El sector agroexport en la vidriera

 

 

 

 

Los escuderos gauchos de la onda verde & oleaginosa demostraron mayor preparación para el escenario político y social que viene. La promesa de subvención a diverso accionar en la articulación de resistencia por el caso “Vicentín” oficia de aliciente. Escenario proclive para legisladores nacionales del palo, o bien del arbusto.

 

Por: Federico Pérez.

 

La veta para el rearme de la diestra local tiene al senador nacional Juan Carlos Romero como ideólogo y, en menor medida, al diputado nacional Martín Grande, si se empardara su entusiasmo callejero puesto en función de esta causa. El primero fue el encargado de fundamentar en la Cámara alta a mitad de semana contra la formación de una comisión investigadora por el desfalco de la agroexportadora “Vicentín” y el segundo como señalero en el banderazo del fin de semana pasado. Por ahora, los únicos vientos fuertes en contra provienen de afuera.

El andar vacilante del albertismo nacional y el macilento desempeño de sus representantes locales es el que le posibilitó a este sector pro sojero una especie de primavera en la bisagra de este otoño-invierno. En tanto que el martillo y la hoz, a los que imaginariamente les gustaría tener enfrente, provinieron desde el exterior.

En lo específico del caso “Vicentín”, un consorcio de bancos que metió demanda en el distrito judicial neoyorkino para que dilucide el porvenir de u$s 500 millones transados con la agroexportadora encarnada por los Nardelli. Además, nubló la alfombra verde de los escuderos locales enlistados detrás de esta oleaginosa una muralla de u$s 10.900 millones que la fabricante del herbicida Roundup y Ranger Pro (Ranchero Pro) puso para evitar que la justicia estadounidense avance en su certificación como agente cancerígeno.

La tropa bolchevique tiene enlistados a 125.000 norteamericanos, quienes alegan haber desarrollado el linfoma no Hodgkins, luego de haber usado estos compuestos a base de glifosato. Y la que sacó de su caja chica esta decena de miles de millones de verdes fue Bayer, compañía que se adjudicó este entuerto cuando dos años atrás completó la adquisición de Monsanto, para entonces ya apodada “Monsatán” a nivel global.

Sin embargo, “a favor” de Romero y de Grande cabe indicar que no es nueva ni antojadiza su determinación de ponerle el cuerpo a semejante causa. Lo que llama la atención es el bajo perfil de los dirigentes del Frente de Todos, tanto en la cuestión de “Vicentín” como en la del glifosato. O en cualquier otra, para mayor exactitud.

 

Vicentón en la frontera norte

 

La creación de la comisión investigadora del caso “Vicentín”, en la que cayera batido este miércoles el ex gobernador Romero, tiene implicancias no sólo por el Estado nacional que retomaría una porción del mando sobre la producción de alimentos, comercio exterior y política cambiaria. En cuanto al segundo ítem, supone un efecto mucho más profundo no sólo desde el punto de vista tributario o del control fronterizo (a partir de este martes con presencia del Ejército en los hitos limítrofes gauchos que separan de Bolivia).

Una semana atrás, un efluente de esta intensa actividad fronteriza en nuestra región por fuera de los carriles formales fue confirmado por la justicia federal. La detección de diferentes embarques por vía terrestre con casi $ 30 millones en billetes de curso legal, rotulados y  embalados “en cajas, con sobres de papel madera llenos de dinero, con la identificación de la empresa o las personas” que los atesorarían, detalló el diario El Tribuno en su edición del 18 de junio último.

El persistente recorrido es del norte del país –ya sea Salta o Jujuy- con destino a Buenos Aires, de acuerdo a la hipótesis en que trabaja el juez federal, Guillermo Molinari. Estos operativos en diversas provincias del Noroeste Argentino hasta tuvieron un episodio en nuestra Tartagal, donde la Gendarmería detuvo a un camión con varias cajas que contenían 3.838.000 pesos.

¿Resultado de qué actividad no declarada “vuelven” estos millones hacia el centro del país? Las hipótesis que ensayan una explicación al respecto son variadas, junto a la clásica del ir y venir de ´harina altiplánica´ (de la que no queda exenta el puerto de Rosario), pero sobre todo los cargamentos de soja que cruzan por el norte salteño hasta pisar suelo boliviano y de ahí se hacen a la mar, rumbo a puertos asiáticos. Algún malpensado diría que si tal envío traspone este paso fronterizo, a lo mejor la carta de embarque hacia Oriente podría consignarse como “soja boliviana”.

 

La ley de la frontera

 

De la misma manera que poner un pie en “Vicentín”, a través de directores estatales, significaría volver al comando del joystick en la región portuaria del río Paraná, la presencia de los verde-oliva en la frontera salteña con Bolivia podría considerarse un equivalente en materia de monitoreo de tráfico terrestre. Más allá de las fantasías sobre comercialización de derivados blancuzcos de la hoja de coca, los pasos fronterizos cobran importancia por el volumen de lo que va hacia esos insondables puntos del globo terráqueo.

Fuentes que pidieron reserva pero conocen la dinámica del sector agroexportador confiaron a “Cuarto Poder” que entre u$s 3 millones o u$s 3,5 millones anuales “free tax” que pasan hacia Bolivia y de ahí a donde manden las corrientes del Pacífico. Tal es el saldo de estas 20.000 toneladas libres de impuestos o en negro que dejan, líquidos, a esta rama de la actividad de los negocios con productos del agro. Lo que no es lo mismo encuadrar como del “campo”, algo muy distinto.

En cambio, un volumen que podría llegar a ser cuatro veces mayor es el que rumbea hacia el vecino país con cargas de maíz, trigo y aceite, de acuerdo a estimaciones que se hacen desde este sector. En 2019, la localidad fronteriza de Salvador Mazza escenificó una reyerta entre los concejales y el jefe comunal, Rubén Méndez. Un episodio revelador de los contornos y el volumen del tráfico pesado en esta comarca.

El desencuentro sucedió por la aparente discordancia entre lo rendido desde el Ejecutivo municipal al área contable, en concepto de derecho de uso de las calles. Esto llevó a que los ediles conjeturasen el paso anual de entre 80.000 y 100.000 camiones. De acuerdo al informe recibido por los concejales, unos 54.000 camiones que recorrieron el puente internacional en menos de un año y medio. A lo que debió agregarse una cantidad similar de vehículos de carga que arriban hasta la estación ferroviaria para cargar/descarga de harina y cereales a granel, luego de lo cual parten las formaciones hacia el centro de Bolivia.