Una editorial tucumana publica el poemario «Pequeñas islas flotantes», de una de las nuevas voces de la literatura salteña. En esta entrevista habla del recorrido de la poesía, del campo literario en el norte provincial y de la relación entre escritura y redes sociales. 

L.S.

Gaetano Tornello es algo más que una de las nuevas voces de la literatura salteña.  Nació en 2001. Comenzó a escribir poesía en su infancia. Dejó y volvió a los 14 años y desde entonces que escribe regularmente. Hace tres años creó el ciclo Kuni, que permitió dar visibilidad a una nueva camada de poetas y Kuni también fue un espacio de encuentro entre generaciones. 

Ahora Gaetano Tornello publica «Pequeñas islas flotantes», con Inflorescencia Editorial (Tucumán). 

Susy Shock, en el prólogo al libro, observó: «Escribir en fuga es a veces una desesperación, una necesidad imperiosa, casi que somos la excusa que necesita contarse para sanar, irrumpir con palabras lo que duele, habitar hermosamente para huir del horror de lo que nos precede. Una apuesta y a la vez esa mesa repleta de todos los colores para enchastrarse en la erótica rica del jugar.

Así escribe Gaetano, su pluma joven, jovencísima, me sorprendió en un taller de Ojo D (escritura disidente) hace apenas unos años. Allí entre pares disidentes de género y sexualidades, este poeta, sobresalía con una contundencia poco frecuente, porque a la vez que pertenece a una generación post Matrimonio Igualitario y post Ley de Identidad de Género, que viene pisando bello y fuerte y local, tiene obviamente el ruido de su tiempo que trae la memoria marica de todo eso de dónde se viene y a donde se va. Pero sobre todo trae poesía, esa aliada, esa todavía sospechada, esa poco frecuente».

Esta publicación fue la excusa para esta charla con CUARTO PODER

-Contame del ciclo de poesía Kuni, cómo surgió esa idea, y por qué se sostiene en el tiempo.

Kuni es un ciclo de poesía y música que lleva ya tres años realizándose en la capital salteña. Surge de la necesidad de tener un espacio donde realizar la lectura en voz alta, puesto que los lugares donde usualmente se realizaba esto eran las ferias autogestivas y era costoso tener la atención del público o el momento de silencio que requiere la escucha. En un principio, con Luz Gutiérrez emprendimos la tarea de escribir un proyecto que presentamos en la Usina Cultural y de ahí no paramos de subirnos al escenario con los y las diferentes artistas que transitaron por kuni. Actualmente llevamos 15 ediciones del ciclo y pensamos en seguir sumando más. Creo que se sostiene en el tiempo por tres razones principales, la primera es por la potencia de la amistad, la segunda por la apertura de espacios como la Usina o Casabunda a proyectos como el nuestro y, por último, la calidad de propuestas artísticas. Con lo primero quiero decir que en la amistad reside una fuerza muy hermosa que es puro movimiento, te saca de lugares comunes, te lleva a pensarte y pensar al mundo, te hace crear. Con Luz Gutiérrez y Micaela Bazán (quien luego se sumó a la organización del ciclo) compartimos ese lazo bonito que nos hace remover la tierra en búsqueda de ideas. Lo segundo no requiere explicación, solo agradecimiento a esos espacios que nos abren la puerta tan amablemente y nos brindan recursos para realizar el ciclo. Asimismo, Salta es un territorio riquísimo en cuanto a propuestas artísticas, también por esto kuni logra sostenerse en el tiempo. Los y las artistas que transitan por el ciclo son personas con mundos interiores grandes, cálidos y amorosos y tenemos la suerte de poder ser testigos del crecimiento de cada uno. Incluso en las mismas propuestas los artistas se juntan entre amigos para presentarse. Aquí lo potente del abrazo artístico. 

-¿La poesía es ideal para circular de manera oral?

La poesía es ideal para circular en todos los medios posibles. Sí creo que en la oralidad hay una riqueza diferente a la escritura o lo audiovisual. La oralidad te permite realizar ciertos equívocos propios del lenguaje, y eso es poesía también. La poesía se nutre de los “errores” del lenguaje oral y estos permiten manifestar significaciones distintas a las que puede encontrarse en el mismo poema escrito. Por ejemplo, una vez recitaba Chakatrunka de Feli Colina y Valentina Brishantina que en una parte dice textualmente “Yo supe/moldear situaciones degradantes”, y en voz alta me salió decir “Yo supe/moldear mi carne”. Esto que se puede vivir como un error es lo que me interesa, la oralidad es menos pensada, más espontanea, la oralidad atraviesa el cuerpo y añade capas de significados nuevos que terminan por enriquecer al discurso. La poesía oral es un recrear constante, un proceso continuo y dinámico de nosotros con la historia propia, con el otro, con el lenguaje mismo.

