Ayer familiares de policías se reunieron y marcharon por el casco céntrico. No contaron con la adhesión explícita de los uniformados. Autoridades amenazaron con despidos.
Parece que ya es tarde. Los policías salteños amagan, con mucha tibieza, sumarse a una protesta que ya no existe en el resto del país.
Aún así, ayer decenas de familiares de policías se manifestaron en el Centro Policial Sargento Suárez y convocaron a un paro policial en la provincia. Incluso ayer presentaron un petitorio que hasta la tarde el Jefe de Policía aseguraba ni siquiera no haber leído.
Lo que mantiene la tensión es esta indecisión de la policía: los saqueadores esperan el momento para atacar y los policías extorsionan con esa posibilidad.