En una entrevista a fondo con Cuarto Poder, el dirigente radical y neurocientífico repasó los lineamientos de «Empatía», la herramienta con la que buscará ampliar Juntos por el Cambio. Su opinión sobre los dirigentes locales, los libertarios de Milei, la estrategia de cara a 2023 y el papel del radicalismo.

Con un impresionante despliegue logístico, el neurólogo y diputado nacional por el radicalismo llegó a Salta para presentar «Empatía», el sello electoral con el que pretende sortear la grieta y ampliar el frente opositor «hacia el centro» para ganar en 2023. Acompañado de dirigentes locales de Juntos por el Cambio, el neurocientífico brindó una charla en tono outsider y orientada a la captación de desencantados con la dirigencia tradicional, de la que -asegura- él no forma parte.Frente un importante número de adherentes/fans, el diputado nacional por Buenos Aires recordó que «hace cuarenta años los economistas argentinos hablan en TV de los mismos temas: la inflación, la especulación, la brecha cambiaria». Entre flashes y firma de libros se hizo unos minutos para dialogar en exclusiva con Cuarto Poder

Cuarto Poder: ¿Como has encontrado a la provincia de Salta en esta visita?

Facundo Manes: Veo, como en todo el país, a una sociedad encantadora, especialmente por las salteñas y los salteños que son muy cálidos. Pero veo una preocupación por el destino de Argentina. Estamos viviendo una crisis económica, social, política, hay una pelea interna de gobierno que nadie puede disimular y nosotros estamos recorriendo un poco, hablando con toda la sociedad, diciendo que el camino de la Argentina es lo opuesto a lo que está pasando. Es unirnos, pensar juntos un proyecto de país que sea de todos, no de un espacio político, ni de una coalición. Y en ese sentido me encontré con gente salteña dispuesta a ser abrazada, de escuchar y a ser parte de algo nuevo y también descreída, como muchos de los argentinos estamos. Por eso creo que la salida es de abajo hacia arriba, es de la sociedad presionando a la dirigencia.

CP: Te has reunido con referentes del radicalismo y de otros espacios también. ¿Quiénes expresan en Salta el proyecto de «Empatía»?

FM: Hay mucha gente. Estuve con mi amigo, el diputado Miguel Nanni. También estuve con muchos sectores del radicalismo, de la sociedad civil, gente del PRO, inclusive con el ministro de Educación. Yo creo que las diferencias que tenemos hoy los argentinos son mínimas frente a los desafíos que tenemos. Tenemos un desafío que es reconstruir un país.

Lo mencionaba recién a Nanni, a nivel nacional los radicales apoyan la boleta única de papel. A nivel provincial, no tanto. ¿Por qué esa diferencia? 

Bueno, yo no me voy a meter en esta visita en temas provinciales, pero la boleta papel es poco ecológica, favorece a las mayorías que hoy están armadas políticamente. Así que mi voto en la Cámara de Diputados fue a favor de una boleta única.

¿Considera al gobernador Gustavo Sásenz una persona más cercana al kirchnerismo? ¿Apoyaría una fórmula del saenzismo con un intendente radical como Mimessi?

Yo creo que estamos todavía lejos de las elecciones. En un momento de mucho dolor, hablar de candidaturas no me parece lo más indicado. Pero te voy a decir un poco mi pensamiento en cómo veo la organización, la dinámica que debería pasar para que Argentina tenga alguna chance de encaminarse a la modernidad, al progreso y salir de esta decadencia. No solo necesitamos una nueva mayoría, necesitamos una nueva mayoría social, parlamentaria, con una voluntad de transformación y de sacar la Argentina de la decadencia hacia el futuro. Y para eso tenemos que dejar de lado los fanatismos, los extremos, porque no se puede convocar a esta nueva mayoría desde los extremos de ambos lados. Y bueno, por esa y otras cosas que yo pienso es que las alianzas electorales deben ser basadas en las ideas y no en las encuestas, porque si no después se gana una elección y no se puede transformar nada.

¿Tendría el visto bueno una alianza con sectores del kirchnerismo?

