Se le cruzaron los cables a un mendocino que intentó matar a sus familiares. Una torta con raticida en el cumpleaños de la nona. La razón: todos eran K, menos él.

“Nunca sospechamos que Raulito fuera macrista”, dijo Alberto, tío del ahora conocido como “Envenenador PRO”, Raúl Morales, quien el fin de semana pasado intentó cargarse a toda su familia (tíos y primos lejanos incluidos) en una reunión en la que se celebraba el cumpleaños número 82 de la abuela de los Morales.

“Siempre lo veíamos retraído en los asados, casi no hablaba salvo para pedir la sal”, comentó otra tía envenenada. “Ya me parecía raro que de un día para otro comenzara a rechazar los choripanes”, acotó la madrina que no fue parte de los envenenados, pero conversó con el corresponsal de El Polichombi en la ciudad de San Rafael, donde sucedió este hecho casi trágico.

Al parecer la cantidad de invitados a la fiesta no fue bien calculada por Raulito, quien preparó una torta muy pequeña y al ser dividida en pedazos tan pequeños no causó más que dolores estomacales intensos y una que otra diarrea en los familiares que participaron de la tarde que tenía que ser una fiesta pero terminó en la guardia del hospital de aquella localidad.

Todos los presentes, salvo el envenenador, terminaron internados, esto levantó la sospecha de la policía que en una requisa en la habitación del muchacho de 32 años halló, además de parafernalia macrista (globos amarillos, un fotoshop de Michetti en tanga, un falso bigote de Macri y un disco de Gilda) los rastros de veneno para cucarachas, que luego de las pericias correspondientes dio positivo como producto también encontrado en los restos de la torta.

Salvo la tía Mirta, que sigue con una cagadera importante, el resto de los Morales ya se encuentra fuera de peligro. Todavía no se sabe el futuro del envenenador. La familia no ha presentado la denuncia formal.