Desde el año 2010 el Hospital Posadas, realiza neurocirugías funcionales para el tratamiento de enfermedades que involucren desórdenes del movimiento, fundamentalmente el Parkinson.
La difusión de un informe televisivo en el que pacientes contaron los avances del tratamiento que allí se brinda provocaron masivas consultas. La enfermedad, es una patología neurodegenerativa compleja. Se estima que en nuestro país hay alrededor de 80 mil personas afectadas de las cuales un tercio de las mismas presentarían complicaciones motoras factibles de tratamiento quirúrgico.
El Posadas cuenta con un equipo interdisciplinario formado por médicos neurocirujanos, neurólogos especialistas en movimientos anormales, neurofisiólogos, bioingenieros, neuropsicólogos y neuropsiquiatras que desempeñan sus tareas de manera articulada.
El proyecto se llevó a cabo a partir de un convenio de intercambio científico y tecnológico entre el Hospital y el CIREN (Centro Internacional de Restauración Neurológica) de La Habana, Cuba, que posibilitó el desarrollo de nuevos conocimientos y avances en el tratamiento de estas afecciones.
El periodista Daniel Murillo entrevistó al Dr. Sergio Pampin Neurocirujano y Jefe de la Unidad de Neurocirugía Funcional en el Hospital Posadas e indagó sobre la cirugía que realizan para tratar el Parkinson.
“Me gustaría aclarar que la cirugía no cura el Parkinson, el Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica y progresiva que hoy no tiene cura, lo que hace la cirugía como todos los tratamientos que hoy están disponibles tanto los farmacológicos como los quirúrgicos es el tratamiento asintomático es decir es el tratamiento paliativo de la enfermedad. La cirugía está destinada a todas aquellas personas que no responden al tratamientos farmacológico clásico, o ese tratamiento que se instaura cuando uno tiene la enfermedad. Puede pasar que en determinado momento el tratamiento no haga el efecto necesario o bien por la toxicidad que tienen las drogas al aumentarse una vez que avanza la enfermedad, y tenga que ser suspendido o disminuido, ahí es cuando la cirugía tiene su lugar, es para el alivio sintomático, es decir retrotraer al paciente a los estadios iniciales de la enfermedad. Pero esto se usa como un último recurso cuando todos los tratamientos farmacológicos están agotados”– destacó el profesional.
Para evitar despertar falsas expectativas el médico se ocupó de ampliar: “Si vos tenés una enfermedad que la podes tratar con fármacos ¿para qué vas a operar a un paciente?Una intervención quirúrgica es un factor de riesgo que uno trata de evitar si puede palear una enfermedad con pastillas, es como se procede habitualmente, pero la verdad que la cirugía es muy útil cuando el paciente es intolerante a los fármacos”.
El tratamiento
La intervención se realiza con anestesia local y el paciente permanece despierto colaborando con el equipo médico. Una vez finalizado el acto quirúrgico, el paciente es trasladado por algunas horas a una unidad de recuperación y posteriormente a la sala de internación general, donde permanece hospitalizado un promedio de dos días, sin necesidad de cuidados especiales o intensivos.
El neurocirujano explicó: “La cirugía es muy compleja de altísima precisión, pero lo importante es que el paciente nos vaya relatando lo que va sintiendo, para poder aplicar el posicionamiento de los electrodos que se utilizan en función al beneficio que se obtiene una vez que se estimula con ellos. Entonces el paciente nos va indicando si hay efectos benéficos, y una vez que uno busca la posición correcta dentro del cerebro, el paciente nos dice acá es donde me siento mejor y es donde se aplican electrodos. Se puede hacer un electrodo y tratarlo por electricidad, generando una lesión por radiofrecuencia, o insertando un electrodo con una batería en el pecho que genera un impulso de alto voltaje a determinada frecuencia que trata las neuronas que afectan en el Parkinson”.
