Una agrupación estudiantil que participó de la frustrada audiencia por el incremento de boleto de SAETA, aseguran que la infiltración de la policía entre los manifestantes empezó el lunes cuando los convocados se reunieron en el anfiteatro del Parque San Martín. Al escrito le sumaron fotos.    

La agrupación “Fuego Libertario” relató lo que calificaron como las operaciones de infiltración de la policía entre los manifestantes que se oponían a la suba del boleto. Afirman que el lunes 7 de septiembre a la tarde noche ya se individualizó un policía entre los reunidos en el anfiteatro del parque San Martín que discutían como continuar con el reclamo contra las exigencias de la empresa SAETA y la AMT.

“En el transcurso de esta asamblea se identificó un policía de civil que vía whatsapp se comunicaba con otros a los cuales les pasaba la información de las decisiones que tomábamos respecto a la manifestación que íbamos a desarrollar el martes 8 afuera de la audiencia pública no vinculante. Le reprochamos su presencia y la tarea que este tenía en el lugar y que al no tener argumentos sobre lo que hacía ahí tuvo que retirarse”.

El relato asegura que terminada la asamblea de ese día algunos estudiantes se quedaron ultimando detalles para las actividades del martes por la audiencia y que desconcentrar otro grupo se quedó charlando en una de las veredas del parque San Martín. Allí los que escriben detallan que aparecieron “dos tipos en una moto que se suben a la vereda y encaran hacia donde estábamos nosotrxs, Pasan rápido por al lado, pegan la vuelta y en lo que se bajan nos señalan a mí y a otro compañero diciendo de forma agresiva que nos quedemos quietos y que nos iban a llevar, todo sin identificarse. Todxs los compas ante la situación les pedíamos que muestren identificación si es que eran policías de civil, estos respondían que el resto no se meta, mientras los dos señalados retrocedíamos para que no nos agarren. Luego de aceptar que eran policías de civil nos empezaron a acusar de un robo a un vehículo ocurrido en la cuadra siguiente de donde estábamos, a lo que respondíamos con la negativa de dicha acusación. La llegada en moto de un tercer policía de civil hace que el otro compa señalado salga corriendo para escapar de los sujetos no identificados que nos querían agarrar. Continuaban acusándonos de un robo. Para evitar que me agarren a mí, el resto de los compañeros y compañeras se puso entre medio, mientras que violentamente y alterados los de civil trataban de hacerlos a un lado con algunos manotasos. A todo esto la gente que estaba en un restobar de la vereda de en frente se acercaba para evitar mi detención asumiendo que los policías estaban procediendo erróneamente. Al ver la situación en la que se encontraban en donde todos al rededor le reprochaban el accionar, estos policías de civil se subieron a la moto, y aceleraron por calle Urquiza en contramano. Lxs compas aseguran haber visto a otro sujeto que se acercaba apresurado hacia donde estábamos, pero que pegó la vuelta por algún motivo.

A los 10 minutos de este episodio, aparece corriendo un hombre de camisa y pantalón de vestir preguntando si nosotros no habíamos visto pasar corriendo a dos chicos, que le habían sacado un «maletín importante» del auto. Y nosotros no vimos ni los dos chicos, ni el maletín, nada. Entonces este sujeto nos pregunta si queríamos ayudarle a buscar a los supuestos ladrones, que el andaba en el auto, a lo que respondimos que no nos ibamos a mover del lugar donde estábamos por nuestra seguridad y se tomó el tiempo de escuchar lo que nos había pasado con los policías de civil. Luego este se volvió corriendo a su auto parado en Urquiza y Santa Fé, a media cuadra de donde estábamos. Dos fuimos hasta la esquina esa para observar la actitud del tipo; este nuevamente nos invitaba a subirnos a su auto para buscar a los que le habían robado. Luego arrancó y se fue. En el auto iba con una mujer que para nada parecía preocupada. Llama la atención que desde la esquina este sujeto venga corriendo solamente para dirigirse a nosotros, sin preguntar a la gente que estaba en frente. Nos preguntó a nosotros y se fue.

A todo esto ya estábamos en búsqueda de asesoramiento ante esta situación, y pensando en el compa que nos faltaba, pues no sabíamos si se había ido o lo habían detenido. Nos fuimos al restobar de enfrente para hacer tiempo y esperar noticias de ese compa. A la hora y media de lo sucedido aparecen estos policías de civil que nos increparon a pedirle los datos al que atendía ese restobar, reconociéndonos pero ignorándonos. Les empezamos a preguntar cual era la finalidad de pedirle los datos al hombre del local, no respondían, su actitud se veía indiferente; afuera nos respondieron que ya tenían al ladrón del «maletín». Una señora nos comentó que al parecer el «chorro» se había trepado por la tapia de una casa de al lado para escapar. Pero nosotros tampoco vimos nada de eso, y estábamos al frente.

Incrédulos ante las “casualidades ocurridas”, los jóvenes manifestaron que quieren denunciar lo ocurrido para lo cual redactaron el escrito recién reseñado.