En los últimos seis años hubo 272 fallecimientos de personas detenidas en las cárceles federales. 123 fueron de manera violenta. Tres episodios ocurrieron en Salta. Desde 2008 hubo casi tres mil casos de torturas y malos tratos. La situación en nuestra provincia. (R. M)
Jorge Guzmán Ortiz, Remigio Villagra y José Fernández son los tres detenidos muertos en cárceles federales salteñas entre 2009 y 2015. Forman parte de la lista de 272 reclusos fallecidos en las prisiones federales de todo el país en ese período. De esos casi 300, 123 murieron de manera violenta.
Guzmán Ortiz estaba detenido en la Unidad 16, Instituto Penal Federal de Salta “Sra. y Virgen del Milagro”, ubicada en Cerrillos. Murió en 2009, por enfermedad.
Villagra tuvo una muerte dudosa que no fue aclarada. Ocurrió en 2011. También estaba encerrado en la Unidad 16, de Cerrillos.
Fernández se encontraba en el Complejo Penitenciario Federal 3, de General Güemes. Sufrió un ACV en 2012.
Los muertos en Salta solamente son una mínima porción de la larga lista de fallecidos en todo el país en los últimos años. Según los datos publicados por la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) en su página web (ppn.gov.ar) y el diario La Nación.
Los números de la muerte
En 2009, los fallecimientos bajo custodia del Servicio Penitenciario Federal fueron 47. Quince de esas muertes fueron violentas. En 2010, murieron 33 personas, nueve de manera violenta. En 2011, 38 (21 con violencia). Los números se completan en los años restantes de la siguiente manera: 2012 (56 muertes, 24 violentas), 2013 (45, 28 violentas), 2014 (51, 25). La información llega hasta el 23 de enero de 2015. Hasta ese día, habían fallecido dos personas, una de manera violenta.
La PPN también informa sobre los casos de torturas y malos tratos en las cárceles federales. Ese análisis abarca desde el 2008. Ese año hubo 113. En 2009, 197. En 2010, 204. 2011 tuvo 403. 2012, 441. En los dos últimos años el número se incrementó de manera alarmante: 2013 presentó 724 casos, mientras que el año pasado, 796.
Según el Procesamiento de la Base de datos de Tortura y Malos Tratos investigados por la PPN, correspondiente al primer semestre de 2014, donde se golpea con mayor frecuencia es en pabellones y celdas de alojamiento, seguidos de leoneras y pasillos. “Al respecto, es posible señalar que algunos de los episodios se producen en varios lugares, prolongando la violencia y trasladándola a los distintos espacios donde son conducidas las víctimas”, expresa el informe. Agrega que los funcionarios que suelen aplicar los malos tratos y torturas suelen ser, en su mayoría, agentes pertenecientes al cuerpo de requisa u otros penitenciarios de Seguridad Interna. “El dato de la participación de médicos o enfermeros en diez de los casos relevados para este período resulta un dato particularmente alarmante. Por otro lado, si bien los agentes tienen la obligación de portar la placa identificatoria con sus nombres y apellidos en todo momento, el 40% de los entrevistados dijo que sus victimarios no la usaban al momento de la agresión y sólo un 10% pudo confirmar que sí la tenían al momento del hecho. Esto repercute directamente en la capacidad de identificación de los agresores”, completa el artículo, que puede leerse completo en la web de la Procuración Penitenciaria.
Situación en Salta
El último informe publicado sobre la Unidad 16 es de septiembre de 2011. Allí se informaba que en el lugar los presos contaban únicamente con tres duchas por pabellón. Se observaba solamente un ventilador instalado por pabellón. “Teniendo en cuenta la gran población alojada en cada uno de ellos y las altas temperaturas de la zona, resulta insuficiente”, argumentaba el artículo. Al momento del informe, los presos no contaban con teléfonos para recibir llamados y únicamente disponían de una línea para realizarlas.
Además, el trabajo también consultaba a los detenidos. Aseguraba que la gran mayoría de los detenidos se hallaban privados de libertad por supuesta infracción a la Ley 23.737. De acuerdo a lo contado por varios de ellos, el hecho que se le imputaba era “haberlos encontrado en la calle con un porro” “En lo que respecta a aquellos detenidos por supuesto tráfico de estupefacientes, en todos los casos resultan ser pequeñas cantidades para poder satisfacer necesidades básicas”, indicaba el texto. La situación cambió desde que la provincia adhirió a la desfederalización del microtráfico, el 1 de enero de 2014. Desde entonces, los detenidos bajo esa figura son encerrados en cárceles provinciales.
Según datos oficiales, al 16 de enero de 2015, la Unidad 16 contaba con una población de 124 reclusos, el máximo número posible de albergar.
El Complejo Penitenciario Federal 3 posee, al 16 de enero, una población de 291 hombres (sobre 294 posibles) y 133 mujeres (sobre 200 posibles). El último informe presentado por la PPN sobre este lugar es de 2011 y entre los aspectos negativos encontrados destacaba la ubicación del establecimiento, sumamente alejado de rutas transitables por medios públicos; la incomunicación de los/as detenidos/as con el exterior; la carencia de móviles propios para realizar todo tipo de traslados; insuficiente personal médico; falta de entrega de elementos de higiene personal y de limpieza; escasas raciones de alimentación que se provee como almuerzo y cena; falta de atención en audiencia de las distintas áreas; pocas horas de trabajo que oferta el Servicio Penitenciario para cada detenido/a; y las invasivas y excesivas prácticas de requisa personal (desnudo total y flexiones) a las que eran sometidas las mujeres cada vez que ingresaban y egresaban del pabellón.
Muerte federal
El informe presentado este viernes por La Nación revelaba que las diez cárceles con más muertes violentas entre 2009 y 2013 se ubican casi todas en Buenos Aires, salvo la Unidad 6, que está en Rawson. Esta última es la que tiene la proporción de muertes violentas más alta en el período (9 sobre 12). También se detectó que en las cárceles federales, dentro de las muertes informadas, la primera causa de mortalidad son las enfermedades (60% de las muertes informadas) y especialmente el Sida, que representa el 34% de las muertes por enfermedad. Las otras causas más mencionadas son las muertes por homicidios, peleas o heridas (19%) y los suicidios (15%). En el 58% de los casos relevados, se desconoce la causa exacta de muerte.