A la gente del Centro Cultural Aristene Papi ubicado en la estación de trenes, le llegó una notificación de desalojo. La situación es confusa y en ella está implicada Eugenia Wayar, hermana de Walter. El desalojo desconoce el trabajo de años que vienen realizando los talleristas autogestionados. (Rolando Motta)

Una de las maneras de coartar las pocas vías que tiene la difusión cultural local es sin dudas la burocrática. En una ciudad que no se caracteriza precisamente por la gran cantidad de lugares donde las actividades tales como talleres, lecturas literarias, muestras fotográficas, plásticas, música, teatro, jornadas para niños y un largo etcétera de movidas que la gente del Aristene viene haciendo con muy buena predisposición, la mayoría de las veces sin recibir a cambio nada, haciendo de la autogestión el único motor posible para seguirla remando a pesar de todas las trabas posibles, como la que ahora nos concierne.

De allí la urgencia de aquellos que alguna vez pasaron por este lugar y disfrutaron de compartir sus experiencias, por organizarse para brindar apoyo a quienes se hacen cargo de llevar a delante la movida cultural en ese lugar.

La información que está circulando en las redes sociales da cuenta de una notificación de desalojo enviada desde el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil, con fecha 23 de septiembre. En ella se anuncia que en el “Expediente Belgrano Cargas SA y otro. c/ Fundación Amanecer y otro/a desalojo por vencimiento de contrato” en el cual se ha dictado la siguiente resolución: “Se admite la entrega anticipada del inmueble en los términos del art. 648 del Código Procesal previo depósito de 50.000 en el Banco de la Nación, una vez cumplido ello, líbrese mandamiento ley 22.172, a los efectos del desalojo (…) identificado como galpón ubicado en la Calle Ameghino entre Balcarce y 20 de Febrero y el inmueble que pertenecía al ex edificio Ferronor SA.”.

Al respecto, conversamos con Coni Muñoz, quien viene desde mayo del año pasado formando parte crucial de esta movida que conjuga a diferentes artistas y talleristas locales. “Esta nota, la última que llegó, hace algunas semanas, lo hace al abogado de la Asociación, según esa nota él nos da una versión, mientras otros abogados nos dan otra versión. Después de eso una persona de la Asociación nos convoca un día, a los talleristas y demás, y nos dice que vayamos a cortar la calle, etc. Unos días después me echan sin argumentos reales, y a pesar que ese es un problema mío, personal, todos aquellos que trabajan conmigo no vieron esto como algo razonable ni justo”, comentó justo la tarde posterior a la que se reunieran en asamblea en la que determinaron encaminar esta lucha por un espacio que ya se ganaron por derecho, pero que tras los reveses de la Sra. Eugenia Wayar, quien forma parte de esa Comisión fantasmal y es titular actual de la personería que obtuvo justamente a principios de este siglo, cuando, oh casualidad, su hermano Walter cumplía la función de vice gobernador. Dicha señora “aparece de repente y pretende reestructurar el espacio dejando afuera la mayoría de las actividades que se realizan. Consideramos que el espacio funciona fruto de nuestro trabajo y que mediante un blanqueamiento de la institución se puede optimizar la oferta cultural”.

La asociación del centro cultural tiene un contrato, un comodato con Belgrano Cargas que se venció aproximadamente en el 2006. Al carecer de contrato, la habilitación tampoco existe, mucho menos un seguro. “De todas formas se puede trabajar ahí”, menciona Coni, además acota que la confusión es generalizada: “No sabemos cuál es la realidad, porque nunca tuvimos un contacto real con Belgrano Cargas, quienes son los dueños de este lugar”.

En definitiva es complicada la situación de las personas que hasta ahora trabajaban en pos de una verdadera democratización de la cultura local, brindando un lugar para todo tipo de expresiones que, como demostraron en estos años, tuvieron las puertas abiertas del galpón donde funcionaba el Aristene para todo aquel que tuviera algo para compartir.

Ante la imposibilidad de contar con el espacio que hoy está con las cerraduras cambiadas y con muy pocas posibilidades de continuar con la labor que hasta ahora llevaron a cabo, los talleristas optan por considerar otros lugares que no sean ya el viejo galpón que no reúne las condiciones necesarias para llevar adelante un centro cultural, a pesar de que mágicamente lo hicieron hasta el percance actual, y plantean continuar, de onda, a pulmón, como lo vienen haciendo, por lo menos hasta fin de año. Lo más probable es que luego continúen con otro nombre y alejados de la burocracia que les impiden realizar y realizarse en este lugar.

Adios Aristene, bienvenida Minga, la nueva apuesta por la cultura. En cuyo ámbito inauguratorio esta tarde ustedes podrán apreciar en explanada frente al galpón donde “funciona” el Aristene, entre las 17 y las 19 horas una movida que los acercará a la problemática de quienes intentan compartir lo suyo con el resto. En la invitación ellos concluyen respecto a este nuevo nombre y propuesta que este término hace referencia a “cuando nuestros pueblos originarios realizaban una cooperación entre los integrantes de la comunidad a favor de uno o una familia. Un Construir Juntos. Pretendemos un encuentro donde se puedan vivenciar las experiencias que se vienen realizando, compartirlas y realizar una mateada de intercambio con la intención de debatir sobre las políticas culturales, artísticas, laborales a los que estamos dando talleres y compartiendo espacios independiente en Salta”.