En tiempos de campaña, los celos políticos dentro de los mismos frentes se llevan a flor de piel. Esto ocurre a nivel nacional con el sector de Cambiemos, quienes ya no disimulan y dirimen sus rencillas a grito pelado frente a quienes quieran escucharlos. 

Por Lola Mento

Una versión parecida, pero más civilizada, se vio esta semana entre dos sectores del mismo frente electoral liderado por el presidente Macri que extrañamente estarían pujando por llevar a sus líderes al sillón más alto del Grand Bourg. 

Por un lado el senador nacional Juan Carlos Romero, quien ya no disimula que se está probando el traje de mandatario, acudió “invitado” a una reunión en la Cámara de Comercio de Salta. El propio legislador agradeció vía redes sociales, a los representantes de todas las Cámaras asociadas por la invitación  y por transmitirle las inquietudes del sector. También por escuchar su posición y “por el compromiso de luchar juntos por un futuro mejor” (no aclarando, desde donde piensa dar la batalla). Hasta ahí quedó y queda claro, que el único líder y conductor de ese espacio, es Juan Carlos Romero, siendo la estrella de la reunión. 

Desde el otro sector, el que trabaja para que Gustavo Sáenz sea gobernador, no quiso quedar atrás y encargó a su candidato Omar Exeni, una reunión similar bajo el pretexto de la inauguración de las Cámaras Pymes en Acción, una especie de organización de jóvenes comerciantes que supieron hacer de trampolín al comerciante de los fiambres para que se catapulte con aspiraciones a concejal. 

Todo bien hasta ahí, excepto porque en esta reunión habían más funcionarios que Pymes, y a la hora del protagonismo, luego del discurso del intendente Sáenz, se apropió raudamente del micrófono el Secretario Ricardo Villada, y hasta Exeni tuvo el coraje de balbucear unas cuantas palabras que sonrojaron de la vergüenza a los presentes. 

Es sabido por todos que luego de esto, fue que el intendente sintió molestias físicas que determinaron su internación, pero en esto si, “queremos deslindar responsabilidades” sobre las sospechas de que tanta desesperación por trascender de sus propios funcionarios, fueron los motivos del disgusto de Sáenz. 

Lo cierto es que al jefe comunal no le pasó desapercibido que Ricardo Villada, Omar Exeni, Nicolás Avellaneda, Francisco Benavidez, Nacho González, eran demasiados caciques, para un solo convite.