Cuatro años atrás Cuarto Poder publicó el compendio de denuncias que, por entonces, acumulaba el expolicía imputado por torturas. Esta semana, en su intento de defensa mediática, el diputado de Rosario de la Frontera aseguró haberse «desayunado» con las denuncias.

El presidente del Comité Provincial para la Prevención de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes, Rodrigo Solá, aseguró que la institución que preside tiene constancia de 37 denuncias contra Gustavo Orozco enmarcadas en la categoría de «violencia institucional». Según comentó en una entrevista con Radio Nacional, esto incluye vejaciones, apremios ilegales y torturas. 

De ser así, los casos por los cuales debe responder el actual diputado por Rosario de la Frontera superarían los 40 hechos.

Esta semana, el legislador que entró en una disputa directa con el ministro de Seguridad, Abel Cornejo, improvisó una conferencia de prensa en la que esbozó argumentos para defenderse de las acusaciones. El ex-uniformado aseguró que fue toda una sorpresa encontrarse con que había sido citado a una audiencia de imputación junto a otros cinco efectivos. Frente a las cámaras declaró haberse «desayunado» la noticia el pasado lunes por la mañana, a la vez que se mostró sorprendido de que las actuaciones se hayan dado 7 años después de los hechos.

Pero el desconcierto de Orozco no se fundamenta en el repentino interés de la justicia, sino en los 7 años de impunidad y encubrimiento que acompañaron su paso por la legislatura. 

Sus primeros pasos se dieron al calor del olmedismo, de donde -se supone- mamó los postulados de la demagogia punitivista. El dirigente sojero prometía por entonces llevar a la cámara «un comisario de diputado» y repetía en cuanto programa televisivo se presentaba, que en Rosario de la Frontera le decían «el comisario del pueblo». 

Antes había sido miembro de la custodia de Juan Manuel Urtubey, donde se relacionó con pesados custodios de la capital como «Los Chilos». Durante la gestión «U», a pesar de las denuncias ya existentes, casi no hubo planteos en su contra y muchos apuntan a que su hermana, la exdiputada del Frente Plural Valeria Orozco, fue por mucho tiempo pareja de Carlos Posadas, hermano del juez de Corte y padre de Matías. 

No es menos cierto que con la llegada del saenzismo Orozco no se vio privado de la protección del poder. Hasta hace muy poco tiempo integró el bloque Sáenz Conducción y en la cámara baja provincial reinó el silencio en torno a su figura.

Flojo de argumentos, pesado de prontuario

Para desentenderse de las denuncias, el imputado alegó que los testimonios fueron comprados. Según su lógica y ego, el anuncio de su candidatura a gobernador habría hecho tambalear de nerviosismo a los dueños del poder en Salta y, sumado a su enfrentamiento con Cornejo, habría propiciado el armado de una treintena de causas en su contra.

Pero como se dijo, los hechos datan de al menos 8 años y en 2018 este medio ya había compilado buena parte de las denuncias en su contra. Es sabido que la memoria es frágil por estos pagos, por lo que aquí recordaremos algunas de ellas.

Poli-barrabrava

Hasta el propio Orozco parece olvidar que se encuentra inhabilitado por el Tribunal de Disciplina del Consejo Federal de Fútbol Argentino (como presidente del club Progreso) por agredir a un árbitro a trompadas, lo que consta en el expediente 347/16 de Tribunal de Disciplina Deportiva.

«No puede ser que nos hayas cagado el partido de esta manera», le dijo Orozco al juez del partido y lo amenazó a los gritos: «Esto no va a quedar así». Luego le ordenó a uno de sus ayudantes: «Núñez, pagáles vos a estos muertos de hambre», y dirigiéndose a otro de sus acompañantes indicó: «acompañálos vos hasta la ruta y tiralos ahí a estos hijos de puta». Antes de salir, el infortunado árbitro cobró una piña en el estómago.

Cana amenazante

En el año 2021, La Unidad Fiscal conformada por Verónica Simesen de Bielke y Gabriel Alejandro González, imputó provisionalmente al diputado de Rosario de la Frontera por los delitos de coacción agravada por el uso de arma de fuego, en perjuicio de una víctima, en concurso real con el delito de amenazas, en perjuicio de otra.

