En la provincia que alberga el segundo evento religioso más importante del país, uno de cada dos votantes dio su apoyo a un candidato que asegura que el Papa es el “representante del maligno en la tierra”. Una aproximación al fenómeno Milei (y sus múltiples contradicciones) a través de historias simples de peregrinos del Milagro. 

Nicolás Bignante

 

El señalamiento de aparentes contradicciones en la esfera de votantes de La Libertad Avanza ha demostrado ser una estrategia impotente para frenar lo que hoy se caracteriza como el “fenómeno Milei”. A lo largo y ancho del país se oyeron testimonios de votantes del economista de ultraderecha que: 1) asisten a instituciones educativas públicas; 2) son beneficiarios de planes sociales; 3) trabajan en el Estado; 4) integran el colectivo LGBT; 5) perciben salarios por debajo de la línea de indigencia; 6) comulgan con la lucha feminista; 7) asisten a hospitales públicos, y un largo etcétera.

Lo que en el eje del peronismo/progresismo se procesa como una paradoja irreconciliable podría, en realidad, ser el fundamento y la razón del avance paleolibertario: la de sostenerse a pesar de sus innumerables contrariedades.

En un intento por comprender el resultado electoral en el departamento Los Andes, donde Milei obtuvo el 63,3% de los votos, la periodista Paz Rodríguez Niell sintetizó: “Cada uno pone en Milei, lo que quiere que sea Milei. A sabiendas de que eso incluye un montón de cosas que no quieren. Milei ha logrado que el cambio represente para cada uno, una cosa distinta”.

El “cambio” (como significante en constante disputa) avanzó sobre un universo infinito de salvedades que incluye, entre otras cosas, las declaraciones del candidato libertario contra el líder de la iglesia católica, Francisco I, a quien acusó de ser el “representante del maligno en la Tierra”. Los dichos del candidato a presidente resonaron en los últimos días, pese a que se pronunciaron en 2020, y motivaron desde misas de desagravio, hasta recomendaciones del jefe de la iglesia doméstica. Aunque no especificó una asignatura en concreto, el arzobispo Mario Cargnello aconsejó al economista “estudiar un poco”.

Sin embargo, los agravios -convenientemente traídos al presente como parte de la campaña en curso- no parecen haber desatado conflicto alguno en el universo de simpatizantes católicos de Javier Milei. De igual manera, las promesas de ajuste y recorte de derechos laborales no impidieron que una buena porción de la clase trabajadora optara por la boleta violeta.

Laclau sostiene que no existe ningún vínculo “natural” entre una posición socioeconómica dada y la ideología que conlleva, de manera que -para el autor- es absurdo hablar de engaño o falsa conciencia. Eso debería alcanzar para abandonar el recurso omniexplicativo del votante “desclasado” que, hasta ahora, poco y nada ha aportado a la comprensión del avance de la ultraderecha.

“Camino para que se arregle el país”

Sergio Roldan tiene 47 años y llegó a la Capital el pasado jueves junto a otros 300 peregrinos del paraje Isonza, a 130 kilómetros de la ciudad. Entre las intenciones y pedidos para los santos patronos no faltaron la salud y el trabajo, pero también clamó por el ordenamiento de la situación económica y política. “Este año camino para que se arregle la situación del país, en lo económico, sobre todo. Está difícil la cosa y ojalá que los políticos escuchen. Ellos deberían estar acá marchando de rodillas”, contó a Cuarto Poder.

En el departamento San Carlos, donde vive, Milei se alzó con el 43,35% de los votos. Aunque confiesa no estar muy empapado en las propuestas del libertario, asegura que “es un loco, y los locos tienen suerte”. A la hora de recordar sus dichos sobre el Papa, toma distancia. “Eso me parece que ya es un tema aparte. No estoy de acuerdo, para mí se fue al pasto”. Sin embargo, le resta importancia y resalta que “es necesario un cambio” y que, como trabajador rural, cada día le cuesta más llegar a fin de mes. “Esto, así como está no puede seguir. Puede ser que el tipo termine siendo igual que el resto, no vamos a decir que no, pero yo creo que ya hay mucho cansancio”, remató.

“Mis alumnos me hablaron de él”

Rosa Farfán es docente en Chicoana y marchó junto a sus compañeras de trabajo y otros 250 caminantes de la Quebrada de Escoipe al encuentro de las imágenes. El enfoque político de la charla emerge espontáneamente cuando menciona que pidió al señor del Milagro que “ilumine a nuestros mandatarios”, ya que, en su pueblo, “sólo aparecen para las elecciones”. Posiblemente, este haya sido uno de los motivos por los que Milei cosechó en agosto el 49,38% de los votos en su departamento.

