Los reportes internos referidos al seguimiento del caso José Luis Mendoza, el suboficial de la policía que falleció ayer por coronavirus, dan cuenta del abandono que sufrió por parte de la cúpula ministerial y de la ART, Swiss Medical.

El uniformado se contagió a bordo del patrullero policial, tuvo que trasladarse por sus propios medios al hospital, se le realizó seguimiento por Whatsapp y la obra social le rechazó la cobertura.

Según detalla el informe interno de la policía, el 18 de agosto pasado se activa el protocolo para todos los pasajeros de Móvil Interno N° 1830, donde se encontraba el suboficial José Luis Mendoza junto a los cabos Matías Velardez, Diego Yapura y el sargento ayudante Rómulo Segovia. Horas antes, el móvil había sido ocupado por un sargento de apellido Viveros, quien activó el protocolo para Covid-19, según se puede comprender de la precaria redacción policial; por lo que se presupone que el agente contrajo el virus a bordo del patrullero.

En concreto, el párrafo del informe dice:

«18/08/20 a hs 02:23 Activan protocolo manifestando que al haber estado patrullando en el Móvil Interno N° 1830 conducido por el CBO L.P. N° 20.827 MATIAS SEBASTIAN VELARDEZ, custodias SUB-OF. PPAL. L.P. N° 14.006 JOSE LUIS MENDOZA, CABO L.P. N° 21.628 DIEGO ALEJANDRO YAPURA a cargo del OF.S/AYTE ROMULO SEGOVIA, cuya Móvil fuera ocupado por el Sgto Viveros quien presto servicio en el horario de 13:45 a hs 21:45; quien activara el Protocolo COVID19 durante el desarrollo del servicio, procedió a comunicarse vía telefónica al N° 136 donde fue atendido por la operadora Vanesa Frías, quien luego de registrar los datos personales de todos los integrantes del Móvil, le informo que debía realizar el Aislamiento Preventivo en el domicilio particular hasta poder obtener el resultado del hisopado que se le practicaría al Sgto. Viveros, constancia que rola en el libro de Guardia N° 12/20 Folio N° 11 y 12/20» (SIC).

Al día siguiente por la mañana, el suboficial Mendoza se comunica vía telefónica a la Guardia manifestando que presentaba síntomas compatibles con COVID-19. Desde el 136 se le indica que debía desplazarse por sus propios medios al Hospital del Milagro. Horas más tarde se le realiza el hisopado y queda a la espera de los resultados.

En la semana del 20 al 27 de agosto, según consta en los reportes, los seguimientos médicos fueron realizados vía Whatsapp o a través de llamadas telefónicas con su familia. Posteriormente, se inicia una campaña para conseguir plasma de pacientes recuperados, dado que su estado de salud desmejoraba.

El lunes 31 de agosto a las 13:30, la doctora a cargo de la Sala de Unidad de Cuidados Intensivos informa que el paciente se encuentra en coma farmacológico, en estado crítico, que recibió transfusión de plasma pero no evoluciona. Tres días más tarde, la esposa del efectivo y el hermano informan a sus superiores que hubo una leve mejoría, pero que continuaba en estado de coma.

Horas más tarde, el viernes 4 de septiembre, la ART correspondiente a la empresa Swiss Medical envía una carta documento a la familia del uniformado comunicando que la cobertura del siniestro quedaba totalmente rechazada. Mendoza aún no lograba salir del coma farmacológico, por lo que se pone en conocimiento del caso al departamento de Salud de la Policía de la provincia.

Finalmente y tras varios días de abandono, el agente fallece en el hospital del Milagro, a las 19:40 del lunes 7 de septiembre. Desde el ministerio a cargo del cnel. Juan Manuel Pulleiro ni siquiera se expidieron al respecto aunque ya tienen en su poder el mismo documento al que accedieron nuestros periodistas, llamado técnicamente informe de relevancia. 

Sus compañeros denuncian que hubo un abandono sistemático de la cúpula policial y ministerial, y temen por la enorme escalada de posibles contagiados (más de 600), los cuales se encuentran aislados.