En una reunión convocada para abordar las preocupaciones y necesidades de los trabajadores de la educación, la flamante ministra de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, Cristina Fiore, parece haber dejado de lado el verdadero propósito de las mesas paritarias. La situación nacional, marcada por el Decreto de Necesidad y Urgencia N°70, fue el centro del análisis, sin avanzar sobre acuerdos concretos sobre cómo enfrentar la estimada inflación de alrededor del 20% en diciembre.

Resulta sumamente decepcionante observar cómo se diluye la verdadera esencia de las paritarias, que deberían ser un espacio de diálogo y negociación para discutir las condiciones y necesidades particulares de los trabajadores de la educación en Salta. En lugar de abordar directamente las preocupaciones salariales y laborales de los docentes, la reunión se convirtió en un análisis abstracto de la coyuntura nacional.

La falta de avances concretos y compromisos palpables deja a los sindicatos docentes y, por extensión, a los educadores, en una situación de incertidumbre. La promesa de realizar mesas paritarias a lo largo del próximo año para revisar el salario docente suena a un compromiso vago y distante, sin ofrecer soluciones inmediatas a las demandas actuales.

Los gremios estatales, a través del Frente Gremial, ya habían expresado su preocupación. El retraso en la apertura de la última mesa paritaria del año generó inquietud entre los trabajadores, que esperaban actualizaciones salariales acordes con la escalada inflacionaria y las medidas económicas adoptadas a nivel nacional.

La base de cálculo para las negociaciones salariales del próximo año se presenta como un desafío, y la urgencia de cerrar las paritarias de 2023 para evitar la depreciación de los salarios es innegable. Los trabajadores estatales salteños no solo esperan, sino que demandan respuestas y acciones concretas para salvaguardar sus ingresos frente a la vorágine inflacionaria.

En este contexto, los dirigentes gremiales salieron con la cabeza baja, luego de haber escuchado lo que todos los argentinos sabemos: «No hay plata».  Quedará entonces el arduo trabajo de convencer a la nueva funcionaria que la educación, es un pilar fundamental para el desarrollo de la sociedad, y garantizar condiciones dignas para los docentes es un imperativo que no puede ser postergado, obviado, ni reemplazado por una simple charla. Pura cháchara.