Martina Silva y Macacha Güemes fueron dos de las mujeres que hicieron historia, protagonistas clave de la Independencia Argentina.

Sus historias siguen demostrándonos que el género no constituye una diferencia con respecto a la condición humana y a la valentía.

MACACHA GÜEMES

Magdalena Güemes de Tejada nació en Salta el 11 de diciembre de 1787, hija de doña María Magdalena Goyechea y de la Corte y de don Gabriel Güemes Montero, tesorero de la Real Hacienda.

Recibió la educación habitual para las mujeres de su época y de una posición acomodada, pero poseía cualidades propias que le permitieron descollar.

Con tan sólo 16 años, en 1803, contrae matrimonio con don Román Tejada, perteneciente a una antigua familia de Salta.

Su acción en favor de la causa patriota se inició poco después de la Revolución de Mayo, cuando convirtió su casa en taller de confección de uniformes para los soldados.

Fue la más entusiasta y confiable colaboradora de su hermano Martín Miguel, quien le otorgó un rol clave en algunos de los momentos más difíciles de las guerras independentistas. En 1815, por ejemplo, Macacha realizó ingentes esfuerzos y gestiones para lograr la firma del Pacto de Los Cerrillos, luego de la delicada situación surgida entre el Gral. Güemes y las fuerzas de Buenos Aires que respondían al Gral. Rondeau.

Macacha se encontraba en su casa cuando la noche del 7 de junio de 1821 arribó su hermano diciéndole que había recibido su mensaje. Cuando ésta respondió que no lo había mandado llamar, ambos se dieron cuenta de la estratagema realista. Güemes salió de la casa de Macacha y en la esquina de las actuales calles Belgrano y Balcarce fue alcanzado por una bala que lo hirió mortalmente.

Tras el fallecimiento de su hermano, doña Magdalena Güemes siguió participando de los sucesos políticos de la región con la audacia que la caracterizaba. Intervino en la denominada «Revolución de las Mujeres» que, con el apoyo militar de Pablo Latorre, derrocaron al gobernador José Antonio Fernández Cornejo y propusieron como sucesor al José Ignacio de Gorriti.

Más tarde participó también en actos contra el general Juan Antonio Álvarez de Arenales y nuevamente contra el General Fernández Cornejo.

Fue muy querida y respetada por el pueblo, debido a su valentía y a su generosidad con los más necesitados. Macacha falleció en junio de 1866, a los 90 años de edad.

MARTINA SILVA

Martina Silva de Gurruchaga nació en Salta el 3 de noviembre de 1796, en el hogar constituido por el escribano de gobierno don Marcelino Miguel Silva y doña María Isidora Fernández de Córdoba.

Recibió una esmerada educación y en 1810 se casó con don José de Gurruchaga, precursor de la independencia y ministro de la Real Hacienda de Salta.

Patriota entusiasta, contribuyó al éxito del general Belgrano en Salta. Lo hospedó en su casa en Los Cerrillos y consiguió que su marido, un rico comerciante, donara paños para uniformes y dinero para adquirir armas. Doña Martina bordó con sus manos y obsequió al ejército una bandera celeste y blanca en vísperas de la batalla; equipó de su propio peculio al destacamento de soldados vestidos con uniformes azules que apareció oportuna y audazmente sobre las Lomas de Medeiros, sembrando pánico entre los realistas.

Recibió del General Belgrano un tapado de seda en el que estaba bordada la leyenda «A la benemérita patriota, capitana del Ejército, doña Martina Silva de Gurruchaga».

Muchos próceres, entre otros Belgrano, Pueyrredón, Rondeau, Vicente López, encontraron en la casa de esta ilustre patricia el recibimiento cordial y el hospitalario albergue que necesitaban tras las fatigas de las marchas o los reveses de la batalla. En 1820 efectuó una donación de 2000 pesos fuertes para los gastos de la guerra.

Doña Martina falleció en Salta el 19 de marzo de 1874, a los 78 años de edad. Sus restos descansan en el Panteón de las Glorias del Norte de la Catedral Basílica de Salta.