Lo que hay por el Norte

En los últimos diez días se dieron sendas visitas presidenciales a la región norte, tanto por el costado este como en el oeste. Con inversión pública anunciada por el naciente y el poniente, más una definición respecto al desbalance norteño en materia de infraestructura que dejó al viento la pandemia. Como piedra en bajamar. Un cúmulo de señales que intentaremos desentramar.

 

 

Por: Federico Pérez.

 

 

El mensaje presidencial que dejó la más reciente visita de Alberto Fernández por nuestra región no debería desatenderse, en tanto señal política y de gestión. El Jefe de Estado destacó la honda inequidad que la pandemia sacó a la superficie, de acuerdo a las diversas regiones argentas, en particular la que afecta estructuralmente al norte del país.

AF se fijó como objetivo “terminar con la injusticia en el norte” de la Argentina, tras la firma de un convenio de inversión pública entre el Ejecutivo nacional y la provincia de Formosa, de manera similar al mensaje que siete días antes dejó en su visita a Tucumán y Santiago del Estero. El mandatario nacional vislumbró un escenario post pandemia en el que resultará proclive el repunte de la economía y en el que la inversión en NOA y NEA cobraría relieve.

“Va a haber un día después de la pandemia y vamos a estar de pie”, pronosticó Fernández, al extremar la prudencia respecto al cronograma de este presagio en función del panorama epidemiológico dispar entre las regiones. En particular, el Nordeste en el que tienen cercanía geográfica distritos como el gobernado por Gildo Insfrán (ejemplar no sólo en términos estadísticos, sino en las medidas dispuestas para arribar a tal objetivo) y el Chaco, con diversos rojos en su mapa epidemiológico.

Por el lado noroeste, el panorama es más parejo en relación a tal variable sanitaria. Salvo Tucumán que tuvo en marzo unos alertas por casos positivos -más sospechas de contagios más extendidos- la heterogeneidad se presenta por el lado de las respectivas gestiones. Jujuy y en menor medida Salta, mantienen un planteo que intenta desmarcarse de la gestión nacional. Ello no es objetado desde Balcarce 50, siempre que el margen de maniobrabilidad quede claramente demarcado.

Un hecho que mejor que nadie leyó ipso facto el jujeño Gerardo Morales fue el lanzado el fin de semana pasado, por parte de un aliado cuasi incondicional del albertismo. El reclamo del Sindicato de Camioneros, emitido por su adjunto Pablo Moyano, que Jujuy y Salta correrían riesgo de desabastecimiento si persistían en el trato humillante a los choferes que acarrean alimentos, bebidas y remedios. La disculpa pública que el mandatario de la vecina provincia se vio obligado a enunciar fue efectiva para bajar la tensión, si bien el temperamento exógenamente serenado pudo haber afectado su perfil chúcaro ante los jujeños y la dirigencia regional.

 

Pulgar abajo para influencers

 

Estas señales, lejos de los voluntarismos algo más definitivos e imperecederos que anteceden al delivery de rivalidades y hermanamientos, inducen a suponer la posibilidad de un acuerdo en nuestra comarca. Un tinglado en el que, a partir de la heterogeneidad partidaria en cada distrito, germine la posibilidad de concretar iniciativas comunes entre los actuales líderes del NOA y NEA. Tal parece ser el mensaje que dejaron estas recientes visitas al Norte que concretó Fernández en los últimos fines de semana, sugerencia que parece no contener cláusulas en miñona.

Lineamiento presidencial de cuya profundidad y firmeza podrán atestiguar las indagaciones que los líderes de cada provincia del NOA y NEA efectúen en los próximos días. La repetición del escenario y la similitud de conceptos vertidos en sendos periplos indicarían que no se trata de una mención aleatoria. La que está apuntalada por la distinción remarcada en la homilía que el mandatario nacional dirigió el sábado 23, al despegarse de aquellos “militantes de Twitter” y demás redes sociales.

En este tramo, por ahí desatendido del mensaje de Fernández, se encuentra resumido su estilo de gestionar. El cual el Jefe de Estado dio a conocer a terceros, luego de indoctrinar a sus funcionarios (Ver subnota: Un like intrascendente) a fines de febrero pasado, sobre lo inconveniente de ponderar el uso del Whatsapp y las redes sociales en desmedro de las actividades en el territorio.

Así que desde Formosa y con Insfrán al lado, el mandatario le puso el cuerpo a esta ponderación a sabiendas que es una de las figuras predilectas por la prensa de derecha (incluso del jugador emblema del macrismo, Carlos Tévez), a los fines de cubrir de connotaciones adversas con su sola mención. Lo definió como uno «uno de los mejores políticos y seres humanos” con que le ha tocado tratar, por lo cual dejó expresado su “valoración”, su “respeto” y su “afecto”. Y junto al Ejecutivo nacional, señaló que “vamos a poner de pie a Formosa”.

En comparación con el cuatrienio en que “alguien se olvidó” de esta provincia, contrastó Fernández, “por eso venimos con Gildo a volver a poner de pie a Formosa”. Una reivindicación al mandatario del nordeste con la cual completó el panorama trazado, en esta nueva articulación de un eventual rediseño productivo de la región Norte. La que resultará útil darle la lectura adecuada, en relación a la trascendencia delineada en este periplo por el distrito vecino.

 

Los destinos esquivos  

 

Luego de los recientes viajes de Alberto Fernández por ciudades del Norte del país también será útil, no sólo las consideraciones dejadas en cada una de ellas, sino los destinos por los que no pasó. En el NEA, claramente el distrito gobernador por Jorge Capitanich (Chaco), el que cuenta con tasa más alta de letalidad de la pandemia y segunda en cantidad de contagiados por millón de habitantes.

En Corrientes, el radical Gustavo Valdéz probablemente busque su sitio en la conformación de Juntos por el Cambio con vistas a las elecciones de medio término. Mientras sea en el sector que esquiva tirar una taba por el fracaso de la administración que la Nación hace entre la prevención de la COVID-19 y la contención para evitar la caída abrupta de la economía, el correntino es libre de jugar en esta sintonía. Así lucubran en Balcarce 50.

Otro tanto para los gobiernos de Jujuy y de Salta, donde Gerardo Morales amagó levantar la bondiola junto con los coroneles más beligerantes del macrismo. Sin embargo, le sirvió como un Alplax a su medida la protectora recomendación de Pablo Moyano para dar un viraje de 90° a su posición. Un margen de maniobrabilidad similar al de su correligionario litoraleño se le ofrecerá al comandante sansalvadoreño.

Idéntico al que posiblemente se le proporcionará al gobierno salteño, el que adhirió parcialmente a disposiciones similares al de la gestión vecina, mixturándola con una dosis adicional de cautela. De manera tal que una buena será para los gobiernos de la región norte, sea cual sea su filiación o predisposición hacia Alberto Fernández, anoticiarse respecto a los planes de inversión insinuados en los recientes viajes oficiales que completó por el nordeste y el noroeste.