Son los que sumaron en todo el país respecto a las PASO. La mayoría habría optado por la boleta de Cambiemos. Más presentismo, el deseo del sciolismo que salió por la culata.

Cuando hacían cuentas en aquella madrugada lejana del 10 de agosto, en el Frente para la Victoria pensaban en los inundados. Pero no por compasión ante otra catástrofe en una Provincia descuidada, sino por cálculo electoral. Los sciolistas, particularmente, creían que el voto de los bonaerenses que no se habían podido acercar a votar en las PASO porque estaban con el agua literalmente hasta la cintura, podría ayudarlos a traspasar la barrera de los 40 puntos y ganar en primera vuelta. Un parte del deseo K se cumplió. Casi dos millones más de personas fueron a votar en la primera vuelta con respecto a las PASO. Se pasó, redondeo mediante, de 24 a 26 millones. El porcentaje de presentismo en todo el país, subió de 74,98% a 80,86%. Más de 500.000 personas se sumaron en tierra bonaerense. Otro tanto, entre Capital y Córdoba. Pero no lo eligieron a Scioli, sino a Macri.

Scioli creció pero también cayó

Esa mayor cantidad de votantes, dejó una paradoja. Aunque Scioli obtuvo más votos el domingo que el 9 de agosto (281.000 más y falta escrutar una parte), como la base para calcular los porcentajes es más amplia, cayó de 38,67% a 36,86% en el total. Curiosamente, en la Provincia, no le dio casi ni un voto más. Quedó clavado.

Macri, lo de Carrió, Sanz y más

La contrapartida a la caída porcentual de Scioli fue el caso de Macri. Si se toman los votos que sacó en la interna (5,5 millones de votos) y los que cosechó ahora (8,3 millones) sumó a razón de 1.591 votos por hora en sólo 77 días desde las PASO. Y si se agregan los votos que habían conseguido sus rivales internos Ernesto Sanz y Elisa Carrió, también la cuenta da positiva. Entre los tres habían conseguido 6,8 millones de votos, 1,5 millón menos que ahora. Un lectura simplista (e incomprobable porque el voto es secreto) podría concluir que casi todos los electores que se sumaron para la primera vuelta lo hicieron por el candidato opositor del PRO.

El voto en blanco se partió por la mitad y quedó casi último

Un ranking mezclado de las primarias, entre candidatos y voto en blanco, hubiese ubicado a este último en un decoroso cuarto puesto. Con un 5,06%, gracias a 1.216.645 electores que no optaron por ningún candidato pero tampoco lo anularon, el voto en blanco quedó debajo del FPV, Cambiemos y UNA, pero superó al resto. El domingo, esa opción se redujo a la mitad, apenas superó los dos puntos y amplió la base de los votos positivos, esos que se usan para calcular los porcentajes finales.

Massa creció un poco, pero menos de lo que prometía

El caso del candidato del Frente Renovador es particular. Estuvo en un intermedio entre Scioli y Macri. Creció en cantidad de votos y en porcentaje, aunque no tanto como su rival de Cambiemos, y por eso quedó lejísimos del improbable balotaje al que se anotaba. Respecto a las PASO, Massa no sólo retuvo (al menos en número) el casi millón y medio de votos que había conseguido su rival interno José de la Sota, sino que consiguió cerca de 600 mil más. En puntos, pasó de 20,57% en las PASO (14,33% propios y 6,25% del cordobés) a 21,34% en el conteo provisorio que terminó ayer.

Del Caño, el mejor de los peores; Stolbizer, sin sorpresa

En la “otra” pelea, esa que tenía como protagonistas casi testimoniales a Margarita Stolbizer, Nicolás del Caño y Adolfo Rodríguez Saá, el único satisfecho podría ser el representante del FIT. Finalmente quedó cuarto: sumó unos 70.000 votos. La candidata de Progresistas, en contrapartida, no sólo no duplicó su caudal, como auguraban algunas encuestas, sino que cayó a un incómodo quinto puesto; perdió 160 mil votos y casi un punto porcentual. El postulante de Compromiso Federal bajó, un poco menos que Stolbizer, y quedó sexto.

Todos ganaron en los distritos que gobiernan (o gobernaron)

Fue una constante en los cuatro candidatos presidenciales que tienen o tuvieron responsabilidades ejecutivas: Daniel Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa y Adolfo Rodríguez Saá ganaron la presidencial en los distritos en los que jugaban de local. Cada uno merece un matiz. En el caso del gobernador bonaerense, la victoria tuvo sabor a derrota. Scioli apenas superó por cuatro puntos a Macri y estuvo lejísimos de sus registros récord de 2011. Entonces, llegó a superar los 55 puntos. El domingo se estancó en 37, dos menos que los que obtuvo el recordado Herminio Iglesias para gobernador, en la sonora derrota bonaerense del PJ en 1983. Macri, en tanto, superó los 50 puntos en la Ciudad y consiguió una cifra inédita para sus antecedentes locales en una primera vuelta. Rodríguez Saá, en tanto, venció en San Luis, la provincia que gobernó; y Sergio Massa hizo lo propio en Tigre.

Fuente: Clarín