El candidato no terminaba de convencerla, hasta que lo hizo su hijo de 22 años. “Los jóvenes son los que están votando a Milei y si le toca gobernar, ojalá que Dios lo ilumine. En mi caso fue mi hijo el que me dijo: ‘mamá, hace falta un cambio’ y me convenció. Espero que sea todo para bien, porque con los que están, así nos va”, lamentó.

Claudia, su compañera, menciona que el candidato de La Libertad Avanza es tema de conversación entre sus estudiantes. “Mis alumnos me hablaron de él, lo ven por Tik-Tok”. Ni ella ni sus colegas parecen preocupadas por la implementación de vouchers educativos que promete el libertario en caso de llegar al poder. En cambio, sostiene: “a este al menos no lo conocemos, los otros ya sabemos que nos robaron”.

“No lo comparto, pero…”

Los 160 peregrinos que arribaron a la capital desde El Jardín, lo hicieron bajo la coordinación de Carlos Leguizamón, un empleado municipal de 55 años. En diálogo con Cuarto Poder remarca que todos los años marcha para que haya más trabajo, ya que en su pueblo escasean las oportunidades. Con menos de 6000 votantes habilitados, en el departamento La Candelaria Milei obtuvo el 45,87% de los sufragios.

Al igual que muchos de los participantes, Carlos le baja el tono a la polémica entre el candidato presidencial y el máximo referente de la iglesia: “Yo no lo comparto, pero una cosa es su pensamiento sobre el Papa y otra cosa es lo que va a hacer”, se justifica. Consultado sobre la posibilidad de que no existan las indemnizaciones en el futuro, Carlos se aferra a la creencia de que no va a ocurrir tal cosa. En su pueblo, según deja entrever, son pocos los que imaginan un panorama drásticamente peor al actual. “Ya probamos con los de un lado y ahora con los del otro, pero parece que son los mismos nomás”, acota.

“Rezamos por el fin del aborto”

En los momentos previos a la llegada del grueso de las peregrinaciones, una imagen captó la atención de los fieles en plaza 9 de julio. Un grupo de personas de distintos puntos de la ciudad desfiló por calle Zuviría portando un cartel con los colores de la bandera nacional. La leyenda: “Rezamos por el fin del aborto”.

La consigna, presumiblemente, alude a la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo aprobada en 2020, puesto que la existencia de la práctica en sí, demostró no estar atada a deseos ni plegarias. En medio de algunos aplausos, uno de los hombres que encabeza la protesta peregrina pide “frenar el terremoto del aborto”, en clara alusión al mito fundante del milagro salteño.

La figura del candidato libertario, en este caso, divide aguas. Mientras que una de las manifestantes aseguró que no se puede permitir semejante agravio al referente de la iglesia, otra de ellas matizó y opinó que: “es el único que se expidió en contra de este derramamiento de sangre. El resto de los candidatos son cómplices. A pesar de las diferencias que podamos tener, es el único que puede frenar este genocidio”.

“En la mina todos votamos a Milei”

José Almeida, trabajador minero de 36 años, sostiene con orgullo el estandarte de una de las peregrinaciones más antiguas del Milagro, la de San Antonio de los Cobres. En su caso llegó en bicicleta junto a otros 250 fieles el jueves por la tarde.

Con sus lentes tornasolados y llamativo atuendo “biker” es uno de los menos esquivos para abordar el tema electoral. No es para menos, su departamento fue bautizado como la capital del mileísmo por el contundente 63,3% que obtuvo la lista del economista “anticasta”. “La realidad es que en la mina todos votamos a Milei, los empleados y los jefes”, sostuvo. La frase concuerda llamativamente con la reflexión que salió de los labios de Mario Antonio Cargnello, segundos antes de pedirle al expresidente Mauricio Macri que se llevara el rostro de los pobres.

“En el caso de los mineros, ellos vienen juntos: el dueño de la mina, el gerente y el último de los mineros. Y provocan una nueva sociedad en Salta. ¿No es posible venir juntos caminando por la historia?, ¿Por qué creemos que la historia tiene que hacerse desde la pelea? Nos lo enseñan los pobres”, pronunció el mandamás de la iglesia durante la festividad de 2019. La enseñanza que Cargnello pretendía transmitir de pobres a políticos y de políticos al resto de la sociedad, no es otra que la de la conciliación de clases, como forma de sostenimiento del status quo y -a la vez- como negación de la lucha de clases.

La reflexión final de José abre la puerta a más interrogantes aún: “En el pueblo la mayoría votó a Milei porque somos gente trabajadora. Creo que hay un cansancio. Un cansancio de ver como se llevan todo y a nosotros no nos queda nada. Son muchos años ya y el pueblo sigue como estancado. Al fin y al cabo, esté quien esté nosotros vamos a tener que seguir laburando, ¿que no?”.