Pandemia adulcéntrica

 

Los niños son los únicos que desde el 16 de Marzo no tienen ningún permiso para salir de casa. En Salta el 52% de los niños son pobres según Jorge Paz, director de IELDE (Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico) de la UNSa e investigador del CONICET. (Por Guadalupe Macedo)

El aislamiento social, preventivo y obligatorio cambio la vida de los más chicos, donde se modificaron los hábitos de estudio, de juego y de sociabilización en una etapa de la vida donde la formación de vínculos y el contacto físico son esenciales para el desarrollo. La pandemia se está desarrollando desde una mirada adultocentrica donde las políticas estatales no contemplan ni las necesidades ni los derechos de las infancias. Aunque se encuentra habilitada la línea 102 para contener a las infancias.

Las familias deben contener las energías, las angustias y las ansiedades de los niños, donde el estado no establece medidas ni políticas para ellos. Agustina, madre de Benicio y docente comenta: “No tenemos los espacios para poder trabajar, para poder estudiar, para poder criar, entonces se genera un tiempo de poca calidad con mi hijo y un trabajo constante de los dos de paciencia  de comprensión. Como yo hay muchos padres que están saturados laboralmente y eso hace que  no nos concentremos en la crianza o en las necesidades psicológicas  de los niños”.

“El aislamiento social y preventivo afecta a las infancias de diferentes maneras, entre ellas podemos encontrar el mal uso que le dan a las pantallas»

Los niños no desconocen la situación, Benicio de 3 años comenta que: “No podemos salir afuera porque está el coronavirus. Tenemos que llevar barbijo para no contagiarnos” el espera que todo termine “Quiero salir a todos lados”. Baltazar  de 4 años cuenta que: “No podemos salir de casa porque hay un bichito que hace doler mucho la panza” y con tristeza afirma “No puedo ir a la plaza por culpa del bichito”.

El contexto actual está modificando la vida de los niños Olivia de 8 años analiza: “No podemos salir de casa porque nos tenemos que cuidar, porque si no nos podemos contagiar y es mejor prevenir el contagio para que nos podamos cuidar entre todos. A mí me cambio la vida. Ahora me enojo más rápidamente, por no tener tanto contacto con la gente y también el humor también me cambio un poco. Extraño mucho el colegio, a mis compañeros a mis maestras”. Ana de 9 años relata que: “No podemos salir porque estamos en una pandemia del coronavirus. Me cambio la vida, deje de ver a mi familia y a mi mejor amiga. Ya no voy al colegio y no puedo salir a comprar. Me pone triste no  poder ver a mi familia y a mi mejor amiga”.

“El aislamiento social y preventivo afecta a las infancias de diferentes maneras, entre ellas podemos encontrar el mal uso que le dan a las pantallas. Cuando hablo de pantallas hago referencia a las tablets, celulares, computadoras, televisión etc. Muchas veces los adultos no controlan los contenidos que se muestran y se termina deformando la información hacia los niños. Tal es el caso de una alumnita que llorando me dijo “estoy harta de que ese bicho (refiriéndose al COVID-19) me siga a todos lados” “nunca más voy a ver a mis amigos”. Es importante tanto la explicación de esta enfermedad como así también la manera en que se la explica. Los niños absorben todo, por ello es fundamental de que los padres les den seguridad y no que los llenen de preocupaciones y dudas” relata la Psicopedagoga Noelia Reales, Diplomada Superior en Neuroeducación- Dificultades específicas y generales del aprendizaje. Maestra y profesora de apoyo a la inclusión escolar en personas con discapacidad.

Hogares desiguales

La estancia permanente de los niños en sus hogares es desigual ya que no todos viven en las mismas condiciones socioeconómicas, en Argentina según UNICEF “más de 1.5 millones de niñas y niños viven en hogares que no alcanzan a cubrir una canasta básica alimentaria”, donde en Salta el 52% de los niños son pobres según Jorge Paz, director de IELDE (Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico) de la UNSa e investigador del CONICET.

“Hay que considerar que en esta situación de aislamiento las posibilidades de estar en espacio sociales como escuelas, clubes, merenderos, entre otros, donde podían estar presentes actores para identificar signos de violencia ahora no están o no pueden estar como antes. Entonces es un riesgo importante. Atentan contra las infancias y adolescencias la violencia intrafamiliar, la convivencia con los agresores” afirma la Psicomotricista Florencia Aguirre- Terapeuta de infancias y adolescencias- Facilitadora de recreación y abordajes sociocomunitarios.

Los niños viven en un ambiente violento “el 70% de los hogares utiliza métodos de crianza violenta, como agresiones verbales y castigo físico. Las chicas y chicos sufren violencia también en la escuela, en las redes sociales, en los clubes” según UNICEF. La estadía en el hogar para muchos niños y niñas resulta peligrosa por estar propensos a la violencia física, psicológica y sexual.

“Como lo están pasando les adultes a cargo, tiene mucho que ver como las infancias están atravesando esta situación, igualmente nada quita su particularidad. También tiene que ver la condición social, las posibilidades de recursos y herramientas de algunas familias o las precariedades de otras. El acceso al contacto con compañeros/as, amigos/as o no aunque sea de forma virtual. Tampoco es lo mismo habitar un espacio muy reducido que estar en otros lugares que permitan el disfrute del cuerpo propio. Las posibilidades relacionadas al movimiento, como jugar a la pelota por ejemplo, y el juego propio de la franja etaria han sufrido un impacto. El modo y posibilidades de expresión de las infancias están en juego en este periodo de aislamiento” reflexiona  la Psicomotricista Florencia Aguirre.

La educación y la recreación

“Durante la cuarentena el aprendizaje se fue modificando, el espacio pasó a ser la casa, el docente es visualizado en las pantallas, los alumnos están en una sala virtual o diversos grupos virtuales y el tiempo está fragmentado. Todo esto ocasiona cambios en las habilidades de interacción social que están presentes durante el crecimiento, por lo que es recomendable mantener los vínculos, aprender a conocer las emociones de los demás y a controlar nuestras propias emociones, esto permitirá establecer vínculos significativos entre escuela-familia” reflexiona la psicopedagoga Noelia Reales.

“Esta cuarentena nos invita a reinventarnos como madres, padres, familias, adultes referentes. Como sostenedores necesitamos sabernos sostenidos también, tratando de hallar el equilibrio en nuestra cotidianeidad, fortalecidos/as para poder fortalecer. Ante tanta incertidumbre urge ofrecer o posibilitar espacios de seguridad, expresión, creación para las infancias y adolescencias. Saber también que para las tareas cotidianas no hay una cuestión de género, todos/as pueden hacerlo. Vincularnos con el arte, el juego, la realización de algo nuevo como una huerta. Experimentar. Respetar los procesos. Regular el uso de pantallas. Y como dijimos anteriormente permitir que les niñes sean niñes” afirma Florencia Aguirre Psicomotricista.

Las infancias deben permanecer en aislamiento dentro de sus hogares, donde algunos tienen más espacio físico y otros no. Existiendo una falta de contención por parte del estado. “Las infancias están más limitadas. Se han elaborado campañas para mujeres. En el caso de les niñes es mucho más difícil el acceso a sus voces. Porque suelen requerir de un adulto. Es importante el fortalecimiento de la redes de contención e información. Quienes trabajamos con infancias y adolescencias en contextos de riesgo nos vemos ante la necesidad de reinventarnos en este aislamiento, pensar estrategias de acercamiento, generar otras posibilidades de escucha y seguimiento” afirma la psicomotricista Florencia Aguirre.