Mientras el matutino local ha planteado el probable arribo de Rodolfo Urtubey, Pamela Calletti y Ramiro Simón Padrós a la Corte de Justicia, completando el aterrizaje de los urtubeycistas en fuga o con próximos despidos, lo que se ha revelado es otra maniobra tendiente a garantizar trabajo a un notorio del gobernador saliente.

Por Lola Mento

El que viene con el as en la manga para ingresar al tribunal superior de justicia salteño es Pablo Kosiner, a quien se le prometió la renovación en el cargo de diputado nacional y hace poco se bajó de la campaña a gobernador virtual que había montado. Al parecer, dentro de los acuerdos que se vienen tejiendo para armar una megalista en la que entrarían Urtubey, Romero, Sáenz y Olmedo, no habría lugar para este espadachín fiel del gobernador, ya que en ese arreglo el premiado con la banca de la cámara baja nacional, sería Miguel Isa.

Por lo pronto Rodolfo Urtubey desmintió que su hermano lo vaya a nombrar explicando –sin ponerse colorado- que Juan Manuel no es nepotista. Pamela Calletti confía en sus atributos estéticos que le ponen un límite en el tiempo y en un currículum armado en base a nombramientos a los que accedió luego de ser la profesora adscripta del desaparecido Rodolfo José Urtubey, padre del primer mandatario. Primero le encomendaron el Ministerio de Justicia en el que tuvo una gestión opaca, para luego aterrizar en la Fiscalía de Estado en donde tampoco brilló ni obtuvo notoriedad alguna.

Ramiro Simón Padrós, cansado de fracasar en cuanto concurso se presentó para cubrir vacantes en los juzgados federales, ahora confía en que será recompensado por tanta colaboración en la Secretaría General de la Gobernación.  Recientemente fue vetado de un concurso en el que salió ternado para ingresar al Tribunal Oral Federal y ahora se inscribió en la gran bolsa de trabajo creada a partir de la seguridad de que no existirá otro mandato para Urtubey.