Las políticas de prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual se ven impedidas ante la poca entrega de preservativos por parte del Ministerio de Salud.

El año pasado mientras una pandemia azota el mundo y el país, desde el Ministerio de Salud de Nación reconocieron que se hizo una entrega mucho menor de las partidas de preservativos a las diferentes provincias.

Esto, aunque las consejerías comunitarias en salud sexual han mencionado que hubo un aumento en las consultas que se han visto conflictuadas por la cuarentena.

En Salta desde el Ministerio de Salud Pública informaron que se instruyó mediante memorándum a todas las áreas operativas de la Provincia, para que se continúe garantizando la provisión de métodos anticonceptivos de corta y larga duración, como la respuesta inmediata para la práctica de la ILE ante abuso sexual según los protocolos vigentes, pero no han sido pocos los casos en el que el acceso a estos métodos se han visto impedidos por diferentes motivos.

Tal puede constatarse de un paneo general en salitas y centros de salud barriales en donde conseguir preservativos se ha vuelto una odisea.

Nadia, vecina de San Lorenzo compartió su experiencia al detectar que hace tiempo no hay preservativos en los centros médicos de la zona. “Los jóvenes si quieren cuidarse pero cuando van a pedir preservativos no los encuentran” refiere con justa razón al criticar la nula política en materia de prevención en salud sexual y reproductiva.

Comentó además que una de las encargadas del centro de salud de la zona le informó que pese a sus más de 100 misivas alertando sobre este faltante a los Ministerios de salud nacional y provincial, solo le respondieron que se hace entrega de preservativos de acuerdo a la cantidad de personas con HIV  registrados.

Aunque se percibe una mayor toma de conciencia por parte de la juventud para utilizar métodos de cuidados, esto no es acompañado por el estado que sigue ausente y no aparece ni siquiera para entregar forros.

Foto: Caja de preservativos vacía en un centro de salud de San lorenzo, al lado un folleto que insta a su uso