-Sos parte de una generación que publica primero sus textos en redes sociales… ¿Cómo te condiciona o repercute en tu escritura? ¿Cómo repercuten los comentarios o los “me gusta” que pueden dejar? ¿Prestás atención a eso?

Por suerte no me condicionan las redes sociales a pesar de subir allí mis textos. Me interesa construir mundo, hacer lenguaje y con eso es suficiente. Hay un fragmento de El viaje inútil de Camila Sosa Villada que dice algo así como “Alguien tiene fe en una, finalmente, y una escribe”. Si hay algo que me brindan las redes sociales es una gotita de fe quizás. Pero no me interesan los comentarios o me gusta. Obvio que es lindo recibir comentarios de aprecio, pero no es lo que busco. Sí me interesa ser leído y que exista otro en mi escritura. Pero no es esencial tampoco, si nadie me leyera igual publicaría mis textos, porque mi búsqueda es interna y en la exteriorización de los textos también hay cierta liberación de la escritura. Además de que me resulta cómodo poder tener una plataforma que me permita experimentar y registrar.

La relación que tengo con la lectura y escritura va más allá de las posibilidades que brindan las redes sociales. Yo soy una persona resentida con el mundo que me tocó vivir y las redes sociales si bien ayudan y son útiles, también son sitios de daño de los cuales busco escapar. Las utilizo, pero no les doy un sitio importante.

-Cómo llegaste a Inflorescencia? Cómo fue el trabajo de edición del libro. Cuánto tiempo llevó? Ya tenías una idea previa de cómo quedaría el poemario?

Resulta que durante todo 2021 estuve trabajando en un borrador de libro que quería publicar de forma autónoma, pero necesitaba lectores críticos antes de hacerlo. Entonces busqué personas por facebook y ahí aparece Mateo Diosque, mi actual editor. Él me ofreció publicar en Inflorescencia el borrador que le había mostrado u otra obra, yo me decidí por el borrador. Empezamos el trabajo de edición en enero de este año y podría decirse que finalizamos en junio con la corrección de las maquetas. El proceso de edición fue realmente lindo y revelador, aprendí muchas cosas y gané herramientas gracias a Mateo. Fue movilizante también, durante el periodo de edición pasaron varias situaciones poco agradables en mi vida y fue realmente un reto continuar con el libro. Pero salió y aquí estoy. 

Tenía una idea previa del poemario porque venía trabajándolo hace bastante tiempo, el libro reúne textos de aproximadamente cuatro años de escritura. Si bien la mayoría son textos nuevos, mi estructuración del libro pasó primero por los textos más viejos, que eran los que más me hablaban. Mateo hizo su propuesta para el orden y la estructura del libro en base a tres secciones que ya tenía el primer borrador: en la lluvia, salvajes y tiernas, ruidosas y en paz. Cambiamos el título también, que originalmente era versos para invocar pájaros y construir ciudades, por Pequeñas Islas Flotantes.

-Son muchos los salteños publicando en Tucuman. Por qué escasean las editoriales acá?

En Salta han existido y existen editoriales, quizás habría que analizar las condiciones socio-económicas que son necesarias para poder sostener una editorial y si escasean más en la provincia. Es algo que en lo personal desconozco. También creo que existe una experiencia e identidad compartida entre provincias del Norte, como lo son Tucumán y Salta, que generan afinidad para llevar adelante proyectos de este tipo. Por otra parte, estas alianzas son las que nos permiten hacer frente a otros lugares del país que históricamente han sido pensados y planteados como “faros culturales” o “faros editoriales”. Quizás me preguntaría qué más podemos hacer para solidificar las alianzas del Norte que preguntarme por límites geográficos.

-Si un extraterrestre quisiera saber quiénes son los poetas menores de 30 años que hay que leer en Salta, ¿quiénes serían y por qué?

Recomiendo fuertemente leer a Celina Zacarias, Mar Llaó, Bleu, Camile y Wasabi. Son personas que manifiestan un poder hermoso a través de las palabras, escriben textos políticos, sobre el cuerpo, y también sobre los temas más comunes. Quizás la particularidad en común que comparten es la capacidad de poner en palabras asuntos que todos vemos: la relación con el cuerpo, la locura, el amor, los secuestros, la soledad.