en la primera rueda del Abierto de los Estados Unidos .

Acá Del Potro se siente cómodo, feliz. Viene de gozar la «mejor semana» de su vida, la de su asombrosa medalla plateada olímpica, y de descansar en Tandil tras semejante sismo mental y anímico. ¿A qué viene? A seguir reinsertándose en el circuito y afianzarse físicamente, a confirmar que está bien físicamente, sin pretesiones de segunda semana o más. «Hoy en día el tenis está acompañándome, como quiero, pero tengo otros temas, el físico y el emocional, que para mí es muy fuerte y que debo manejar bien», advirtió el tandilense, aún conmovido por lo de Río de Janeiro.

El afecto que recibió allí y desde Buenos Aires lo conmueve, y en Nueva York no se quedan atrás. Él es uno de los predilectos de los espectadores, que lo buscan en las prácticas y seguramente cubrirán gran parte de los 10.103 asientos del Armstrong. «Me emociona lo mucho que me apoyan en todos lados, incluso en Brasil. Creo que cuando le gané a Djokovic hasta la gente de Brasil empezó a encariñarse conmigo, muchos brasileños me apoyaban. Siendo argentino, está bueno. Acá y en todos lados a donde fui siempre me brindaron apoyo. Y sobre todo, cuando estuve lesionado; había gente que me enviaba cariño para que no aflojara. Hoy me toca devolver ese cariño en la cancha, que es donde me gustar estar», se entusiasmó aquí.

El público estadounidense respeta mucho a los campeones y sigue bastante a Del Potro aunque su última actuación en Flushing Meadows fue en 2013. Acá el tandilense tiene, además de la conquista de 2009, un par de cuartos de final, dos terceras ruedas, una segunda y una primera. Siete participaciones. Tal vez ésta sea la segunda más especial, detrás de la de hace siete años. Ya se verá si consigue igualarla.

Fuente: La Nación