El hermano de la intendenta Bettina Romero viene envalentonado. En noviembre, la justicia le tiró un salvavidas exonerándolo por el escándalo del Hangar de Aviación Civil y ahora hasta pintan paredes con su nombre. ¿Se consolida la impunidad el 4 de julio?
Caminito a Las Costas y de pasada a Grand Bourg. El lugar elegido para la rudimentaria pintada no es menor, tampoco su contenido: JUAN ESTEBAN ROMERO 2021. Aunque la campaña no está ni cerca, los artilugios para la instalación de candidatos a esta altura son diversos.
Cada año, un importante número de fuerzas políticas deben enfrentar sanciones por anticiparse al período de campaña, aunque todos recurren a la sencilla técnica de no mencionar ni visibilizar cargos. De allí que la leyenda «JUAN ESTEBAN ROMERO 2021», pueda significar muchas cosas.
Una de ellas, muy probable por cierto, sea la de «tantear el terreno». Esto es, ni más ni menos que medir la recepción del activo político y de parte del electorado ante la posibilidad de que un candidato no contemplado hasta entonces irrumpa en la escena electoral.
La otra es, simplemente, la necesidad de instalar un nombre de cara a los comicios de julio al que, hasta el momento no se lo conoce mucho más que su apellido y linaje. Pero el nombre plasmado en la muralla de cemento de Av. Perón no es cualquier nombre. En su caso, valen otras consideraciones.
Juan Esteban Romero, además de hermano de la intendenta capitalina, es hijo de Juan Carlos Romero y compañero de imputación en algunas de sus causas penales. En noviembre de 2020, la justicia resolvió la nulidad del juicio por la causa que investiga la entrega de un comodato por parte del exgobernador a Juan Esteban. La ofrenda fue nada menos que un hangar de Aviación Civil.
La causa La Ciénaga también lo tiene como uno de sus protagonistas. El hijo de JCR era el titular de «Estancia El Carmen», firma beneficiada en la entrega de tierras por parte de su propio padre a precios irrisorios. Con antecedentes tales, muchos se preguntaron si la nueva aventura electoral de JER no consolida el círculo de impunidad sobre la familia Romero. Por cierto, ¿Qué opinarán los funcionarios bettinistas sobre el enchastre de paredes y espacios públicos?