Si hacemos memoria, Omar Exeni se dio a conocer como una especie de «revelación emprendedora». El joven que vendía panchos en la calle… Vendió un pancho y compró ingredientes para hacer dos y así hasta que un día en medio de tantos panchos vendidos, compró una fiambrería… Como si no supiéramos su apellido…
Gracias a esa historia se convirtió en el emprendedor del año y así llegó a la cumbre de la Cámara de Jóvenes Empresarios, desde donde se catapultó a una banca en la cámara baja.
Donde iba era recibido como «la joven promesa», «un ejemplo para la juventud» y no sé qué tantos elogios más de medios y políticos que, parecieran no saber que significa el apellido Exeni en el comercio local.
Una vez que se convirtió en Diputado, oficialista, por cierto, empezó a mostrar rasgos de una personalidad que raya con lo nazi, sin pensar ni por un momento que es representante de un pueblo y más aún, que su voz representa la de un gobierno que, a diario lucha por mostrarse cercano a un gobierno nacional al que necesita, más allá de todo, en este momento, y lejos de fachos y golpistas que nada le suman.
Pero al margen de esto, el novel legislador tiene otras fallas, que hablan aún más mal de su persona y no tienen que ver con su perfil político sino más bien con su lado empresarial.
Como ya dijimos antes, Omar Exeni es propietario de una fiambrería, herencia o legado del universo, es suya.
Este local comercial cuenta con cuatro empleados fijos, pero, solo dos de ellos están en blanco totalmente. Los otros dos figuran como trabajadores de media jornada. Strike One.
Cuando apareció el coronavirus y se declaró la pandemia, en medio de la cuarentena, el Gobierno Nacional salió a tratar de paliar la situación de los pequeños empresarios y sacó una ayuda llamada ATP (un aporte directo de la Anses en las cuentas sueldo de los trabajadores de las empresas que hubiesen declarado una situación de virtual quebranto por la cuarentena, que se efectiviza tras la constatación de las pérdidas desde marzo).
La fiambrería de Exeni no quedó fuera de este beneficio, como era de esperarse, a pesar de que el Diputado podría haberse autoayudado y dejar que otros empresarios que no tienen la suerte de ser legisladores también, puedan gestionar este subsidio para sus trabajadores. Strike Two.
El empleador, en este caso, redujo las horas de trabajo de sus empleados para así no sacar un peso de su bolsillo y que se paguen los sueldos con los fondos de ATP, y no conforme con eso, en este mes les pidió a los Part Time que con el pago de este mes empiecen a devolver lo que se les otorgó como derecho, durante los meses anteriores. Uno de ellos, le dijo que no lo haría teniendo en cuenta que su esposa está embarazada y necesita más que nunca el dinero y Exeni, con el mal trato que lo caracteriza con sus empleados, le dijo que entonces lo tendría que echar. A lo que el trabajador respondió que, si lo indemniza, se va sin problemas. Exeni redobló la apuesta y le dijo que, entonces lo denunciaría por robo. Strike Three. ¡Ponchado!
Para conocimiento de nuestro legislador, el Programa ATP brinda una asignación compensatoria al salario que será abonada por la ANSeS a todos los trabajadores en relación de dependencia de empresas del sector privado que realicen actividades afectadas en forma crítica y registren una variación nominal negativa en su facturación comparando con el año anterior.
En todos los casos, esta asignación no podrá ser inferior a la suma equivalente a 1.25 salarios mínimos, vitales y móviles, es decir $21.093,75, ni superior a dos salarios mínimos, vitales y móviles, es decir $33.750.
Se considerará a cuenta del pago de las remuneraciones o de las prestaciones no remunerativas que se entreguen en compensación por suspensiones de la prestación laboral por causas de falta o disminución de trabajo no imputables al empleador, o fuerza mayor debidamente comprobada, pactadas individual o colectivamente u homologadas por la autoridad de aplicación.
Sólo los empleadores que soliciten la baja del programa ATP deberán reintegrar los montos recibidos en concepto de salario complementario.