El «antipolítica» también quiere al macriso y a Pichetto. Al final, solo critica al kirchneriso.

Aunque no es más que un pobre e iracundo emo versión 2.0, con muchas ganas de vengarse porque le deben haber hecho bullyng en el secundario, Javier Milei se ha convertido en una de las figuras de estas elecciones.

Se presentó con un discurso anti política. Gritó, con un tema de La Renga sonando de fondo, contra «la casta» política.

Eso pasó en septiembre. Desde entonces, ha ido quedando más claro a qué se refiere el economista gritón con «casta».

“Yo haría un frente con los halcones del Macrismo y con algunos peronistas. Me gusta Miguel Pichetto y Juan Manuel Urtubey», dijo ayer Milei en Radio 10.

Eso se lo veía venir: al final no es un anti política, sino un anti k. O «casta política» son todos los que no piensan como él.

Ahora, lo del apoyo a Urtubey, aunque predecible (el hijo del exgobernador es asesor o milita como libertario) se hizo explícito en el peor momento: justo cuando acaba de estallar un juicio que hunde a Salta, por culta de Urtubey. Una mala reacción, que ahora condena a los salteños a pagar 36 millones de dólares a una empresa. Chau futuro.

Con esa gente quiere hacer equipo el emo gritón.