El periodista Juan Carlos Kreimer habla sobre la reedición de su histórico libro «Punk, la muerte joven». Asegura que hoy el género es pura escenografía y que la contracultura actual está en los artistas que se autoeditan.
Juan Carlos Kreimer es un personaje de mucho peso en la historia del rock en Argentina. Apenas con un solo libro sobre el género le alcanzó para trascender. Esa obra, «Punk, la muerte joven», escrita a fines de los setenta, en Inglaterra, el lugar donde todo estaba pasando, fue una clase teórica para los tardíos punks nacionales.
En una entrevista publicada este martes en Página 12, Kreimer habla sobre su libro, recientemente reeditado. Asegura que el punk hoy es pura escenografía y que la contracultura está en otras partes: «Hay que rastrearla en algunos sitios de Internet, en trabajos de editores independientes, en grupos indies, en los pintores callejeros, en la gente que se autoedita. La veo por ese lado. Pasa que, hoy en día, la viralización de la información hace que cualquier cosa que aparece se replique y pierda su poder de fuego. Si pensamos en la contracultura como algo que está en contra de la cultura, diría que murió. En todo caso, creo que la contracultura no la opone, sino que la contrapesa. Y, viéndolo así, está más viva que nunca».
Luego de publicar su libro más conocido, Kreimer se alejó del rock. «El rock me empezó a aburrir y descubrí otras cosas, como la gestalt, la antipsiquiatría o la búsqueda del potencial humano, que me parecían mucho más profundas e interesantes. El rock era una cosa medio cíclica que, en el fondo, terminó contribuyendo a seguir el circo del sistema. Lo otro, en cambio, representaba una búsqueda personal, porque metía el cuerpo y trataba de ver quién era uno. Para ser mejor, en definitiva. El punk, por su parte, dejó de ser un espíritu y se convirtió en una escenografía».