Los estudiantes de Humanidades reeligieron como representantes al Movimiento 10 de Octubre el pasado miércoles. Con un padrón de 2.000 alumnos, la abstención a la Facultad más politizada de la universidad llegó al 65%. La Franja Morada fue la gran derrotada. El PO y los K no remontan. (Fernanda Solá)

 Las listas que se tironearon el timón del Centro Único de Estudiantes de Humanidades (CUEH) fueron seis: Franja Morada, Adobe en el Frente Independiente, Movimiento 10 de Octubre, Sur, Nueva Izquierda-MST, y el frente Partido Obrero-CEPA. El mayor caudal de votos lo alcanzó, consiguiendo la re-elección, el proyecto que lleva adelante el Movimiento 10 de Octubre, agrupación que se suscitó al calor de la Toma del Rectorado del año pasado y que fue la que destronó a la Franja Morada en la elección 2013 luego de varios mandatos consecutivos de los afines a la UCR.

El Movimiento 10 de Octubre repitió su victoria incluso haciéndola más holgada que la del año anterior, en la que apenas pudo sacarle una luz de ventaja a la lista que antes de la Toma era favorita a deponer a la Franja, Adobe. En aquella oportunidad el margen se redujo a un dígito. En este caso el retroceso de Adobe fue un factor clave en el afianzamiento de la agrupación de La Toma, que capitalizó ese retroceso y sostuvo a su piso mínimo de electores.

Los números finales, sumados a instancias de los escrutinios por mesa apenas terminada la elección, arrojaron que el Movimiento de 10 Octubre obtuvo 226 votos, seguido por la Franja Morada con 201, muy por detrás Adobe con 143 y completando el panorama la alianza PO-CEPA con 108 votos. Los resultados finales mostraron también el alto grado de abstención: menos del 35% del padrón se hizo presente para emitir su sufragio con lo cual se concluye que el grado de representatividad dentro de la Facultad con mayor tradición política, es magro.

De todos modos, decíamos, el Movimiento 10 de Octubre ratificó su modelo asentado en propuestas claras, concisas y próximas. El Movimiento no se ocupa de asentar fuertes posiciones con respecto a la política nacional o provincial, pero sí se da a la tarea de mostrar su relativa autonomía con respecto a los partidos y las camarillas docentes. Lo de relativa tiene que ver con la composición de base de este 10 de Octubre, que ciertamente no es el mismo que se coronó en la elección 2013; entre sus militantes se encuentran afiliados a La Mella-Patria Grande, partido que se arroga el mote ser parte de la izquierda independiente.

La renovada formación del 10 de Octubre durante el 2014 en la que pudo observarse la ida de muchos de los militantes que habían estado en la conformación del Movimiento durante la Toma del rectorado, hacía prever cierto debilitamiento hace unos meses. Sin embargo la influencia de los genuinamente independientes volvió a hacerse sentir hace unas semanas cuando se reagruparon, consiguieron sumar a compañeros que simpatizaban pero no se definían claramente y consolidaron una lista en la que lograron imponer a sus referentes. Del seno de esos independientes salen los apellidos de la conducción para el próximo 2015: Nadia Carlos, como Presidenta, y Soledad Cayo como Secretaria General.

El hecho de haber sido el oficialismo le jugó a favor al 10 de Octubre, que en vez de asumir la necesidad de elaborar propuestas, enarbolar denuncias al gobierno o enunciar estridentes planteos sobre cómo hacer funcionar el Centro de Estudiantes, se limitó a decir que continuaría desarrollando la misma política que hasta el momento, enfocándose sobre todo en sus acciones de mayor visibilidad durante el año: la auto-gestión legítima de anillados para los alumnos, el empleo activo y óptimo de la hemeroteca, y un acercamiento entre la Universidad y la Sociedad a través del área de extensión.

La oposición ayuda

Otros factores también fueron influyentes en la re-elección: un retroceso en su competidor directo, Adobe; la desvinculación entre Universidad y Sociedad que le ha generado al Partido Obrero la ida de sus referentes en la Facultad para ocupar cargos legislativos; y un pálido desenvolvimiento de las estrategias de aparato normalmente bien manejadas por la Franja Morada. Más allá que estos últimos desempolvaron algunos de sus más obsoletos recursos como llevar en remises a los votantes o cobrarse algunos favores de estudiantes des-interesados de la política implorándoles un voto, su cosecha no pudo ni acercársele al de los vencedores.

Una especial descripción merece el vector de competencia de electores con Adobe. La mayor parte de los estudiantes de la Facultad, al menos los que manifiestan un interés por el voto, anulan las cristalizaciones bipolares entre las que sitúan en un extremo a la Franja Morada y en el otro al Partido Obrero. En ese sentido, con mayor o menor afinidad al proyecto Kirchnerista o Urtubeysista, se inclinan por las posiciones moderadas que no se afanan en asumir posiciones políticas ideológicas o programáticas explícitas. Ese fenómeno se da con mayor fuerza en las dos carreras con mayor envergadura de votantes: Ciencias de la Educación y sobretodo Ciencias de la Comunicación.

Antes de la Toma del rectorado Adobe prácticamente hegemonizaba en Ciencias de la Comunicación esa posición de agrupación estudiantil ecléctica, aunque existía cierta sospecha de su afiliación con el Gobierno de la Facultad. Luego de la Toma en octubre pasado no sólo se presentó como una opción intermedia en cuanto a las cristalizaciones sino también como una fuerza con mayor autonomía respecto de las autoridades facultativas, cuestión que ratificó durante este año con su enfrentamiento público contra la Decana por su pretendida prohibición al proyecto de anillado gratis para los estudiantes que promovía el Movimiento.

Por último el 10 de Octubre se coló en un espacio que tradicionalmente había sido dominado por el Partido Obrero, la asamblea de estudiantes de Filosofía. En ella se determina por mandato asambleario a qué fuerza acompañar, ejercicio de discusión que es previo a los comicios y que termina por ser muy influyente. Durante este año el Movimiento ganó en esa Asamblea, a la cual se le sumaron las de Letras y Antropología. En resumidas cuentas, se adueñó de las carreras con menos votantes, pero también aprovechó el retroceso de Adobe en las carreras con más caudal de electores.