Aunque pueda sonar muy técnica, es necesaria la explicación del procedimiento tal como la detalla en la entrevista el Dr. Sergio Pampin: “Lo que uno intenta hacer con la enfermedad es generar canales diferentes de energía, en esta enfermedad el problema que tenes es que hay un núcleo (aglomerado de neuronas) que interviene en todo lo que es el proceso de movimiento, no es un movimiento continuo, es una serie de secuencias que está siendo analizada por el cerebro para dar inicio al próximo movimiento, esas secuencias de movimiento hay una cadena de procesos de información que se van pasando de neuronas a neuronas que están mediadas por neurotransmisores, uno de esos neurotransmisores es la dopamina es lo que falta en el Parkinson, es lo que les damos con los fármacos, ya que ellos pierden la capacidad de producirla. Es como que empieza a faltar un engranaje en la cadena. La enfermedad se caracteriza por la rigidez, el temblor, la dificultad de desplazamiento y también las alteraciones posturales, de todos esos síntomas el síntoma que podemos anular con un 96% de posibilidades es el temblor, el resto vamos a mejorarlo pero no podemos eliminarlo, con un temblor refractario. El temblor es el síntoma que menos responde a la medicación”.
El primer arma que hubo para luchar contra el Parkinson fue la cirugía y fue en los años 40 a raíz de una equivocación o una situación fortuita se descubrió que lesionando determinadas estructuras del cerebro se mejoraban los temblores, se empezó a mejorar con una tecnología muy precaria, y hasta el año 60 lo único que tenía contra el Parkinson era la cirugía. “El procedimiento es totalmente abierto a toda aquella persona que quiera concurrir y hacer una consulta, lo que hay que aclarar, no es gratuito, es decir que siempre que uno concurre a un Hospital, la atención la paga alguien, si no la paga la Obra Social, la paga el Estado Nacional, lo que hay que aclarar es que el paciente no tiene que poner plata, pero gratuito no es”– aclaró el profesional.
Finalmente el jefe médico contó que la difusión de un informe televisivo por el canal América en el que pacientes contaron los avances del tratamiento que se brinda en el Posadas, comenzó a propagarse información inexacta e imprecisa a través de redes sociales, con lo cual el nosocomio se vio forzado a aclarar que se trata apenas de un “paliativo” y que no existe “cura” para esta enfermedad neurológica y degenerativa. “A raíz de todas estas noticias que salieron nuestra unidad es una de las pocas públicas en Latinoamérica, y bueno cuando empezamos en el año 2011, empezamos con 270 consultas, por una cuestión de orden comunicacional, dentro de las casa para tratar que el paciente se integre y pueda concurrir al Hospital, cerramos el año con 4300 consultas. En este primer mes desde Enero después de la nota, tenemos 11.500 consultas, hoy por hoy tenemos una lista de espera y estamos dando turnos e intentando de la mejor manera tratar de satisfacer toda la demanda que tenemos, pero eso también es una realidad, la falta de sectores públicos que traten de estas patologías, y solo estamos hablando solo de esta patología– manifiesta el médico.
La neurocirugía funcional para el tratamiento, cuesta en el ámbito privado entre 30 y los 65 mil dólares, siempre que las obras sociales o empresas de medicina prepaga se hagan cargo de los costos. La idea es replicar en otros puntos del país a nivel público y gratuito este tratamiento: “En el Hospital Posadas hemos operado 300 pacientes, la intención es generar unidades para este tipo de patologías en todo el país” – remarca el profesional.
Integran el equipo de Neurocirugía Funcional los doctores Sergio Pampín (Neurocirujano y Jefe del Equipo), Darío Adamec (Neurofisiólogo), Fernando Leiguarda (Neurólogo), Santiago Driollet Laspiur (Neurocirujano), Javier Ziliani (Neurólogo), Gastón Bártoli (Psiquiátra), Juan Pablo Travi (Bio ingeniero), la licenciada Fernanda López (Neuropsicóloga), el coordinador administrativo, Emiliano De Lio y la secretaria Camila Carranza.
CONSULTAS Y TURNOS
Para pedir turno en el Servicio de Neurocirugía Funcional, los interesados pueden enviar un mail a neurofuncional@hospitaposadas.gov.ar con el nombre completo del paciente, dirección, teléfono y DNI, o llamar de lunes a viernes de 8:30 a 12:30 al (011) 4469-9300, interno 3003, aunque las líneas para comunicarse suelen estar saturadas, por lo cual es mejor apostar por la vía electrónica.