Desde el 2020 que se dejaron de hacer remates en la provincia. En ese momento, La Municipalidad ponía de base $15.000 pesos por una moto, que era adquirida por quienes revenden sus partes para repuestos. Pero desde entonces suspendió los remates y le entregó todo a Metalnor, que paga, por la misma moto $400.  

Lucas Sorrentino

Más de un centenar de salteños  solían asistir a los remates de vehículos que realizaba la municipalidad de Salta Capital. Vivían de eso: compraban una moto o un auto en ruinas y vendían sus partes. 

En 2020, la Municipalidad llegó a poner de base, para una moto $15.000. Sin embargo, suspendió los remates para entregarle directamente todo el negocio de la chatarra a Metalnor, que empezó a pagar por esa chatarra $9 por kilo.  Así, una moto por la que antes la Muni recibía $15.000, pasó a cobrar $400 pesos de Metalnor. Imaginen el negocio de Metalnor: autos a $4000, camionetas a $6000. Lo que no se entiende es por qué la gestión de Bettina Romero decidió perder plata: antes a los autos les sacaban, mínimo, $20.000 y a las camionetas $30.000 en adelante. 

Han beneficiado a una empresa privada y han perjudicado a un centenar de salteños que vivían de los remates. Y lo que es peor: el municipio está perdiendo mucho dinero con este acuerdo.  ¿Dónde está el negocio? 

Observemos la magnitud del negocio. En el último remate público había 400 motos. En un remate, la muni gana $6.000.000.  Con Metalnor gana $160.000.

 Hubo un daño colateral de permitir a Metalnor monopolizar el comercio de la chatarra: los respuestos escasean y ahí, donde hay una escacez, se genera un mercado negro. Es por eso que se han multiplicado los robos, los desarmaderos y la venta ilegal de partes. 

Muchos salteños que antes vivían de este necesario trabajo ahora tienen que irse a Jujuy a los remates y dejar esa plata en la vecina provincia.

Contrato

No es el único gran negocio que tiene Metalnor con la Muni. La gestión de Bettina decidió entregarle la posibilidad de quedarse con todo vehículo en condición de chatarra de la vía pública. En este sentido, Bettina es bien menemista: considera que el Estado es incompetente y privatiza el servicio. Como se ve que para la Muni levantar los restos abandonados de un auto es mucho laburo, entonces le dan el negocio a un privado, que, a cambio, se queda con la chatarra. 

Fue el secretario Legal y Técnico de la Municipalidad de Salta, Daniel Nallar, quie firmó un convenio con la empresa Metalnor por la que esta le paga, en promedio, ocho pesos por cada kilo de chatarra.

Según lo registrado en la Resolución 09/21 de Nallar, “la empresa (Metalnor) pagará a la Municipalidad una retribución en pesos, depositando semanalmente el valor por los Kgs de material recibido, conforme el siguiente precio: 

Descacharrado:

Por kg de chatarra liviana: $ 9

Por kg de chatarra pesada: $ 12

– Vehículos en la Vía Púbica:

Completos por Kg.: $8

Carcasa por Kg.: $9

– Vehículos Canchón municipal:

Por Kg.: $ 8

De acuerdo al convenio, es responsabilidad de la Municipalidad realizar el proceso de descacharrado en la ciudad en coordinación con Metalnor. Disgregar la basura y transportarla hasta el kilómetro 1 de la Ruta Provincial 26. Además, la Muni debe poner personal para la descarga de la chatarra y la separación de acuerdo al tipo (pesada o liviana).

Un gran negocio

No es que se necesite un gran despliegue. Pero aún así la Muni se declara incompetente, aunque los funcionarios sí van al lugar a posar para la foto. 

Esto pasó, por ejemplo, con otro de los grandes negocios de Metalnor: la chatarrita pequeña. 

En agosto de 2019, la gestión municipal anunció que comenzó a funcionar el retiro de residuos eléctricos y electrónicos mediante el programa “Puntos Verdes”. «El servicio no tiene costo para los vecinos ni para el municipio», anuncia un parte oficial, como si fuera un gran logro. Básicamente pusieron un contenedor gigante de basura en plaza España y las personas fueron a dejar: Grandes equipos refrigeradores, lavadoras, secadoras, lavavajillas, cocinas, estufas eléctricas, aspiradoras, tostadoras, freidoras, teléfonos, radios, televisores, videocámaras, sierras, máquinas de coser, trenes eléctricos o coches de carreras en pista eléctricas, consolas portátiles, videojuegos, ventiladores pulmonares, reguladores de calefacción, termostatos, máquinas expendedoras de bebidas, entre otras. 

Muchos fueron los vecinos que tenían estos artefactos echados a perder y fueron a tirarlos ahí. 

Quien alzó el contenedor y se llevó todo a un galpón para revenderlo fue Metalnor. Además, le cobró a la Muni $9 por kilo. 

La Muni puso a algunos trabajadores para explicarle y pedirles a los vecinos que no se les ocurriera tirar cosas como palos, ramas o gomas rotas de vehículos. «Para lograr el éxito del programa la gente debe evitar depositar restos de poda, escombros, malezas y neumáticos, entre otros residuos que no sean eléctricos ni electrónicos», dijeron en ese momento de la Muni. Es raro, porque esas cosas son las que uno generalmente tira a un contenedor de basura. Pero lo que sucedía es que no les interesaba la basura. Les interesaba hacer negocios. 

Eso, que se vendió como un gran logro ambientalista de la Muni, fue en realidad un fracaso más. El gran negocio lo hizo Metalnor. 

Quién está atrás de Metalnor SRL

Los hermanos Yovi son los empresarios a cargo de Metalnor, con sede central en avenida Chile 1449. Tienen sucursales en varias partes de Salta y en Santiago del Estero y Jujuy. 

 Simón Exequiel Yoby es la cara visible del mega emprendimiento que incluye 3 hornos de fundición de metales, reciclado de baterías y de chatarra metálica, en donde confluyen las empresas a tan solo  6 metros de las casas de los vecinos de los barrios El Parque, El Círculo, Los Pinares, Los Paraísos, Los Crespones, Santa Rita, Las Tunas, y otros que comprenden la zona cerrillana. 

Los lectores de Cuarto Poder recordarán unas notas donde nos hicimos eco de la denuncia de los vecinos: mal olor, contaminación permanente del medio ambiente, donde trabajan día y noche sin descanso en ambientes urbanos donde no debe existir un parque industrial

Incluso tiene denuncias por arrojar los ácidos de las baterías al río Arenales y a las cloacas.

Artículos de medios cerrillanos denuncian que varias veces se vio, por esos lugares, filas y filas de camiones del ejército descargando chatarra en Metalnor. 

Se dice que solo en ese municipio tuvo más de 500 denuncias. Jamás pasó nada. 

Se nota que Metalnor tiene un ángel de la guarda especial. No solo en Salta Capital.