Decenas de miles de jóvenes salteños se inscribieron en el plan “Progresar” para continuar sus estudios en un contexto social y económico de inflación y devaluación. Mientras los datos del Indec muestran una caída de la población laboral activa. En un escenario adverso, se intenta acortar la brecha de la desigualdad. (Ricardo López)
Más de 30 mil jóvenes salteños se inscribieron en el plan “Progresar” para poder continuar sus estudios en el nivel primario, secundario, terciario o universitario, centros de formación profesional habilitados por el Ministerio de Trabajo, centros habilitados para el Plan Fines, bachilleratos populares e instituciones acreditadas ante el Ministerio de Educación de la Nación. El monto que el Estado otorga con el plan Progresar es de 600 pesos.
El último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ha mostrado que, a nivel nacional, la tasa de desempleo, al cierre de 2013, ha bajado del 6,9% al 6,4%, el mínimo histórico desde la salida de la Convertibilidad. Enero ha sido el mes de la devaluación. Hay economistas que sostienen que las señales negativas para el mercado laboral ya venían vislumbrándose con un trimestre de anticipación, debido al freno de la creación de empleo y afirman que la disminución de la tasa de desempleo se debe a que mucha gente dejó de buscar empleo.
El Indec informó que la población activa (o sea, la gente que trabaja o busca trabajo) tuvo una importante caída, del 46,3% a 45,6% de la población total en el último trimestre de cada año.
El reciente plan Progresar de gran aceptación en nuestra provincia, tiene como objetivo atacar el problema de los “ni–ni”, es decir, jóvenes que ni trabajan ni estudian que, en el caso en nuestro país, son alrededor de 1,5 millón de casos. El plan aspira a promover el estudio de los jóvenes entre 18 y 24 años de edad que no trabajan, o que lo hagan con remuneraciones inferiores al salario mínimo legal ($ 3.600).
Según el Indec en los centros urbanos hay casi 4,5 millones de jóvenes entre 18 y 24 años de edad y sólo el 15% tiene empleo asalariado registrado con un salario bruto estimado en $ 6.200. Otro restante 30% tiene un trabajo precario (asalariado “en negro”, cuentapropista, servicio doméstico o familiar sin salario) con remuneraciones en el orden de los $ 1.850. A su vez, hay otro 55% que no trabaja de los cuales un 23% tampoco estudia y sólo un 32% estudia. Es decir, de cada seis jóvenes más de cinco no tienen empleo.
Aunque hay voces que expresan que el plan Progresar no estimula la creación de puestos de trabajo y que el esfuerzo del Estado debería centrarse en reducir las trabas burocráticas y los costos impositivos que desalientan la contratación de jóvenes; hay otras voces que afirman que el plan da la posibilidad de estudiar en mejores condiciones. Además, los jóvenes que acceden son los más excluidos. Es positivo en muchos sentidos, porque la educación es la condición para la incorporación de los jóvenes en el mercado laboral.
Los jóvenes de Salta
La observación para el aglomerado Salta de los últimos datos emanados por el Indec referidos al tercer trimestre del año 2013, muestran esta realidad: Tasa de desempleo: 9,3%, jurisdicción con mayor tasa en el NOA y NEA y segunda mayor de todo el país; Tasa de desempleo en jefes de hogar: 4,6%, jurisdicción con mayor tasa en el NOA y NEA y tercera mayor de todo el país; Tasa de desempleo en varones menores de 29 años: 15,5%, tercera jurisdicción con mayor tasa sobre el total de los aglomerados relevados; Tasa de desempleo en mujeres menores de 29 años: 20,6% quinta jurisdicción con mayor tasa.
En la ciudad de Salta hay 178.875 jóvenes de los cuales 51.524 forman parte de la población económicamente activa (PEA). De éstos, el 22% se encuentran desempleados, es decir unas 11.335 personas de entre 18 y 24 años.
Si se compara la tasa de desempleo juvenil de la ciudad de Salta con la tasa de desempleo adulto (25 a 59 años), la primera es tres veces mayor que la segunda, que se ubica en el 7%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
A nivel nacional no solo Salta es la provincia con mayor tasa de desempleo juvenil, aunque está entre las primeras en el NOA y NEA. En el Chaco llega al 3%, en Santiago del Estero al 18%, en Jujuy al 11%, Catamarca 26% y La Rioja al 17%.
Frente a este escenario económico de inflación y devaluación, se puede avizorar que las empresas reduzcan la contratación de personal pero no que los jóvenes mismos busquen menos empleo. Si el principal argumento de la disminución apunta a la incidencia del plan Progresar, hay que mencionar que los jóvenes de bajos recursos aún tienen mayores tasas de desempleo que el resto de los jóvenes, con lo cual este programa está orientado a los primeros.
El objetivo más que nada es reducir la brecha de desigualdad, dicho en el mejor de los sentidos: el distributivo.