El 1 de julio de ese corriente año, cerca de las 15, mientras la primera víctima circulaba con su moto por Avenida Palau, esquina Juan Carlos Dávalos de Rosario de la Frontera, fue interceptado por varios pegatineros, por lo que frenó su marcha.

En ese momento, Orozco junto con el efectivo policial Sergio Gustavo Guzmán, se le acercaron y le anunciaron un mal futuro, cierto y posible con el fin de obligar a hacer algo en contra de su voluntad, al expresarle que “iban a meterle un tiro si no levantaba las denuncias”, radicadas previamente.

En aquella oportunidad, ambos exhibieron un arma de fuego, por lo que menoscabaron la libertad o tranquilidad de espíritu al procurar crear una sensación de inseguridad en la victima.

Apología del Delito

Según consta en las actuaciones, el legislador habría expresado que quienes maten a un policía y los violadores “deben ser condenados de manera ejemplar en las plazas y ejecutarse como corresponde”.

Además, en la red social Facebook del usuario denominado “Gustavo Orozco”, habría publicado: “los delincuentes que maten a un policía en el delito y aquellos que violan… deben ser condenados de manera ejemplar en las plazas y ejecutarse como corresponde!!!!!!”. A continuación, expresó: “Esto es lo que respondí a los medios salteños cuando preguntaron que pienso de la inseguridad que últimamente estamos viviendo”.

Al otorgar la calificación legal provisoria, el fiscal entendió que la conducta de Orozco está sospechada de criminalidad.

Más amenazas

En 21 de noviembre del año 2021 el diputado Orozco fue imputado por amenazas en carácter de autor. El 28 de julio del corriente año, cerca de las 17, Orozco se presentó en el domicilio de la víctima, ubicado en barrio Arturo Menú de Rosario de la Frontera.

En ese contexto, que fue advertido por diversos testigos, la víctima expresó que luego de un intercambio de palabras, Orozco le formuló expresiones amenazantes como “te voy a hacer cagar, no te vas a salvar, te voy a encontrar en la calle y te voy a matar”, mientras introducía la mano en la cintura y se levantaba la remera con el ademán de sacar un arma”.

Los seis del río

En 2019, la madre de un joven víctima de Orozco brindó su testimonio al periodista, Raúl Díaz, de FM One de Rosario de la Frontera. El objetivo era unir a todas las personas que fueron abusadas por el expolicía.

“A mi hijo le sacó la piel. Tuvo problemas con el vecino y por eso rompió todo en mi casa, lo rameó y lo ahogó en el río. Le sacó la piel de tanto arrastrarlo. Mi hijo estuvo internado a escondidas”, contó la mujer.

El episodio sucedió en 2014 y la fiscalía dio a conocer los detalles de la denuncia el pasado 1 de mayo. En la actuación se lee: «una persona expresa que fue detenido aproximadamente por seis policías vestidos de civil, reconociendo a dos, como Orozco y Ale Luna. Señala que, en la Brigada, le pegaron con la mano y lo ahorcaban con el cinto. Después lo llevaron al río y lo ahogaban, lo desnudaron y le pegaban con un palo por el cuerpo y que el palo estaba envuelto con un trapo para que no se noten los golpes. Luego, en el baño del destacamento le metieron la cabeza en el inodoro y también le hacían dar la cabeza contra la pared. Que lo amenazaban con matarlo a él y su familia».

Tras torturar al joven, según relató su madre tiempo después, Orozco lo llevó al hospital a escondidas, diciéndole a la familia que el joven se encontraba incomunicado en la brigada.

Luego de un tiempo, el Juez dijo que jamás ordenó la detención del chico y lo soltaron, pero continuó internado ya que siguieron golpeándolo.

“Fui con mi denuncia a Derechos Humanos y al congreso de Buenos Aires. Tengo las denuncias, tengo las pruebas. Mi hijo está destrozado solo por pelear con el vecino. El hizo muchas cosas, mucho daño psicológico”, indicó la madre, al tiempo que informó de otros dos casos donde el expolicía quebró a un joven y le tiró la camioneta a una mujer que lo había denunciado.

Orozco alegó en la conferencia de la semana pasada que tiene en frente a un Goliat (el gobierno de Gustavo Sáenz). No obstante, cabe preguntarse ¿Existe acaso una relación de poder más desigual que aquella que se da entre un torturador y su víctima?