La argentina Silvia Gold, doctora en Bioquímica argentina y presidenta de la Fundación Mundo Sano, tiene una meta: lograr que para el año 2030 ningún bebé nazca con mal de Chagas. Con ese objetivo impulsa una campaña para que todas las mujeres en edad fértil reciban el diagnóstico y, en caso de requerirlo, el tratamiento para la enfermedad.

Desde hace cuarenta años, Gold trabaja para mejorar la vida de las personas afectadas con la enfermedad del Chagas. En los últimos años ha logrado incluirla en la Declaración de Londres sobre enfermedades desatendidas y crear un consorcio público-privado para producir benznidazol, el fármaco de referencia para el tratamiento temprano de esta afección reconocida por la Organización Mundial de la Salud como una de las trece enfermedades tropicales más desatendidas del mundo y endémica en 21 países de Latinoamérica. En Argentina, se estima que hoy hay más de un millón y medio de personas que padecen Chagas.

Exiliada en 1976 en Barcelona, Gold se dedicó a combatir las enfermedades de la pobreza como creadora junto a su marido Hugo Sigman de la empresa Chemo, un laboratorio de medicamentos genéricos. Con la vuelta de la democracia el matrimonio Sigman Gold volvió al país y fundó el grupo Insud, una compañía que aglutina firmas científicas, agroforestales y culturales. En 1998 Gold asumió la presidencia de la Fundación Mundo Sano, que busca mejorar la calidad de vida, el acceso al tratamiento y la prevención del Chagas, que hoy afecta entre cinco y doce millones de personas en el mundo. Y además, hoy se encuentra al frente del Consorcio de Investigación, Desarrollo e Innovación (ID+i) de terapias oncológicas innovadoras.

Por estos días, la mayor aspiración de Gold, reconocida por el diario español El País como “una heroína contra el Chagas”, es conseguir que todas las mujeres en edad fértil accedan al diagnóstico y reciban el tratamiento. Con el fin de cortar la transmisión vertical, es decir la que se produce entre la mujer embarazada y el feto, que actualmente es la vía más frecuente de contagio, Mundo Sano ha diseñado este año una minuciosa campaña para que la enfermedad gane visibilidad.