En esta Salta donde los apellidos pesan más que los méritos, se presentó otro caso típico de quienes están convencidos que les caben las excepciones de las reglas, y lo vociferan a los cuatro vientos.

Este semanario relató ya, lo sucedido con el funcionario del Ente Regulador de los Servicios Públicos Daniel Paganetti, quien en plena pandemia y cuando una gran cantidad de personas se ve impedida de viajar a Buenos Aires postergando tratamientos de salud u otras cuestiones atendibles,  se dio el gusto de tomar su camioneta 4 x 4 con el solo fin de ir a buscar un perrito que había comprado semanas atrás, y regresar como Juan por su casa a su domicilio particular.

También nos referimos al irascible diputado Héctor Chibán, quien en una actitud irresponsable, ingresó a la zona de Aunor (acceso a Salta) para rescatar a su hijo, quien estaba siendo demorado por un inconveniente en sus papeles. El joven, a diferencia de sus amigos que ingresaron con los recaudos necesarios, no tenía residencia en la provincia, y ese era el motivo de la demora.

Todos saben que la zona de Aunor, se ha convertido en una especie de micro cápsula a donde llegan los «repatriados» y sospechosos de estar infectados con el COVID-19, o sea: una zona de alto riesgo. Sin dudas la espera es tediosa, las personas pasan por una cabina satinizante, y de allí derecho a los colectivos que los esperan para ser conducidos a los distintos centros de aislamiento, en los que deberán esperar catorce días para resolver la incógnita de si son positivos o negativos al estudio de laboratorio.

Una postal diaria, son los padres que se acercan al lugar, y siempre sin bajar desde sus automóviles pueden visibilizar a sus hijos, los saludan a la distancia y los ven partir. Una situación dura que se entiende en el contexto de las medidas preventivas que ha tomado la provincia y que ha logrado que en Salta, no exista circulación interna del virus, ya que todos los casos positivos registrados hasta el momento, son importados.

El diputado Chibán, que debiera conocer la situación, quiso ser la excepción y no solo infringió toda norma de aislamiento entrando en contacto directo con su hijo, sino que también se montó un numerito en el sector, luego replicado en sus redes sociales. La situación fue aprovechada para victimizarse y señalar que a su hijo lo habían «demorado» en su trámite por su apellido, y tener un padre opositor (¿?).

Otro que quiso chapear

Uno más y son..

Según el reporte policial de la comisaría Nº 108 de Campo Quijano, desde el Puesto de Control ubicado en la  Ruta Nacional 51 Km 21 se pidió un refuerzo para «colaborar» ya que en el lugar se encontraba un hombre ofuscado.

Al llegar el apoyo correspondiente el sargento ayudante Sergio Ramos manifestó que mientras realizaban el control habitual, el señor Juan Adrián Medrano de la Serna, con domicilio en Villa San Lorenzo, comenzó a ofuscarse frente a la requisitoria policial.

El relato señala que en la discusión Medrano, presentó un certificado del COES (Comité Operativo de Emergencia Salta) y dirigiéndose al efectivo le recriminó: «negro de mierda, no sabes, quién soy yo» .

Frente a esto, el Sub. Oficial intentó tranquilzarlo a fin de que presentase su permiso de circulación correspondiente, ya que aparentemente señaló que quería ir a la casa de su esposa que esta ubicada en Finca Camara.

Pero el funcionario provincial,  no se calmó nada y «de manera desesperante» tomó su teléfono celular y se comunicó con el Ministro de Seguridad Juan Manuel Pulleiro, diciendo a viva voz: «Estoy con estos negros de mierda que me tienen acá. Tengo cuatro pelotudos que no saben hacer las cosas. Esto no se va a quedar así».

A esta altura, usted podrá deducir que el Ministro de Seguridad siguiendo la normativa correspondiente, habrá hecho caso omiso del chapeo del Coordinador Jurídico del Ministerio de Producción y familiar de la ministra de Salud, Medrano de la Serna, y habrá ordenado que se continúe con el procedimiento establecido como sucede con cualquier hijo de vecino, pero no… los policías apostados en el lugar, recibieron un llamado «de la superioridad», ordenando  que lo dejen circular «al señor Medrano«.

De mas está decir que estos ejemplos iniciados apenas comenzada la pandemia en el país por el abogado Matías Adet (primer caso positivo), y otros tantos que no llegan al conocimiento público, solo consiguen hacer mella en la conciencia de los ciudadanos que respetamos una a una las normativas impartidas. Y que los funcionarios públicos debieran ser los primeros en dar el ejemplo en vez de reconfirmar que en Salta, mientras Saeta baja del colectivo a los jubilados por no corresponderles el día de circulación, otros circulan con coronita.