La retórica se consolida en el marco de la polis griega y fueron los sofistas los primeros en teorizar sobre el poder de la palabra y sobre su influencia en los asuntos humanos y sociales.
Por Andrea Sztychmasjter
La argumentación constituye un campo híbrido de conocimiento que plantea muchos interrogantes, entre ellos qué se entiende por argumento y qué por argumentación, y si existe una teoría de la argumentación o una filosofía de la argumentación. Por considerarse que conforma un campo hibrido de conocimiento existen en ella un entramado de posturas teóricas y metodológicas provenientes de distintos campos del saber.
Los sofistas sometieron a una crítica particular las concepciones éticas y sociales que prevalecían en su época. Todo acercamiento a la argumentación común debe tener en cuenta las aportaciones de la sofística. Entre ellas:
-La antifonía consistente en la práctica sistemática de contraponer los discursos. -La paradoja, que consiste en hacer evidente la autonomía de los funcionamientos lingüísticos con relación a la realidad.
-Lo probable, para los sofistas lo probable tiene que ver con las costumbres de una comunidad. Esta noción permite extraer estereotipos, pero también tipos.
-Los cálculos que tienen en cuenta a la vez lo probable y el conocimiento que de ello se puede tener, conducen a paradojas de un nuevo género evidentemente señaladas por los sofistas.
-La dialéctica, en el sentido de diálogo razonado conducido según reglas precisas.
Con Platón la retórica vinculada a los sofistas se convierte en “el alter ego negativo de la filosofía” (Cassin, 2008:14). Más estrictamente, podríamos decir que se diferencian dos retóricas: una vinculada a los sofistas desacreditada en todos sus planos, y otra, positiva vinculada a la dialéctica y la búsqueda de la verdad.
Retórica Aristotélica
La retórica aristotélica comprende tres partes: la teoría de la argumentación, la elocuencia y la composición. La teoría de la argumentación se relaciona con la lógica de la prueba, siendo los entimemas el cuerpo de la prueba. La retórica se centra sobre el poder persuasivo que se relaciona de ésta manera con la prueba, aplicándose a situaciones concretas, la deliberación de una asamblea política, el juicio del tribunal y el ejercicio público de alabanza y ataque. La consideración del género en el que va a inscribirse el discurso es una de las decisiones básicas a las que debe enfrentarse el orador.
Dentro de la teoría de la argumentación se incluyen tres operaciones mentales; aprehensión, juicio y razonamiento. El análisis retórico/ lógico formó el contexto teórico de los estudios de la argumentación desde Aristóteles hasta finales del siglo XIX.
Aristóteles será la figura clave en la constitución de la retórica como un cuerpo organizado de conocimiento. La retórica aristotélica constituye una esfera distinta de la filosofía, pero se encuentra en estrecho vínculo con ella. El orden de la persuasión del que se ocupa la retórica, se encuentra asociado a la lógica, en virtud de la correlación establecida entre el concepto de persuasión y verosimilitud. (Ricoeur, 1976:47)
En éste sentido e importante recordar que la retórica aristotélica comprende tres partes: la teoría de la argumentación, la elocuencia y la composición. La teoría de la argumentación se relaciona con la lógica de la prueba, siendo los entimemas el cuerpo de la prueba. La retórica se centra sobre el poder persuasivo que se relaciona de ésta manera con la prueba, aplicándose a situaciones concretas, la deliberación de una asamblea política, el juicio del tribunal y el ejercicio público de alabanza y ataque. En Aristóteles el análisis del proceso argumentativo enumera las diferentes etapas que conducen al producto acabado, el discurso argumentado. Discurso es tomado como un conjunto de actos de habla planificados, que se dirigen a un público en el seno de un marco institucional concreto.
A partir de la Edad Media se produce una reducción de la retórica a la elocución, por amputación de las otras dos partes planteadas por Aristóteles, la teoría de la argumentación y la composición. Reducida a una teoría de los tropos y una taxonomía de las figuras, perdió su lazo con la lógica y con la filosofía. El estudio de las figuras se efectuó a partir del principio de desvió o sustitución, construyendo clasificaciones, donde la figura de significación-la palabra- es el tropo propiamente dicho. Las otras figuras referían a figura de expresión, de estilo, de construcción, de elocución y de pensamiento.
Retórica en la época moderna
En la época moderna, hay una concepción negativa de la retórica, vinculada fundamentalmente a la reducción de retórica en el medioevo, proceso que se puede denominar “retórica restringida”.
Tanto para Descartes como para Kant la retórica es impropia del pensamiento filosófico. Schopenhauer, en cambio se ocupa de la retórica como tarea filosófica concibiéndola como dialéctica erística o el arte de tener razón. Dicha dialéctica es pensada por Schopenhauer como el arte de discutir de manera que se tenga razón -tanto lícita como ilícitamente- y propone estratagemas que funcionan como mecanismos o procedimientos destinados a ganar el combate a cualquier precio en una discusión, sin preocuparse por la verdad.
Nietzsche define la retórica como la esencia persuasiva del lenguaje y sostiene que todo lenguaje es retórico.