Junto a profesionales, referentes del campo popular y trabajadores reflexionamos sobre el contexto social, político y económico de cara a las elecciones generales.

Andrea Sztychmasjter

Sin dudas que este año los resultados de las elecciones de octubre producirán reflexiones diversas que ya se vienen haciendo con la incipiente figura del economista Milei, que podría ser tomado como un emergente social del descontento popular y del “voto protesta” de jóvenes en un contexto de crisis económica y de representatividad política.

Pero sería simplista solo nombrar esos aspectos y en cambio además se pueden agregar algunos más estructurales.

Mirando de lo general a lo particular; la avanzada de candidatos de derecha a nivel mundial en un contexto de guerra en Ucrania, las organizaciones de grupos violentos institucionalizados en diferentes países, financiados por grupos empresariales que se muestran como marginales, pero no lo son, señalan que el posicionamiento de referentes de la ultraderecha es el empeoramiento de una situación que ya viene mal.

Por nombrar otros, un componente estudiado en Kill all normies de Angela Nagle, publicado en 2017 describe la extrema derecha como una contracultura de hombres jóvenes que rechazan los tabúes sobre raza y género en escenarios cibernéticos.

El simple gusto por la transgresión online, por la incorrección, el deseo de proteger comunidades masculinizadas tales como los videojuegos de las “invasiones” violentas de la “política” o de la “ideología de género”, el crecimiento de youtubers incorrectos, el entusiasmo por el ciber bullying y, también, el liso y llano neofascismo, con personajes que empiezan a salir de escenarios de internet y forman parte de la esfera pública describe en una nota la doctora en Letras Natalí Incaminato, quien agrega:

“El hecho de que este tipo de opciones hayan crecido tanto en países sin inflación y sin el percudido panorama económico argentino demuestra que hay algo más que mero ‘voto bronca’ en el fenómeno”.

Conciencia colectiva

El abogado constitucionalista Sebastián Aguirre Astigueta, Secretario Jurídico de la UNSa consideró que todo aquel ciudadano, profesional que teniendo en cuenta los últimos resultados electorales, “considera que está próximo un tiempo muy nefasto y oscuro en nuestro país tiene el deber de salir a conversar, hablar e intercambiar ideas”.

Así manifestó “No quiero ser dramático, pero luego de la gran cantidad de votos que obtuvo el candidato Milei y teniendo en cuenta la gran cantidad de voto joven, lo que me preocupa es que viene creciendo en las encuestas y los ejes que plantea son muy regresivos. Nadie puede estar a favor de contaminar el agua, o la cuestión del negacionismo, algo que en nuestro país ya está juzgado, hay una justificación de lo injustificable, a través de ‘algo habrán hecho’ y eso se filtra a través del odio de cierto sector, pero hay que pensar por qué esto impacta en el sector joven que no es la derecha tradicional argentina, es una derecha con un fenómeno a nivel mundial. Me parece preocupante que no exista el tiempo, ni la reflexión necesaria en los jóvenes sin tomar en cuenta el impacto tremendo que va a tener en la pobreza de este país”, señaló.

El letrado además resaltó que es necesario en este contexto “Hablar y recordar los procesos históricos”, y al analizar el gran descontento de las juventudes citó a la filósofa Hannah Arendt “su concepto sobre la banalidad del mal, plantea que estas cosas malignas y dañinas de la humanidad pasan en personas que no son malas por naturaleza y casi que no se dan cuentan el daño circundante, lo hacen por seguir una moda, es lo que señala esta filosofa para explicar por qué en tiempos oscuros pasa lo que pasa”.

Por su parte, la Licenciada Camila Binda Galindez- Becaria Conicet, señaló que “La situación actual en Argentina plantea un dilema relevante que se centra en la preocupación acerca de la posibilidad de que el pensamiento representado por Millei gane terreno. En este contexto, se hace evidente la necesidad de prestar una atención significativa a las juventudes y cuestionar las apologías del mercado que parecen tomar precedencia sobre la idea del estado de bienestar. La discusión acerca de estos modelos económicos nunca tomó tanta importancia como en este momento, y escapar de esta discusión podría ser contraproducente para todxs”.

Asimismo, agregó “En mi opinión, el enfoque clave radica en la revisión de todos aquellos aspectos que el Estado de Bienestar prometía, como la redistribución de la riqueza, y que, debido a su incumplimiento, han generado un creciente escepticismo social, especialmente entre la juventud y la clase trabajadora. Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de que el modelo propuesto por Millei no se distancia significativamente de las ideas promovidas por el FMI. Aunque su victoria en una elección presidencial no sea un hecho, Argentina sigue expuesta a virar hacia esta dirección, en un escenario que podría ser objeto de intensas disputas internas en las cámaras legislativas y presiones externas. En este sentido, considero que la discusión sobre estos modelos económicos continuará más allá de las elecciones. Es esencial que como sociedad enfrentemos este debate de manera constructiva y reflexiva, buscando un camino que combine la estabilidad económica con el bienestar social y que garantice un futuro próspero y equitativo para todos los argentinos”.

Daniela Planes docente y referente del Partido de Trabajadores Socialistas señaló que “Lo que se expresó en agosto es la crisis de las coalisiones (Frente de Todos y Juntos por el Cambio) que es la forma que se venía dando de gobierno desde la crisis del 2001. El gran ganador fue Milei, con números altísimos en la provincia. Porque es evidente que mucha gente canalizó la bronca y descontento contra el Gobierno votándolo. Su política neoliberal va en contra de los derechos de los propios trabajadores que lo votaron. Además, se expresó la derrota de Sáenz que había apostado a poner candidatos en 3 listas, en Unión por la Patria y Juntos por el Cambio”.