La situación de las infancias en la provincia de Salta es alarmante por el gran número de niños y niñas que viven en la pobreza y no pueden acceder a una alimentación adecuada ni tener acceso pleno de sus derechos humanos.
Por Guadalupe Macedo
En los últimos años la provincia registró numerosos casos de desnutrición y mortalidad infantil, como también la deserción escolar y la baja comprensión educativa.
Salta se caracteriza por ubicarse entre las primeras provincias con las cifras de mayor pobreza del país. Según las últimas estadísticas del INDEC, durante el primer semestre la pobreza en la ciudad de Salta y alrededores se ubicó en el 42,3% sobre un total de 272.274 personas, que a su vez integran los 60.665 hogares que con los ingresos que tienen no llegan a cubrir la canasta básica total. Asimismo, la indigencia se ubicó en el 11,2% y llego al 8,7 de los hogares que no cubren siquiera la canasta básica alimentaria.
La economía se vio interrumpida y afectada por la pandemia mundial lo que incremento la desocupación, la informalidad laboral y la pobreza que afecto profundamente la vida de los y las niñas. “En 2021, luego de casi dos años de pandemia, la cual se suma al ciclo de caída productiva del período precedente, el 54,9% de las niñas y los niños se encontraban en situación de pobreza y el 16,8% en situación de pobreza extrema” según el informe anual de la defensoría de las niñas, niños y adolescentes.
Según la encuesta rápida sobre la situación de la Niñez y adolescencia 2022 realizada por Unicef en Argentina más de un millón de niños y niñas se saltean una comida por falta de dinero en sus hogares. “Los resultados del estudio muestran que hay un declive de la clase media donde la insuficiencia de ingresos genera la necesidad de usar ahorros o endeudarse para mantener condiciones de vida mínimas para la niñez, mientras que en aquellos hogares ya situados en la pobreza el resultado es la falta de un plato de comida”, señaló Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social de Unicef Argentina.
La crisis económica y social que se vive en el país llevo a que las familias tengan que disminuir el consumo de alimentos, se redujo en un 67% el consumo de carnes y del 40% la ingesta de frutas, verduras y lácteos. “Nos preocupan los problemas económicos que están viviendo los hogares. Hay una reducción en consumo de alimentos que tiene un efecto directo sobre los niños y las niñas”, dijo Olga Isaza, representante adjunta de Unicef Argentina.
Las infancias viven una inseguridad alimentaria ya que el 36% de los hogares dejo de comprar alimentos por no tener dinero. El 50% donde viven las infancias son monoparentales donde quienes se hacen responsable del hogar son las mujeres y un dato importante es que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH). Se observa que en los hogares en donde no vive el padre el 63% afirma no recibir la cuota alimentaria de manera regular.
Otro dato alarmante que arrojo el estudio de Unicef es que uno de cada tres hogares no puede cubrir sus gastos corrientes y el 50% no puede solventar los gastos escolares, entre ellos la compra de libros y útiles. Esto significa que gran cantidad de niños y niñas no tienen los elementos necesarios para continuar con sus trayectorias escolares lo que muchas veces lleva a que deban abandonar las escuelas. La insuficiencia de ingresos lleva a que los niños, niñas y adolescentes deban realizar actividades económicas que afectan con el desempeño escolar y tienen más vulneraciones a los derechos. Desde el inicio de la pandemia 1 de cada 4 adolescentes realiza actividades orientadas al mercado y un 10% adicional busca trabajo según Unicef.
En cuanto a los accesos a la salud también se ve condicionado por la suba de precios ya que “uno de cada cuatro hogares dejó de ir al médico o al odontólogo, casi un 20% suspendió la compra de medicamentos. Además, más de un 30% tuvo que recurrir a ahorros o al pedido de dinero a familiares para poder hacer frente a necesidades básicas”.
“El sistema de protección de ingresos sigue siendo un pilar central para proteger a las familias en situación de mayor vulnerabilidad. La encuesta confirma que el 55% de los hogares con niñas y niños es alcanzado por alguna medida de protección social”, afirmó Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina que, además, señaló: “En situaciones de crisis económicas, el Estado debe garantizar que la niñez y la adolescencia sea protegida a través de presupuestos y políticas inclusivas que les permita salir de la pobreza y la indigencia”.
Salta, Jujuy, Chaco, Santa Fe y Buenos Aires son las provincias más afectadas. Los niños que viven en estos territorios sufren grandes carencias que dificultan el acceso pleno a los derechos humanos. A partir de estos datos arrojados por Unicef se planifica en conjunto con el gobierno acciones en conjunto para poder afrontar esta situación. Desde Unicef, su representante Luisa Brumana dijo que están planificando “hacer un seguimiento de los hogares a lo largo del tiempo y que las provincias del norte son las que tienen un desafío muy grande”.