Las películas argentinas subsidiadas en los últimos ocho años por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales incluyen a realizadores salteños. ¿Cuáles son los films más bancados? ¿El público le presta atención a todos los proyectos? (Federico Aanzardi)

El diario La Nación publicó en la última semana un listado de películas subsidiadas por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) entre el 2008 y octubre de 2014. Se trata de 763 proyectos bancados en mayor o menor medida. Algunos recaudaron más de lo que recibieron. Otros pasaron desapercibidos. Entre ellos, hay trabajos salteños.

La película con mayor subsidio fue “La máquina que hace estrellas”, estrenada en 2011. Recibió 5.561.159,30 pesos por parte del INCAA. Recaudó 651.037 pesos gracias a la asistencia de 20.137 espectadores. Fue dirigida por Esteban Echeverría. Se trata de una historia animada en 3D. Esta producción argentino-chilena recibió buenas críticas pero poca popularidad.

En el otro extremo de la lista se encuentra “Bialet Masse un siglo después”, de Sergio Iglesias. La película con menor subsidio recibió apenas 63 pesos. Lo extraño es que es una película previa al período estudiado.

Por supuesto, la película más vista y de mayor recaudación entre el 2008 y el 2014 es “Relatos Salvajes”, que también es la que lidera el ranking histórico. El film de Damián Szifrón tuvo 3.309.174 espectadores. Recaudó 147.207.350 pesos. Recibió un subsidio de 3.245.518 pesos.

Salta dice presente

En la extensa lista publicada por el matutino porteño, Salta no está afuera. Se destacan cineastas locales que en los últimos años han tenido más prestigio que popularidad.

Allí se encuentra Alejandro Arroz, que con “Luz de invierno” recaudó 3.275 pesos, con 629 espectadores. Había recibido un subsidio de 138.995,80 pesos.

Lucrecia Martel, la cineasta más reconocida de Salta y una de las más prestigiosas del país, recibió 330.371 pesos para la realización de “La mujer sin cabeza”, estrenada en 2008. Recaudó 398.337 pesos, con 30.958 espectadores contabilizados.

Daniela Seggiaro recibió un subsidio de 359.184 pesos para “Nosilatiaj, la belleza”. Recaudó 28.809 gracias a 1276 espectadores. Fue elegida una de las tres mejores películas argentinas del 2013 por el sitio especializando Escribiendo Cine, sólo detrás de Wakolda (Lucía Puenzo) y Vino Para Robar (Ariel Winograd). Recibió diversos premios internacionales y fue elogiada en todo el mundo.

En octubre de 2012, este semanario publicaba una reseña sobre “Nosilatiaj” escrita por Daniel Medina titulada “Una extraña belleza”, allí se leía: “Seggiaro edifica a partir de dicotomías. La familia criolla es la encerrada, la que asfixia, la que tiene integrantes que hablan mucho para no decir nada. La vida wichí, en contraposición, es mostrada desde el paisaje, en un ambiente respirable pese al calor, y sus personajes son silenciosos, pero aun así están bien comunicados, se entienden entre sí. La religión es otro eje de división. La familia criolla (que tiene en la puerta el adhesivo de “esta familia es católica…”) abruma con su creencia a La Yola. Cuando La Yola se enferma, la hija quinceañera le dice que le va a rezar a la virgencita para que la cure. Hay una discusión breve, la única escena en que La Yola habla bastante: la quinceañera le pregunta a Yola por el padre, le pregunta si es brujo y La Yola le dice que sí, que es poderoso, que hasta puede hacer temblar la tierra. Acá la lucha de las dos religiones se vuelve explícita, porque en la historia los personajes se enteran de un temblor que hubo en la capital salteña (que ellos allá en el norte casi no sintieron) y ven por la tele las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro en la plaza 9 de Julio. Entonces, el papá de La Yola puede desatar temblores y a ellos, los criollos, no les quedaría otra que rezar al ya conocido patrono antisísmico para que esos temblores cesen. Seggiaro además decide burlarse de la creencia de los criollos: unos dicen que está pronosticado que se viene un súper temblor, justo para el día de la fiesta de quince en que esta familia de clase media baja va a tratar de impresionar al barrio. Seggiaro vuelve al catolicismo en una superstición más”.

Bárbara Sarasola Day es la otra cineasta salteña incluida en la lista. Su film debut, “Deshora”, recibió 855.326,90 pesos y recaudó 3669 pesos, con 386 espectadores. Al respecto, Cuarto Poder aseguraba en diciembre de 2013 que “Deshora” confirmaba “el enorme talento narrativo de las realizadoras salteñas”. Sarasola Day dialoga con Martel y Seggiaro a través de los films. Comparte apreciaciones estéticas y obsesiones. Incluso parece haber algunos guiños a las películas de sus colegas.

La reseña finalizaba con una sentencia muy clara que iba más allá de subsidios, de cantidad de espectadores y recaudaciones. Hablaba del contenido y el mensaje. Algo que no siempre está en equilibrio con la popularidad: “Éstas películas pueden leerse como un síntoma. O como una reacción. Estas tres mujeres parecen haberse hecho cargo de la honrosa, aunque siempre peligrosa e ingrata, misión de llevar a la superficie, a la vista de todos, lo más oscuro de nuestra cultura”.