Aunque el gobierno había garantizado que todos los trabajadores de la empresa prestatario de juegos de azar no perderían sus trabajos con el traspaso, lo cierto es que son más de 130 personas los que no serán tomadas por la nueva empresa.
El Ministerio de Trabajo no hace más que lavarse las manos. Las pocas veces que algún funcionario abre la boca parece un vocero de la nueva empresa, que no quiere tomar a 130 empleados permanentes de los casinos.
Dejan una puerta abierta, pero lo que les dan a entender a los desesperados ex empleados es que no serán tomados en cuenta y que sólo les pagarán este último mes de haberes. Tampoco se sabe quién pagará las indemnizaciones.
Se esperan protestas céntricas en los próximos días.