En la zona oeste la policía dice investigar el caso de un anciano que denunció haber perdido una mano luego de que lo atacaran en patota. Vecinos de la zona comentan que el viejito no sería un «santo».

El veterano del barrio San José, de apellido Farfán (73), tuvo un martes bastante complicado. En la denuncia que radicó en la comisaría 8ª especificaba que, alrededor de las 23:30, ocho personas lo agredieron, golpearon y al final le volaron la mano con un objeto explosivo. El culpable de tal agresión sería un vecino de apellido Morales, quien supuestamente arrojó el explosivo que terminó lesionando la mano de Farfán.

Esto motivó a los conspicuos investigadores de la policía salteña, que salieron en búsqueda de más pistas y deambularon por la zona recabando información para determinar el móvil del hecho. “En la continuidad de las tareas investigativas se determinó que el anciano posee una serie de exposiciones en perjuicio de menores de la cuadra a quienes les arroja elementos explosivos para que no atraviesen por el lugar”, dice un párrafo perfectamente redactado que nos da una idea de por qué algunos vecinos podrían haber generado ciertos sentimientos de inquina para con este viejecito, de quien se comentó también posee un par de perros grandes a los que suelta cuando los niños del barrio salen de la escuela, “motivando que los infantes deban atravesar el lugar por abajo del canal que se encuentra en la zona”.

Para finalizar esta impecable investigación policial, no podía faltar la palabra de las vecinas de la zona: “expusieron su disconformidad con la conducta del anciano quien es descortés y poco atento con las mujeres que atraviesan la acera del inmueble”.

foto: imagen ilustrativa