Fue editado el libro “Sociabilidades Punks y otros marginales”, una compilación de trabajos académicos que analizan el surgimiento de la escena en Argentina durante la dictadura y su desarrollo en democracia. Conversamos con uno de los compiladores de la publicación, Pablo Cosso, antropólogo y editor de fanzines. (R.E.)
Pablo es Licenciado en Antropología por la UNSa, y ya tuvimos la oportunidad de entrevistarlo con motivo de otra publicación realizada un par de años atrás, hablamos de los Escritos Antropo-punks, un libro en el que abordaba, como su subtítulo lo indica, los “Rescates históricos de la Contracultura y el Movimiento Punk en Argentina (80-90… siglo XX)”, también publicado por la editorial Tren en Movimiento, que hace un tiempo viene sacando una serie de títulos muy cercanos al mundo que en el libro que nos atañe ahora se aborda desde una perspectiva un tanto más ligada a la academia pero sin abandonar las fuentes directas que fueron las primeras en registrar el crecimiento de una movida que se hizo fuerte tras la guerra de Malvinas y tuvo en los 90 con el neoliberalismo de palo fácil y tras la crisis de 2001 un par de puntos de inflexión que dieron como resultado lo que hoy por hoy conocemos como el punk que sobrepasa los meros límites de una estética o un movimiento musical para adentrarse en una forma de vida y una postura particulares para pensar la relación de ciertos sujetos marginados por su condición de diferentes frente al poder de turno que busca la homogeneidad en la población, y a todo aquello que se mira con otros ojos, pues le pega una patada en el culo.
En la introducción a Sociabilidades punks y otros marginales. Memorias e identidades (1977 – 2000) (de ahora en adelante SPYOM), escrita por sus compiladores, ambos Pablos, Cosso y Giori, se puede leer: “Al pasar las generaciones, la necesidad de recuperar la memoria del movimiento Hc-Punk se hizo cada vez más fuerte. Era tanto una necesidad de conocer el pasado, eso que había sido y que se compartía de boca en boca, como de revalorizar y legar una forma alternativa de sociabilidad, de ‘estar en el mundo’ y de ser jóvenes. Una sociedad profundamente conservadora y unos medios masivos serviles al poder económico y político habían ido generando lentamente una serie de imágenes negativas que necesitaban ser contrastadas con un discurso propio que contara la historia como había sido realmente”.
El libro de casi 200 páginas está dividido en 4 capítulos o trabajos de investigación, que enumeramos a continuación:
1.- Anarquistas, cultura y lucha política en Buenos Aires. El anarquismo como un estilo de vida. Es el trabajo de Adriana Petra, Licenciada en Ciencias de la Comunicación, originalmente realizado a principios de este siglo, en él retoma el cruce entre el movimiento punk y el anarquismo en un contexto derivado de este último, en un país con un pasado anarco inmigrante de larga data.
2.- El movimiento punk de Buenos Aires entre la dictadura y “postdictadura”. El escrito de Pablo Cosso, único trabajo exclusivo para esta publicación, en él se “describe la acción autoritaria y la censura cultural durante la última dictadura militar y los primeros años de la democracia”.
3.- HC punk en Tucumán (1994 – 2009). Vidas, historia y fanzines. Realizado en 2010 por Pablo Giori, Licenciado en Letras, en él se analizan los primeros años de la movida punk tucumana a partir de las entrevistas realizadas a los protagonistas de la misma.
4.- Medios y contracultura: el caso de los fanzines punk en Buenos Aires. Trabajo conjunto de los Licenciados en Ciencias de la Comunicación Martín Locarnini, y Máximo Tuja, escrito al fragor de 2001, en él “encontramos por primera vez dentro de una investigación académica, las voces de interlocutores ‘de primera mano’, como Patricia Pietrafesa, Marcelo Pocavida y Luis Alakrán, entre otros. Sus testimonios rescatan las particularidades históricas del Punk en Buenos Aires, puntualizando en los condicionamientos, agenciamientos y devenires de los punks primigenios”.
