Amasó su fortuna en base a la publicidad del Estado, siempre fue amigo del gobierno de turno; usó su medio de comunicación para llegar a ser diputado nacional, donde cobra más de 200 mil pesos por mes sólo por votar a favor o en contra: casi no presenta proyectos ni opina en el recinto. Es un calientabanca pero está en contra de hacer un aporte extraordinario.
Y ahora tuvo un rol, cual títere de su partido: votar en contra el impuesto a las Grandes Fortunas, que de todos modos se aprobó, con 133 votos a favor y 115 en contra.
El impuesto busca recaudar alrededor de 300 mil millones de pesos para ser utilizado con fines sociales y sanitarios, vinculados con la pandemia de coronavirus.
Pero a Grande esto de que les toquen un poquito los bolsillos a los ricos le molesta. Y eso que la medida implementada en Argentina no es tan dura como la del gobierno Alemán.
Twitter fue la plataforma elegida por el diputado nacional del PRO para hacer su catarsis.
«Curioso..con casi la mitad de los argentinos bajo la línea de pobreza Maximo y sus cómplices aplican nuevos impuestos a los que crean trabajo, el resultado ya lo conocemos, combatiendo al capital algun dia se ira y jamas volverá, y que te den trabajo Cristina,Francisco y Grabois» (sic) escribió enojado Martín Grande, incapaz de ponerle acento a las palabras “algún”, “día” y “jamás” (algunos se preguntan cómo se recibió de comunicador social en la Católica, la pregunta es cómo terminó la primaria).
Algo que alguien debería decirle a Grande es que dar trabajo tampoco es una gran virtud. Pablo Escobar tenía a cientos de personas trabajando para él.