A la inseguridad se la combate con luces, porque como sabemos todos los chorros y asesinos andan en la oscuridad. Al menos este es el pretexto del gobierno para instalar en distintos barrios 2.000 farolas coloniales, no cualquier foco naranja. Si funcionan tan bien como las cámaras, entonces estamos todos más que asegurados.
Hace algunas semanas realizábamos un informe en el que detallamos el crecimiento de los ilícitos en la provincia, durante los últimos años de la gestión “U” .
La inseguridad es un buen motivo de campaña, al menos para la gran mayoría de candidatos, que centraron el discurso en la falta de seguridad que sufren los vecinos de la capital, algunos más que otros a pesar de los intentos del gobierno por mostrar una Salta llena de policías y cámaras de seguridad.
Ahora, ante estos intentos fallidos de modernización de la fuerza, lo que queda es apelar al viejo truco de la luz, porque según el titular de la Secretaría de Servicios Públicos, José Ramírez destacó que “estos trabajos permitirán mejorar la iluminación en diferentes puntos y brindar mayor seguridad a la población”.
Las características de dichas farolas (mil ya fueron instaladas) podrán, en todo caso, dar un aspecto “colonial” a los barrios que para nada necesitan un aspecto colonial, pero seguramente sí necesitan mejoras en otros ámbitos, como las calles, el agua, y demás servicios.
Los barrios que se tienen y tendrán estas farolas construidas en hierro forjado y caño estructural, pintadas de color negro, con lámparas de sodio de alta presión, son La Loma, Vicente Solas, Miguel Ortíz, Morosini, El Pilar, La Madrid, San Alfonso, Democracia, San Ignacio, Santa Ana, Periodista, Intersindical, El Carmen, Calixto Gauna, Villa Luján y 20 de Febrero.