SPYOM fue terminado de imprimir en agosto pasado, y sobre él nos juntamos a conversar con Pablo Cosso, quien nos comentó: “El sentido último de este libro es que se vea que desde las ciencias sociales se estudia y analiza el movimiento punk y anarquista. Ahí está una de las primeras tesis que se hicieron, por el 2001, de unos pibes que estudiaban Comunicación, Locarnini y Tuja, también el laburo de Petra, una antropóloga que ahora trabaja en el CeDInCi, Giori que es de Letras pero hizo su tesis acerca del movimiento hardcore punk de Tucumán y lo que hice yo fue poner algo para acompañar, cosas que quedaron fuera del otro libro, (Escritos antropo-punks), que es una recopilación de artículos académicos realizados a partir de 2007, cuando comienzan a salir varias publicaciones de Tren en Movimiento, como Historias del Buenos Aires Hardcore, de Julián Vadalá, después salieron cosas de gente del punk que se puso a escribir contando cosas, para el 2005, 2006 ya comenzó a circular un poco más de material, ya editado en libros, varios de la misma editorial”.
Pero SPYOM no está pensado como un libro único, sino como parte de una serie de estudios que arrancan precisamente acá, en esta edición, algo que ya se viene realizando en otras partes del continente, como nos recuerda Pablo, “hay gente en otras partes que está laburando con la escena del hardcore punk, como en Perú o Brasil con la que nos contactamos y labura muy bien. Mirá, si acá sale un libro, allá salen tres sobre el punk”.
En este sentido también nos comenta algunos detalles de los primeros acercamientos al análisis de la movida punk en Argentina y su estudio por parte de quienes son partícipes de una u otra manera de la academia, o de los medios de comunicación: “Digamos que el 2000 comienzan las primeras cosas aisladas, aunque uno se pone a investigar y encuentra otras cosas, casi como un laburo etnográfico. El más viejo que vi puede ser del 90 o 92 que es de una mina de la facultad de psicología que se fue a ver todos los grafitis punks, y su trabajo lo lleva para el lado de la psicología social, pero por lo menos ahí queda reflejado que había punks en esa época; después otro flaco en Costa Rica por el 97 hizo un laburo con revistas del tipo Fin de Siglo, Cerdos & Peces, porque ahí ya venían presentando mucha info, haciendo reportajes, entrevistas; además claro que estaban los fanzines y algunos medios más ‘masivos’, como El Porteño, El Expreso Imaginario, la Revista Humor”.
En cuanto a la selección y organización del material disponible para la publicación, pensando en la posibilidad de hilos conductores, Cosso piensa un momento y luego arriesga una respuesta: “Tal vez podemos pensar dos: uno temporal y otro espacial; a nivel temporal, como te dije, 1977 es el primer dato que se tiene del punk en Argentina y vamos hasta 2009, porque luego salieron más cosas, pero no las trabajamos. Y la cuestión espacial va por Buenos Aires y también tenemos el caso de Tucumán por la cantidad de material que hay, porque después de la escena de Buenos Aires es la más trabajada, y eso que son 3 o 4 personas, pero son repilas, y comparado con lo que pasa en Salta, ni te digo, aunque acá hay una chica, Marina Sánchez, que está haciendo su tesis sobre el movimiento punk salteño, a pesar de que es una escena pequeña, yo también me puse a trabajar un poco sobre lo que pasa acá, porque arranca como en el 2000, en cambio los tucumanos en el 92, 95 ya estaban fuertes”. Esta investigación a la que hace referencia pablo puede encontrarse, junto a otros artículos sobre la movida punk anarquista local en el fanzine que edita junto a José Saravia, titulado Panorámica Subterránea del NO(A).
Pensando en estas cuestiones temporales, pablo nos comenta un poco más del trabajo que realiza en SPYOM: “Lo mío es un trabajo de antropología histórica, lo que hago es agarro los fanzines de los punks, cómo ellos se hablan a ellos mismos, y así como para el historiador se va, digamos al registro civil para acudir a la fuente, para mí eso está en los fanzines. La idea es un poco darle entidad histórica a esta gente y a estas producciones culturales. Entonces tiene ese doble propósito, contar y dejar ver ese estado de retórica favorable a que se vean esas historias que si bien no eran las oficiales, también marcaban sentido y son formas que también influenciaron. También pasa por preservar esa memoria histórica postdictadura de las identidades subalternas. Ahí se ven las relaciones de tensión, cuando la iglesia les da con un palo, cuando la policía los caga a palos, cuando prohibían las publicaciones, cuando se llevan presos a punks porque los agarraron con fanzines anarquistas, estamos hablando del 86, 87. Ahí lees esas cosas que eran así, era la tónica de esa época. Actualmente ya no es así, obviamente que no”.
Por ahora el libro no se encuentra en las librerías salteñas, pero puede adquirirse mediante el contacto directo con los autores a través de su página de Facebook, también queda pendiente la presentación oficial y todas las demás que se realizarán en las distintas ferias anarquistas e independientes del país.