Siempre fiel a sus ideas y al espacio que representa, el diputado y periodista arrancará la campaña con una cena que sale media jubilación mínima. Aquí algunas alternativas gastronómicas a las que se puede acceder por ese mismo monto.

No es pa’ cualquiera. En plena revuelta por la disparada de la moneda norteamericana y la incertidumbre económica, el diputado ultramacrista Martín Grande iniciará su campaña con una cena cuya tarjeta vale 114 dólares, es decir 6500 pesos. La comilona estará engalanada por el senador Esteban Bullrich y el secretario de culto de la Nación Alfredo Miguel Abriani, entre otros dirigentes.

El monto parecería lógico si el convite estuviera dirigido de manera exclusiva a dirigentes del partido y otros funcionarios; pero en cambio, la tarjeta de invitación llegó a militantes, periodistas y usuarios de la web que no tardaron en reflejarlo en redes sociales. «Te cuento que este jueves 5 vamos a hacer la cena de lanzamiento de mi campaña en Terrazas, la entrada cuesta $6.500. Me gustaría mucho contar con vos. Saludos!» dice la tarjeta.

Los comentarios en las redes no se hicieron esperar. Y es que la tarifa del banquete no es ningún vueltito para el laburante, incluso a sabiendas del constante aumento de precios que se vive a diario. Algunos consultaron si de menú servían pez globo del océano índico, Hongos Matsutake, Trufas blancas o queso de leche de alce; pero no hubo respuesta alguna.

Desde la radio que comanda el diputado, presentaron la convocatoria como una «cena de recaudación de fondos de campaña»; por lo que algunos se preguntaron qué tan grande llegará a ser la inversión del aspirante a intendente en: afiches, carteles y publicidad electoral.

El monto de la tarjeta equivale a la mitad de una jubilación mínima si se toma en cuenta el último aumento aplicado en septiembre; que bien podría invertirse en unas 260 empanadas de carne (a razón de $300 la docena), unas 25 pizzas «muzzarella» del mercado San Miguel, 43 sandwiches de milanesa en algún carro céntrico o 81,25 botellas de «fernandito» en cualquier almacén de barrio.