El plazo de uno de los siete jueces de la Corte de Justicia de Salta, Guillermo Félix Díaz, se terminó sin que el Gobierno intente extendérselo. Mirta Lapad, hermana de Mashur, uno de los mandamases del senado, podría reemplazarlo. Teresa Ovejero también suena. (Franco Hessling)

Hace menos de una quincena que venció el plazo de Guillermo Félix Díaz como miembro de la Corte de Justicia de Salta, el máximo tribunal en la estructura judicial de la provincia. La vacante abre paso a entretelones ásperos, que abarcan desde disputas hasta contubernios, y que demuestran que el armado de la Justicia, lejos de ser independiente, está directamente vinculado con las circunstancias de ocasión de la marea política.

No por unas elecciones ni por un fallo judicial exclusivamente, están vinculados porque conjuntamente, políticos y jurisconsultos, entraman un poder que tanto sirve como escudo institucional compartido como, por disputas internas, arroja muertes indescifrables para el sentido común alejado de los conciliábulos palaciegos, como las de Alberto Nisman y Néstor Píccolo, sólo por citar algunas recientes. La independencia del Poder Judicial es inexistente porque se ha subvertido la autonomía de poderes que se contrapesen entre sí, por la urdiembre de un único poder misceláneo, musculatura estatal dispuesta para sostener la impunidad. Políticos, jueces, magnates y abades católicos se entrelazan en esa patriada por la cristalización del statu-quo.

La Corte de Justicia de Salta, entre otras cosas, en los últimos tiempos resolvió casos como la culpabilidad de Santos Clemente Vera, el aval a la educación religiosa en las escuelas públicas y la expiración de las causas por corrupción de Sergio “Topo” Ramos. Por ello, para las tropas políticas es una preocupación acuciante quién ocupa uno de los siete lugares entre los cortesanos provinciales. El campo de dirigentes y partidos de ningún modo espera pasivamente la importante decisión, cada facción presiona para imponer sus nombres.

Cada vez que un letrado es promovido al rango de juez o fiscal, dese por hecho que una fracción política impuso su voluntad. Cada juez o fiscal, digámoslo sin empacho, tiene sus filiaciones ideológicas, o partidarias, o faccionales, o familiares. O algunas de ellas combinadas, o todas juntas. Debido a ello, se deduce que si no se renovó el plazo de Díaz en las jornadas previas a su vencimiento es porque no había voluntad política del oficialismo para hacerlo. Grand Bourg mostró desinterés en extender la estancia del magistrado en el máximo tribunal.

En días recientes circuló el rumor que una mujer sería la que ocuparía el lugar del juez saliente. Cuarto Poder recibió información de allegados a la Justicia provincial que signan a Mirta Lapad como la elegida por el poder político.

Currículum familiar

No es otra que la hermana del senador provincial por Ridavavia y vicepresidente primero del cuerpo legislativo, Mashur Lapad. Junto a Atta Gerala, una de las figuras políticas de peso en el Chaco salteño, adonde no sólo son propietarios de los negocios más prolíferos sino que también cuentan con medios de comunicación propios, y estructuras de punterismo rural para amedrentar a comunidades en pie de lucha contra la voracidad del productivismo, la especulación y las urbanizaciones citadinas.

La hermana de Mashur es, desde 2012, Asesora General de Incapaces dentro del Ministerio Público de la Provincia, terreno de dominio del Procurador, Pablo López Viñals, artífice de la reforma al Código Procesal-Penal local, promotor del sistema acusatorio, y esbirro cercano a la familia Urtubey, aquella que no sólo legó a Salta a Juan Manuel, Rodolfo y José, sino también a una Justicia timoneada por López Viñals, Ramiro Simón Padrós y Pamela Calletti. Según supo este semanario, las relaciones entre la mujer Lapad y el Procurador General no son las mejores, por eso López Viñals aprovecharía para recuperar para su grey al cargo de Asesora General de Incapaces.

La presión para que la actual integrante de la órbita de López Viñals pase a la Corte de Justicia podría ser una jugada conjunta de muchas melazas del poder misceláneo que se asocia en el sostenimiento de la impunidad. Desde su confraterno hasta sus protectores judiciales, quienes la amparan desde hace un quinquenio en su cargo de Asesora General de Incapaces, se beneficiarían de que ella, Mirta Lapad, ocupe el lugar de Guillermo Félix Díaz.

Algunas rumores más discretos no apuntan a la hermana de Mashur sino a otra mujer, la actual secretaria electoral, Teresa Ovejero. Más por lo bajo aún, se habla de Sandra Bonari, quien estaría promocionada por el propio presidente de la Corte de Justicia. Al parecer, la intención consensuada en los filamentos del poder misceláneo es que la vacante sea ocupada por una fémina.

Actualmente el máximo tribunal está presidido por Guillermo Catalano -miembro del Partido Justicialista-, quien es secundado por Susana Kauffman -única mujer, esposa del diputado conservador Guillermo Martinelli-, Fabián Vittar -exdirigente del Partido Renovador de Salta-, Guillermo Posadas -tío de Matías y expresidente del tribunal-, Abel Cornejo -presidente del Consejo de la Magistratura y corredactor del Código Procesal Penal-, y Ernesto Samson -exsecretario general de la Gobernación, desde 2007 a 3013.

Además de la casi resuelta salida de la Corte de Justicia de Díaz, en 2018 podría surcarse un nuevo vacío por la jubilación de Kauffman. Habrá que esperar para conocer qué intenciones tiene la hasta ahora única mujer del plantel de cortesanos, si buscará extender su estancia en el sitial de poder o si se acogerá al beneficio jubilatorio. De optar por lo primero, en dos años se habrían cambiado dos de los siete jueces del tribunal, imponiendo tal vez nuevas predominancias políticas en el pináculo de las decisiones judiciales.