El ex candidato presidencial y fundador del partido quedó fuera de los ámbitos de dirección partidaria y armó su «propia fracción».

En medio de la campaña electoral y una inédita unidad de las fuerzas de izquierda, el histórico dirigente Jorge Altamira quedó fuera del Partido Obrero (PO) por intentar crear su propia facción, tras ser desplazado de la conducción en un congreso partidario que ahora encabezan el legislador porteño Gabriel Solano, el diputado Néstor Pitrola y la candidata a vicepresidente Romina del Plá (FIT-Unidad), entre otros referentes trotskistas.

A través de un documento titulado «Paremos el intento de liquidar al Partido Obrero», la fracción de Jorge Altamira integrada por 750 militantes denunció este fin de semana por «proscripción«, «censura» y «espionaje» a la nueva conducción, que acusó al sector del histórico dirigente y ex candidato presidencial de «romper» con la agrupación de izquierda.

En el escrito, el grupo de Altamira exige mantener un espacio de disidencia «pública» y  apuntó al comité central del Partido Obrero por «excluirlos» del uso de los recursos de la organización para la campaña electoral, así como de formar parte de espacios de debate y de decisión interna.