Una de las curiosas reseñas de lo que viene pasando, o no, con la difusión del virus tan temido ¿Visión local, localismo, misticismo o de qué sustancia están hechas estas evaluaciones? Acercamos la lente sobre las estadísticas epidemiológicas, junto con las lecturas sobre ellas, realizadas en Salta. 

                                                                                              Por Norma Jean

Las declaraciones poco ortodoxas de un hombre de ciencias llamaron la atención. Sobre todo cuando se trata de Juan José Esteban, gerente del Hospital Señor del Milagro y  responsable del laboratorio que realiza los estudios de COVID-19 en Salta. “Salta tendría que tener más casos de COVID, pero nos está protegiendo un manto divino”, lanzó ante el periodismo vernáculo. Nada serio a nivel científico, aunque relajante para una población fervientemente católica y creyente en los acontecimientos supraterrenales, aupados en las creencias en las figuras del Señor y la Virgen del Milagro, con lo de los sismos que aflojaron aquel agosto de 1948.

Esta semana, con la apertura de los bancos, la sociedad salteña volvió a aparecer por las calles céntricas, como si nada, confiando quizás en la protección de los santos patronos de Salta que están en la vecindad de ambas deidades. Durante una pseudo cuarentena y con la consiguiente preocupación de un posible brote de coronavirus, por parte de las autoridades sanitarias, pero no así por los posibles afectados que están más preocupados por pagar los resúmenes de sus tarjetas que por esta exposición. “Tenemos un manto de piedad cubriéndonos, porque si se hace la proyección de la enfermedad a nivel mundial, no te explicas porqué aquí en Salta no hay circulación comunitaria viral”, insistió Esteban. «No hemos pasado a la segunda fase siquiera, llevando un mes de pandemia. Hay algo que nos está bendiciendo, después de la conducta del fatídico viernes, si llegamos al 26 sin casos, claramente tenemos a alguien arriba que los evita”, agregó.

La refutación científica a sus dichos la tendría su par, Marcelo Nallar, gerente del Hospital Oñativia, quien explica que en Salta el virus que circula tiene una carga viral leve, por lo que los síntomas son leves. “El COVID-19 tiene un alto poder de contagio, explicó, el 81% de los que contraen el virus tienen síntomas leves, el 19% síntomas graves, y dentro de ese 19% un 9,5% necesita respirador, y de estos la mitad muere. La clave para evitar el contagio en un lugar con las características epidemiológicas de Salta, “está en la cuarentena obligatoria y en caso que esta se flexibilice, mantener el distanciamiento de dos metros entre personas como mínimo”.

En cuanto a la cifra real de contagiados, señaló que “hoy es difícil de conocer, ya que, de momento, las pruebas solo se hacen en pacientes con síntomas graves”.

Y acá encontramos la segunda refutación a las declaraciones de Estéban. El día jueves una mujer denunció que en Salta no se respeta el protocolo por la pandemia COVID-19. «Mi marido empezó con tos seca hace dos semanas y se auto medicó. Con el pasar de los días, la tos fue empeorando y se hizo más intensa. Llamamos al 136 por  recomendación de un médico amigo y la respuesta que tuvimos fue que como no tenía fiebre debía ir a la guardia del centro de salud más cercano. Fuimos al de Villa Soledad y me dijeron que no había médicos clínicos, que tenía que ir al hospital. Llamamos al SAMEC y obtuvimos la misma respuesta. Finalmente en el centro de salud y ante la falta médicos, un enfermero le aplicó una inyección. Al otro día se levantó con fiebre. Nos fuimos al hospital Señor del Milagro, una enfermera quiso activar el protocolo por el COVID-19, pero vino otra y le dijo que no. Pasaron horas hasta que un médico logró verlo y le hicieron una placa poco clara, pidiendo un nuevo estudio en otro centro médico. Cansados de la falta de respuestas, nos fuimos al hospital Papa Francisco, donde nos recibió el director y una médica quienes inmediatamente activaron el protocolo”. Se trata de un hombre de 44 años, que no viajó a ninguna parte en los últimos meses, aunque los síntomas dan sobrada necesidad de activar el protocolo y realizar la muestra. Este caso sospechoso hasta el cierre de esta edición no tenía resultados. Queda claro que en esta provincia es mucho lo que hay que remar para lograr que se tome un caso como sospechoso. El manto que protege a Salta más que de piedad, es de sospecha…