Las redes de los popes de la política nacional estuvieron a full durante la conmemoración de los 45 años del Golpe Militar que nos quitó la democracia durante siete años.
Empezó Horacio Rodríguez Larreta que sorprendió a sus seguidores con un video en conmemoración por los 45 años del comienzo del último golpe de Estado, en el que se refirió al secuestro de su padre en 1977, un hecho, que como es lógico, le dejó una marca de por vida. “El 24 de marzo empezamos a vivir el capítulo más doloroso de nuestra historia, en el que la violación a los derechos humanos fue la constante de un gobierno de facto, responsable de crímenes de lesa humanidad y terrorismo de Estado”, fueron las palabras de presentación del video.

Su padre, que también se llamaba Horacio Rodríguez Larreta, era politólogo y consultor económico, militó en el MID (Movimiento de Integración y Desarrollo) y por se desempeñó como presidente de Racing Club.
“Yo tenía, ponele, 12 años, y me acuerdo que con mis hermanos nos turnábamos para dormir con él. La chica que trabajaba en casa tocó la puerta y dijo: ‘Señor, lo buscan de abajo’. Era raro, tres de la mañana. Me acuerdo que me desperté, Papá se levantó y dijo: ‘Bueno, voy a ver quién es’. Y no volvió. Después nos enteramos, por alguien que lo vio abajo, no sé si un sereno o qué, que bajó a abrir, lo agarraron y literalmente se lo llevaron en el simbólico Falcon verde. Desapareció. No tuvimos más noticias. Me acuerdo como si fuera hoy que al día siguiente vino un montón de gente a casa. Yo sentía como que nos daban el pésame. Obviamente a los 12 años uno entiende todo ya, y sentí que perdí a mi papá. En esa situación donde nadie te cuenta, como que quieren preservar a los chicos, ¿viste? Pero uno a esa edad capta. Y yo ya había escuchado, ya se había hablado de gente desaparecida. En mi casa había mucha política…”, contó el alcalde de la Ciudad.
A esta publicación la que reaccionó fue Cristina Kirchner, que escribió en su cuenta de Twitter que «más allá de las públicas diferencias políticas y económicas que tenemos, resulta reconfortante que uno de los dos principales dirigentes de la oposición comparta sensibilidades, vivencias y mirada similares sobre la tragedia de la dictadura cívico militar».
Esta interacción entre ambas figuras opositoras, al macrismo le cae como patada al hígado porque despega a Rodríguez Larreta de toda estrategia de minimizar o invisibilizar el accionar militar con el pueblo argentino en la etapa más oscura de la historia argentina y pone a Cristina en una posición superadora, mostrando que el hecho de ser adversarios políticos no los convierte en enemigos.
Al turno de mauricio Macri, atacó a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que en su oportunidad dijo de él que era un delincuente que debería estar preso. “Me da mucha pena que no pueda salir del rencor y del odio”, aseguró. Y comparó los delitos de lesa humanidad que sufrió la familia de Carlotto con su secuestro en 1991. “Yo supe perdonar. Supe decir que mi vida no va a estar marcada por el resentimiento y el odio por lo que me pasó. Ese fue mi quiebre mental. Ese episodio, que me llevó a ver la muerte de tan cerca, me llevó a decir que tenía que hacer algo distinto en mi vida. Ella no ha podido”, dijo, siguiendo con la estrategia proista de provocar a Carlotto.
Pero lo suyo fue más allá y sorprendió a más de uno cuando dijo «Si Perón hoy viniese acá, diría ‘yo me anoto en Juntos por el Cambio’» y citó hasta una frase del creador del Justicialismo, “Como decía el General, cada uno tiene que producir al menos lo que consume. Esta versión kirchnerista del peronismo se ha olvidado por completo de estas máximas”, buscando la venia del peronismo ortodoxo, al mostrar una «casi paridad» con San Martín. En su intento por reposicionarse ante la opinión pública mostrando una figura renovada, lanzó su libro Primer Tiempo y comenzó a aparecer en actos políticos al lado de Rodríguez Larreta y medios de comunicación afines. Fue en Radio Mitre donde planteó su «análisis» del pensamiento peronista, «este peronismo actual representa a los que no trabajan y nosotros representamos a los que quieren trabajar, a los millones que piden un trabajo decente. Al trabajar, existís y trascendés, si dependés de lo que te dan, te someten, te humillan. Eso es lo que hace el populismo», subrayó, al tiempo que definía al gobierno de Alberto Fernández como «la destrucción final», porque «no se puede importar, no se puede exportar, es toda una complicación en la Argentina hoy».
Pero el que sin dudas dio la nota en la fecha menos indicada fue nuestro senador nacional, Juan Carlos Romero que tuiteó “Estela de Carlotto utiliza la fecha emblemática para exigir encarcelar a un expresidente y ocultar causas judiciales de la vicepresidenta”, refiriéndose a los dichos de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, quien sostuvo que el Gobierno del expresidente Mauricio Macri “propuso olvidar” todo lo relacionado con la última dictadura cívico militar, de cuyo inicio se cumplen hoy 45 años, y sostuvo que eso “lastimó” a las organizaciones de derechos humanos. Esto fue visto como una provocación por algunos políticos opositores al Gobierno de Alberto y Cristina. Entre ellos el gobernador de Salta que, criticó la intencionalidad del discurso de Carlotto, además del oportunismo de usar una fecha tan importante para impartir ideología partidaria y comparó el discurso de Carlotto con aquellos que efectuaban los militares durante la dictadura. “Me recuerda a discursos de los militares de la dictadura”, fueron las poco felices palabras del legislador que al instante recibieron numerosos mensajes de repudio, en los que también le recordaron que es uno de los que debería estar preso, que de peronista no tiene nada, que es el menos indicado para hablar y hasta le dijeron que «la cocaína te quemó la cabeza, Romero narcotraficante», luego de lo cual Twitter avisa que las respuestas adicionales pueden contener material ofensivo. Ups!