Un informe definitivo sobre el otrora ministro estrella de la urtu-gestión desnuda falencias y faltas de controles por cifras millonarias. 

 

Si bien han pasado casi tres años desde el final de la gestión de Juan Urtubey, todavía siguen saliendo algunos trapitos al sol. En este caso, la Auditoría General de la Provincia puso la lupa sobre el ex Ministerio de la Primera Infancia, vendido como un modelo único de la pasada gestión para luchar contra la desnutrición. Las comunidades sabían que eso era una falacia -lo sabían de la peor manera, porque se cansaron de sepultar niños y bebés por desnutrición- pero en la capital y con mucho marketing, Charly Abeleira, entonces a cargo, intentaba vender su gestión, junto a Conin, como un modelo exitoso. Pero la actual gestión descontinuó el programa y algunos de los motivos quedan en evidencia en el informe que la Auditoría General realizó sobre el funcionamiento de ese Ministerio.

El informe

El informe definitivo que recibió en su despacho Antonio Marocco, en su carácter de titular de la Cámara de Senadores de Salta hace hincapié en la parte financiera: cómo distribuyó Primera Infancia la guita entre 2015 y 2019.

Este informe definitivo confirma una auditoría previa en la que se buscaba revelar cuánta plata le pasó el Gobierno a Conin, la fundación creada por Abel Pascual Albino, el gurú antihambre que dijo que el preservativo no protege porque “el virus del SIDA atraviesa la porcelana”. Conin, aunque parezca mentira, no recibió un peso. Toda la plata que Charly Abeleira destinó a luchar contra la desnutrición fue a Organizaciones No Gubernamentales, que aplicaban la metodología Conin.

“El análisis de las transferencias realizadas a las organizaciones sociales que aplican la metodología CONIN y que recibieron fondos bajo la órbita del ex Ministerio de la Primera Infancia se aplicó en el 100% de los casos, es decir, 144 transferencias por un total de $ 11.329.080”, indica el informe.

La Asociación civil Crecer de Metán, la Fundación Nutrir Salta y la Fundación El Fortín fueron las beneficiadas.

Las críticas son precisas en el informe: “El ex Ministerio de la Primera Infancia liquidó el gasto, mando a pagar e hizo efectivo el pago de subsidios, es decir, canceló la obligación asumida, sin que las organizaciones sociales que aplican la metodología CONIN hayan dado cumplimiento a la obligación de rendir cuentas establecida en los convenios de trabajo conjunto, a saber: “LA ORGANIZACIÓN, deberá presentar, en forma mensual las correspondientes rendiciones de gastos realizados, sin las cuales no se hará efectivo el pago del subsidio del mes siguiente.”

Es decir, Abeleira habilitó la etapa del devengado (liquidación del gasto y emisión de OP) y pagado, sin contar con documentación que demuestre el cumplimiento de las obligaciones asumidas por las organizaciones sociales.

El informe también critica que “se hizo efectivo el pago de los subsidios que se detallan a continuación, por un total de $ 7.362.720,00, en forma previa a la presentación de las rendiciones de gastos mensuales”.

Lo mismo con las otras

El informe termina recomendándole al ex ministro estrella de la urtugestión algo básico para cualquier gestión: Diseñar un sistema de control interno, que proporcione un grado de seguridad razonable en cuanto a la consecución de los objetivos organizacionales -tanto en relación con la gestión operativa, con la generación de información y con el cumplimiento de la normativa-, tomando como parámetro los cinco componentes que sirven para un control interno efectivo, de manera tal que se intensifiquen los controles en forma previa al pago de los subsidios. A tal fin se sugiere una adecuada coordinación entre el SAF del Ministerio y el área encargada de coordinar y realizar el control de gestión de las obligaciones que hubieran sido asumidas por las organizaciones sociales que aplican la metodología CONIN”. No es nada grave. Pero sí alcanza a explicar el por qué del fracaso contra la desnutrición infantil en Salta.