La falta de un horno pirolítico propio obliga a la Justicia Federal a utilizar un horno prestado. Hace dos años que no se tiene un lugar apto para la quema de estupefacientes incautados en la frontera. Y lo que no se quema seguramente se guarda.
380 kilos de marihuana, cocaína y pasta base fueron incinerados en el predio de una empresa privada en el Parque Industrial local. La empresa que de onda le presta el horno pirolítico para que puedan quemar todas las drogas (eso esperamos) que fueron incautadas recientemente.
La firma Hábitat Ecológico es la única en la provincia que posee este horno en el que primero se realiza el “quemado común” a 900 grados centígrados para luego pasar a un “quemado de remanente de gases” donde se llega a los 1.200 grados mediante una inyección extra de oxígeno. Este proceso es costoso, sin embargo la firma no cobra nada para realizarlo.
Santiago French, secretario del juzgado, informó que hace dos años que la petición por un horno de estas características duerme en los recovecos burocráticos a pesar de que el mismo Ministerio de Seguridad es el que exige el proceso de pirólisis en su protocolo para la destrucción de estupefacientes.