Mira, yo lo que creo que es al revés, yo lo que creo es hay que definir un modelo de país. Argentina tiene que tener una revolución educativa, una revolución económica, una revolución de integración, incluyendo el género y el tema ambiental. Tenemos que generar más riqueza. Tenemos que tener instituciones fuertes, transparentes, independientes del poder político, sobre todo de la justicia. Necesitamos insertarnos en el mundo. Ese proyecto de país, quien lo apoye es bienvenido. Lo que no podemos es seguir a líderes mesiánicos o a líderes individualistas. Los que apoyen las ideas para transformar la Argentina, bienvenidos.

Habló de ampliar el frente ¿En esa amplitud entran los libertarios de Mileí? Si se sigue la misma estrategia de 2019 ¿Consideran que hoy se gana? 

Te respondo tu pregunta con lo que hicimos en la provincia de Buenos Aires el año pasado. Primero que me involucré. Yo creo en la política. Yo creo que la política no está bien, que la gente desconfía, todos desconfiamos. Yo me siento más parte de la sociedad que político, te diría, pero la política es la mayor herramienta de transformación social y no se puede mejorar la política con antipolítica. Es como que yo quiera mejorar el periodismo con antiperiodismo o quiera mejorar la medicina con Antimedicina. Es con mejores médicos, con mejores periodistas. Y lo mismo en la política. Tiene que ver con lo que hicimos en la provincia de Buenos Aires, allí nosotros hicimos un espacio que se llama «Dar el Paso», que tenía gente como yo de la sociedad civil que dio el paso, pero también tenía radicalismo, peronismo, pro, progresismo. Yo creo que eso hay que hacer a nivel nacional para las próximas elecciones.

Dijo que el próximo presidente será un presidente de la coalición opositora ¿Qué lugar ocupará el radicalismo en el frente? ¿Ven algún riesgo de volver a ser furgón de cola del PRO?

El próximo presidente debería ser radical porque hemos estado las últimas dos administraciones gobernados por una grieta que generó mucha bronca entre ambos espacios. Y creo que el radicalismo que hace tiempo que no gobierna, puede llegar a un consenso que nos lleve, como decía Marechal, a salir por arriba del laberinto. Pero no alcanza con el radicalismo, hay que ampliar.

¿Esta nueva mayoría no se daría en Juntos por el Cambio entonces?

Yo creo que hay que ampliar hacia el centro, hacia lo popular, no hacia los extremos. Así que claramente hay que hacerlo dentro de Juntos. Pero ampliando a lo que hicimos en la provincia Buenos Aires. Mi voto fue sobre todo de los sectores populares. Mucha gente que no votaba a Cambiemos o no votaba a Juntos empezó a votar a nuestro espacio. Creo que hay que ampliar hacia el centro.

¿El candidato de la UCR se debería definir en una interna o en una PASO?

Yo creo que lo importante es que el radicalismo es un partido histórico que ha aportado nuevas figuras, nuevas ideas, se ha adaptado a las ideas modernas y ha hecho autocrítica. Los partidos políticos no tienen el derecho divino a existir si no hacen esto, si no se regeneran, si no incorporan gente, si no tienen nuevas ideas. Así que veo un radicalismo firme, de pie, con ganas de competir en cada distrito y en cada categoría el año que viene y convocando a los no radicales, como hacía Alfonsín en el ’83 para reconstruir la democracia. Creo que el radicalismo tiene un rol, los nombres los decide la gente. 

¿Qué opina de las primeras políticas económicas de la nueva ministra? 

Argentina está en una bola de nieve que se está agrandando y que desciende, en donde falta confianza, donde todo el mundo vio la interna del frente de todos. Y en este contexto de poca confianza, de crisis política, de crisis económica, le deseo la mejor de la suerte a la ministra, pero veo muy complicado que una persona pueda torcer el rumbo de esta decadencia. Lo que estamos viendo todos los días: la inflación, el valor del dólar, los diferentes tipos de dólares, la brecha cambiaria, el cepo, son síntomas de problemas estructurales económicos. ¿Cuáles son los problemas de la economía argentina? la falta de confianza, la falta de productividad y la falta de políticas de Estado. Y eso no lo resuelve una ministra de economía. El problema argentino excede lo económico, es un problema de falta de rumbo.